2017: Balance en 30 películas
Como es tradición en este blog desde que partimos (el lejano 2012), el momento de revisión anual es parte fundamental de la línea editorial: es el momento de revisar qué vimos y qué nos pareció en un circuito ampliado que incluye tanto estrenos comerciales (internacionales y nacionales) como festivales de cine y hoy, plataformas virtuales. Como hemos venido haciendo en las últimas versiones, este llamado a votar por lo mejor del año lo abrimos no sólo a los colaboradores sino también a algunos críticos, programadores, investigadores y cineastas amigos del blog. Lejos de la objetividad, se trata de votar con un criterio personal aquello que destacamos de lo que pudimos ver en pantalla este año en nuestro país. Tal como hicimos el 2016, esta lista final la ampliamos a 30 títulos, en los cuales consideramos indistintamente estrenos nacionales con internacionales. Nos evitamos, así, el chauvinismo e instalamos abiertamente el cine local en diálogo con películas de circuito internacional.
La tendencia a la "univocidad" y a considerar que haya un "tiempo común" a la cinefilia es imposible: ¿cómo hacer una lista de lo mejor del año cuando no todos vimos lo mismo? ¿Cómo podemos hablar de "lo mejor" cuando no hay unidad de un tiempo de visionado y las plataformas se multiplican, cuando los criterios canónicos parecen responder a distintas demandas? ¿Y qué decir sobre la dificultad de acceder aún hoy a estrenos internacionales y el retraso con que nos llegan las pocas copias de circuito independiente?
Este año se confirmó una constante en los últimos años: la división cada vez mayor entre el circuito independiente y el de estrenos multisala. Notas positivas: el aumento de estrenos de cine chileno, la búsqueda de nuevas distribuidoras por abrir espacio para el cine independiente o de otras ambiciones y latitudes. Notas pesimistas: un marco donde todo estreno comercial que nos llegaba a interesar no duraba más de una semana en cartelera o el ya comentado retraso en estrenos, cuyo único puente de acceso oficial hoy son los festivales de cine. ¿Es muy loco soñar con que se estrenen comercialmente películas de Hong Sang-Soo, uno de los cineastas mayormente mencionado en nuestros votos? El año nos cierra con la noticia del estreno de una de Claire Denis, una cineasta que podríamos definir dentro del "canon cinéfilo". Se suma a una de las buenas noticias de este año, que fue la recién formada Red de Salas de cine que busca diversificar la cartelera y crear una audiencia cinéfila a lo largo del país. Todos puntos que inscriben, con fuerza, nuestro interés: que se vea más y mejor cine. Que esta discusión cerrada para unos cuantos sea abierta y accesible para mayor y mejor audiencia. De eso se trata esta lista. Dentro de los próximos días nuestras presentaremos evaluaciones más en profundidad.
Link a : Votaciones lo mejor 2017
Votaron : Nicolás Ried, Alejandra Pinto López , Héctor Oyarzún, Andrés Nazarala, Leonardo Torres V., Mónica Delgado, Aldo Padilla, Claudia Bossay, Sebastián Galleguillos, Sebastián González Itier, Iván Pinto V., María Luisa Furche, Andrés Nazarala, Macarena Aguiló, Cristián Jiménez, Jose Parra Zeltzer, Luis Valenzuela, César Castillo, Marco Antonio Allende, Bruno Delgado, Marisol Aguila Bettancourt, Cristian Saldía, Wolf Bongers, Raúl Camargo, Laura Lattanzi, Vanja Milena Munjin Paiva, Julio Bustamante, Felipe Blanco, Franco Abello, Hernán Gutiérrez, Christian Ramírez, Raúl Rojas Montalbán, Karen Glavic, Leopoldo Muñoz, Jerónimo Rodríguez, Roberto Collío, Álvaro García Mateluna, Rodrigo González , Ivana Peric Maluk, Antonia Girardi , Daniela Barriga, Claudio Herrera (Abre/acción), Alejandro Aravena, Marcelo Morales, Miguel Reyes, Jaime Grijalba. Agradecemos a todos ellos por la buena onda y disposición.
30. Huye! (Get Out. 2017, Jordan Peele). Estreno Comercial. 42 puntos/9 votos.
Esta potencialidad política fue observada por el cómico Jordan Peele, quien sentía que el género presentaba una ausencia respecto al trato de temas raciales. Peele seleccionó el terror desde antes de desarrollar una historia elaborada, pensando en la mencionada potencialidad política, pero también en el atractivo masivo del género. ¡Huye! ya se perfila como una de las películas más exitosas realizadas por un director negro en la historia. Peele toma una premisa directamente política, que temáticamente podría parecer seria y de poco interés masivo, y la envuelve de elementos de comedia y terror para convertirla en una obra de éxito. Hector Oyarzún en: Huye! Las ventajas del esquema.
29. Un bello sol interior (Un beau soleil intérieur. 2017, Claire Denis). Estreno Comercial. 46 puntos/9 votos.
Esa, junto a la errancia de la protagonista, es otra de las marcas distintivas de esta película, y es ahí donde se podría pensar que en otro nivel Un bello sol interior también funciona como homenaje al ensayo de Barthes, por la vía de la forma. Denis no se quema la cabeza en intentar armar una historia con sutilezas narrativas, sino que muestra lo que tiene que mostrar y dice lo que tiene que decir, para por fin llegar a acercarse a una hipótesis, o a reafirmarla, para el final del filme: la imposibilidad del amor romántico, o más bien la posibilidad dañina (aunque completamente neurótica, natural) del mismo. Franco Abello, de Un bello sol interior: Sobre el amor romántico.
28. Paris est une fête – Un film en 18 vagues (2017, Sylvain George). Festival Frontera Sur. 51 puntos/4 votos.
Si de paisajes sociales hablamos, el francés Sylvain George (ya un habitual de este blog) ha ido dejando clara su filiación militante. En Paris est une fête – Un film en 18 vagues (película de clausura) parece haberse acercado al montaje de atracciones en un filme que sigue el “coro social” desde la calma a la furia pasando por una narración en múltiples direcciones que abordan el malestar callejero, la crisis migrante y la dimensión real de un conflicto cuyas imágenes no pueden dejar de tener nunca goce sensorial particularmente en blanco y negro. Si hay algo que proyecta esta película es esa fricción colectiva y comunitaria con lo real, un movimiento deseante que dispara al experimento y bordea una visualidad apocalíptica y casi de ciencia ficción. Iván Pinto. Informe I Festival Frontera Sur: Resguardando la no-ficción.
27. A Fabrica de Nada (2017, Pedro Pinho). FicValdivia 51 puntos/6 votos.
La obra de Pinho combina comentarios sociológicos en off similares a los de Dos o tres cosas que sé de ella (Jean-Luc Godard, 1967), pero les añade un fondo musical de música bailable que aligera la densidad que podría tener el ejercicio. Una mezcla entre los ejercicios lúdicos de Miguel Gomes con las prácticas de cine de guerrilla. La obra, al igual que en múltiples cintas políticas, no se contenta con representar la resistencia obrera, sino que además se cuestiona constantemente sus propios métodos de representación. ¿Hasta que punto distanciar el relato? ¿Una obra de este tipo puede terminar en una apología nostálgica? son algunas de las preguntas que los realizadores parecieran hacerse en paralelo a las discusiones que sostienen los obreros en pantalla. Héctor Oyarzún: Informe XXIV FicValdivia (2). De historia, política, amor y cinefilia.
26. Los niños (2016, Maite Alberdi). Estreno Chileno. 54 puntos/7 votos.
Desde una aguda y respetuosa observación, la directora Maite Alberdi construye un documental coral que nos permite conocer la intimidad, el imaginario y los sueños de cada uno de sus personajes. A su vez, de fondo se plantea la problemática lucha entre ser adulto con discapacidad intelectual y las posibilidades que el entorno y la sociedad brinda a personas que durante toda su vida son considerados como niños. Por lo mismo vale preguntarse, ¿cuándo comienza la adultez? Al parecer para ellos nunca. Maria Luisa Furche en Los niños (1): Llegar a ser adultos. Otra crítica en : Los niños (2): Cuerpos afectivos.
25. La chica desconocida (La Fille Inconnue. 2016, Hermanos Dardenne). Estreno Comercial. 54 puntos/7 votos.
Los Dardenne avanzan desde el dilema moral colectivo de su película anterior Dos días, una noche (2014) -en donde un grupo de trabajadores decidía entre renovar el contrato de la protagonista o la pérdida de un bono-, hacia un problema ético que el personaje protagónico debe cargar a solas. La rápida decisión de Jenny de no abrir la puerta se podría relacionar con las normativas laborales europeas que garantizan a los empleados el derecho de no trabajar fuera de hora. Si bien ella comprende que no cometió un error en ejercer este derecho, el sentimiento de responsabilidad se vuelve inaguantable. Intentar liberarse de esta culpa a través del ritual del entierro se convertirá en el motor de la investigación de Jenny durante toda la película. Hector Oyárzun en La chica sin nombre (1): La dignidad perdida. Otra crítica: La chica desconocida (2): La insistencia del arrepentido.
24. Twin Peaks: The Return (2017, David Lynch). Netflix. 57 puntos/4 votos.
Twin Peaks: El regreso es una obra sui generis y subversiva en su formato y al mismo tiempo del todo coherente con el resto del trabajo de su autor: siempre interesado en invitarnos a pasear por lo que el mismo director llama “estar perdido en la oscuridad y confusión”, despojándonos de lo preconcebido, alejándonos de la comodidad y desafiando la racionalidad para que podamos seguir sus pasos en un mundo onírico y surrealista al que resultaría imposible acceder por otro medio que no sea el de lo perceptible a través de las sensaciones que dejan sus ambientes ominosos, en los que, como describe Chris Rodley en el libro Lynch por Lynch, “transforma lo doméstico en desconocido, generando una falta de familiaridad en lo evidentemente familiar”. Bruno Delgado en: Twin Peaks (2): Perdidos en la noche. Otras críticas: Twin Peaks (1): El que interpreta el símbolo lo hace a su propio riesgo, Twin Peaks: Nuevos sembradíos de sueños.
23. El Diablo es Magnífico (2016, Nicolás Videla). Estreno Chileno. 65 puntos/12 votos.
Precisamente es la deconstrucción y desmitificación de cánones dominantes uno de los tópicos centrales del filme. Este narra la vida de Manuela Guevara, una chilena transgénero inmigrante que baila, ríe y sufre en las calles de París. Por medio de las vivencias y confesiones de Manuela, el largometraje toma distancia de la ciudad concebida como la “capital del amor”, desmantelando a la vez la idealización de dicha urbe como un territorio culturalmente superior, ya sea en términos de integración migratoria como en tolerancia hacia la diversidad (o más bien disidencia) sexual. Sebastián Galleguillos en El diablo es magnífico (1): Destrucción y género. Más críticas: El diablo es magnífico (2): La estética de la subversión.
22. El Pacto de Adriana (2017, Lisette Orozco). Estreno chileno. 66 puntos/10 votos.
A través de imágenes del archivo familiar, conversaciones con Adriana Rivas y con el resto de las mujeres de la familia, entrevistas a víctimas e investigadores, El pacto de Adriana intenta ordenar las piezas de la historia del Chile reciente a través de una sostenida incredulidad que no se resuelve hasta el final del filme. Una especie de posición de escucha que entre la perplejidad ante el horror, el dolor de la conexión afectiva y el negacionismo de los criminales hace de parangón con el Chile que aún espera que por fin los pactos de silencio sean rotos y se termine la impunidad. Karen Glavic en El pacto de Adriana (1): De memorias sociales y autobiografías. Más en el blog: Pender de un hilo, Entrevista a Liss Orozco.
21. Western (2017, Valeska Grisebach). FicValdivia. 67 puntos/8 votos.
Por su parte, la película Western de Valeska Grisebach de la sección galas, que ya tenía muy buenas críticas desde Cannes, retrata a un grupo de trabajadores alemanes que son llevados a un zona rural de Bulgaria a construir un sistema para la distribución del agua. A medida que van teniendo problemas de materiales comienzan a tener más libres los días, por lo cual uno de los obreros, llamado Meinhard, aprovecha para recorrer el lugar. Poco a poco va conociendo el pueblo cercano e interactuando con sus lugareños, con la dificultad que impone salvar las diferencias -a través de las maneras más fluidas que una buena disposición y aproximación respetuosa le permiten a un foráneo-, ya que él no habla el idioma y tampoco quienes viven allí entienden el suyo. De manera muy inteligente y sensible Grisebach retrata las dinámica masculinas entre este grupo de trabajadores alemanes y los lugareños búlgaros a partir de los códigos del género western. La figura del llanero solitario, su caballo, la damisela en peligro, el romance, el enfrentamiento entre dos grupos que no se entienden y la disputa por los bienes básicos son los reconocibles tópicos del western con que la película revisita al género, poniendo en cuestión problemas y contradicciones tan urgentes para la Europa actual. Vanja Munjin en Informe XXIV FicValdivia (5): Víctimas de la espera. Más en el blog: Informe XXIV FicValdivia (1): Ellas por ellas.
20. Cinema Novo (2016, Eryk Rocha). Estreno comercial. 69 puntos/9 votos.
Este documental de Eryk Rocha es tanto un resumen elogioso del Cinema Novo como una invitación a descubrirlo a través de una propuesta estética. Se estructura como un collage de diferentes películas (una suerte de antología de extractos), junto a entrevistas de archivo a directores del Cinema Novo. Aunque a ratos triunfa el elogio llano, en general Eryk Rocha propone una interesante agregación de imágenes y sonido basada en diversos materiales, con una lógica creativa de rescate y/o difusión. Eryk Rocha es hijo de Glauber Rocha, una de las figuras centrales del Cinema Novo, lo que debió facilitar el acceso a registros y experiencias personales con los protagonistas. Juan Pablo Pizaro en: Cinema Novo: Una vez más lo nuevo. Más en el blog: Cinema novo (2): Deseo e historia, Entrevista a Eryck Rocha.
19. Good Time (2017, Safdie Brothers). Estreno Comercial. 69 puntos/10 votos.
Si a primera vista esta continua ejecución de enredos a un ritmo constantemente vertiginoso podría parecer cansadora, los hermanos Safdie se las arreglan para utilizar todo tipo de recursos formales que permiten que la experiencia de Good Time resulte completamente hipnótica. Sin ir más lejos influencias visuales no se detienen en Thief y la historia del género heist, sino que amplían las posibilidades más allá del cine. El uso de planos aéreos parecen sacados directamente del videojuego GTA II (Rockstar, 1999), mientras que el insistente uso de teleobjetivos que “persiguen” a los personajes imitan el estilo de los shows de realidad policiales del tipo Cops. Los Safdie toman indiscriminadamente de diversas fuentes de la historia visual para dar forma a un collage estilístico que por ningún motivo parece derivativo ni se a acerca a conformar un encadenamiento en serie de homenajes y tributos. Héctor Oyarzún en: Good Time: Depresores, psicodélicos y estimulantes.
18. El viajante (The Salesman. 2016, Asghar Farhadi). Estreno Comercial. 73 puntos/7 votos.
Durante gran parte de los pasajes del filme sus personajes arrastran un fuerte escepticismo, como si ellos cargasen con las vivencias experimentadas por los protagonistas de anteriores largometrajes de Farhadi. La idea de encontrar una solución a un problema que involucra sensibilidades individuales a través de la intervención de instituciones se asoma como una vía que implica solo una pérdida de tiempo y de paso una rememoración del dolor. Si en A Separation (2011) se configuraron las distancias entre una fractura familiar y la imposibilidad de que esta sea comprendida desde el mundo judicial, en El viajante recurrir a la policía resulta absurdo por el mero hecho de tener que explicar a un tercero prácticas y confusiones que son recurrentes en la privacidad. Sebastián Galleguillos en El viajante: las fracturas del hogar.
17. The Day After (2017, Hong Sang-soo). Sanfic. 78 puntos/9 votos.
En un impresionante blanco y negro, Hong se acerca a la película de una manera burlesca, como si buscara a través del drama, engañar al espectador, sobre todo aquel cinéfilo que ya ha visto algunas de sus cintas, pretendiendo confundir y haciendo creer que dos mujeres son una, que hay saltos en el tiempo, que hay repeticiones de escenas en contextos diferentes, pero que dan cuenta solamente de una expectativa de lo que Hong gusta hacer (juegos de imaginación, sueños, reiteraciones, universos paralelos, filmes dentro de filmes) con lo que propone esta película, una especie de “mea culpa” trasladado hacia otro contexto, a fin de que no se sienta tan conectado a él, relacionado con el escándalo en el que se vio envuelto en páginas de la farándula al estar involucrado románticamente con Kim Min-hee (que también actúa en esta película haciendo de la inocente empleada que es atacada injustamente por la esposa… mhhhh) estando él casado desde hace muchos años. De esas raras películas que parecieran inspirar hacer cine, debido a la complejidad del dispositivo con el cual el director pareciera estar a la vez pidiendo perdón y justificándose. Jaime Grijalba en Informe XIII Sanfic: Superando las decepciones.
16. Blade Runner 2049 (2017, Dennis Villeneuve). Estreno comercial. 88 puntos/14 votos.
Blade Runner 2049 insiste en mantener sus raíces noir a través de un tratamiento de imagen y ritmo que recuerda a la forma análoga de hacer cine. Pese a la gran cantidad de efectos especiales para recrear las ciudades, su homenaje busca que esa carga no interfiera en la historia que nos están contando. La dirección de fotografía, a cargo de Roger Deakins, opera en total coordinación y concordancia con la forma de dirigir de Villeneuve, algo que ya habíamos visto en sus colaboraciones en Sicario y Prisioners. La fotografía característica de Deakins, y su uso de claro oscuros y siluetas, sirven como marco para hablar de este universo en donde caminamos sin conocer la verdad y sólo podemos aprehenderla a través de lo que logramos ver en la penumbra. Alejandra Pinto en Blade Runner 2049 (1): ¿Sueñan los androides?. Más en el blog: Entre el original y la copia ¿Qué recordaremos? , Las preguntas que se hacen los extraviados al despertar.
15. Manchester junto al mar ( Manchester by the sea. 2016, Kenneth Lonergan). Estreno comercial. 89 puntos/11 votos.
El elemento de la abulia es tal vez lo más interesante del armado, planteando un cine desde la contención y el silencio, sin grandes estridencias, llevando el duelo de manera particular. Muy en sintonía con la lógica de los conflictos débiles, la dirección le baja intencionalmente algunos decibeles al relato, lo que es también un arma de doble filo, pues no es difícil dejar de creerle a los personajes su a ratos extremo desinterés. Parece legítimo preguntarse por qué no reaccionan con más fuerza, y si bien el film se encarga de iluminar al menos segmentos de tales respuestas, no sería extraño encontrarse con un juicio más desconfiado, que pierda interés en una familia que vive de manera “normal” pese a perder a uno de sus miembros más queridos. Si hay un factor que al menos haga dudar de esa premisa negativa, tiene que ver con las actuaciones, las que en general están a la altura del desafío. Sabemos, es mucho más fácil hacer que los personajes digan todo lo que piensan en vez de que solo lo insinúen, y tanto Affleck como Hedges, y en menor medida Williams, entregan papeles sólidos, los tres nominados a los premios Oscar por sus interpretaciones. Jose Parra en Manchester junto al mar: La potencia del desinterés.
En este último filme se desarrolla uno de los aspectos más interesantes en el corpus analizado, como lo es el discurso en torno al fuera de campo. Las películas del director surcoreano se caracterizan por evitar la filmación de grandes masas de personas o de espacios colapsados por multitudes. Sang-soo se focaliza en perseguir a sus protagonistas y los espacios que habitan, dando a ratos la noción de que no existe un mundo más allá de ellos. On the Beach at Night Alone responde a esto haciendo circular el chisme sobre la relación de infidelidad de la protagonista con el director dentro de sus propios círculos sociales. El rumor a pequeña escala, ese sencillo boca a boca sobre qué habrá ocurrido, viene a recordarnos que existe un mundo social más allá de lo filmado. Sebastián Galleguillos en Informe XXIV FicValdivia (4): Zoom y zoom back. Notas sobre Hong Sang-Soo. Más en el blog: Víctimas de la espera, De tierras robadas y viejos maestros.
8. The Other Side of Hope (2017, Aki Karusimäki). Sanfic. 101 puntos/11 votos.
Un refugiado es un personaje que encaja naturalmente en el universo del director, repleto de marginados, obreros y desempleados, y responde a la búsqueda política que ha realizado Kaurismäki durante toda su obra. Ya sea haciendo películas como reacción al desempleo en Finlandia, o a las crisis económicas más actuales, la obra de Kaurismäki siempre ha tenido cierto carácter urgente, de reacción inmediata ante los aconteceres políticos de su tiempo. Su última película no posee, por fortuna, la simpatía distante de algunos filmes europeos sobre refugiados, y simplemente se encarga de mostrar las posibilidades de solidaridad que se abren durante una crisis profunda. En el mundo apático del finlandés se crean grietas después tocar fondo, se forman pequeños focos de resistencia entre los desafortunados. Por lo mismo Kaurismäki es capaz de mostrar simpatía por su personaje mientras este viola distintas leyes europeas. Es definitivamente una sus obras más optimistas, pero, cómo muestra el final, de un optimismo cauto, atento a cómo las crisis sacan lo mejor y lo peor de la humanidad. Hector Oyárzun en: Informe Berlinale 2017: Tres imprescindibles de la competencia oficial y la presencia chilena.
7. Nada que perder (Hell or High Water. 2016, David McKenzie). Estreno comercial. 103 puntos/13 votos.
Mucho se ha hablado del western crepuscular en varias películas de los 90, un western cansado que se acerca a la muerte del mismo género. Cansancio que en lugar de sepultarlo lo ha revitalizado y cada cierto tiempo ofrece nuevas ópticas que de alguna forma terminan renovándolo. En Nada que perder, sin duda que el western es una idea que recorre la película, un esqueleto que da forma a la película, sobre el cual se proyectan otros temas que se relacionan con el tiempo actual que vivimos. El principio estructural del western se cuela por todas partes y sale a la luz de forma sutil, sugiriendo en última instancia la obsolescencia del cowboy americano, como bien lo sintetiza la escena en donde la dupla policial se encuentra en la carretera con unos hombres que, al tiempo de arriar ganado, comentan entre sí: “con razón mis hijos no se quieren dedicar a esto”. Sencillos detalles que le dan a la película una personalidad que escapa de lo común. Raúl Rojas Montalbán en: Nada que perder (1): Un western que anticipó la era Trump. Más en el blog: La justicia en su propia ley, Entre el cielo y la tierra.
6. La Telenovela Errante (2017, Raúl Ruiz, Valeria Sarmiento). FicValdivia. 116 puntos/12 votos.
Debo decir que estoy obsesionado con esta película póstuma de Ruiz, que es mucho más de lo que se ha querido decir, porque no es solo material antiguo restaurado y ya, sino que es una película que abre y cierra (tanto como puede abrir y cerrar una cinta de Ruiz-Sarmiento), que tiene grandes actuaciones, imágenes inolvidables y una mirada sobre el Chile de 1990 (y actual) que aún logra causar risas y reacciones del público. En medio de la primera función, creo que yo era la persona que más reía, y luego, la segunda vez que la vi, en otra sala más grande, aún era la persona que más se reía. Hay algo de chilenidad pura, y es increíble cómo tras tantos años de exilio Ruiz tenía el dedo en el pulso de lo que nos definía apenas volvía al país. Jaime Grijalba en : Cuatro paisajes de Locarno. Más en el blog: Informe I Fecira, De tierras robadas y viejos maestros.
5. Mala Junta (2016, Claudia Huaiquimilla). Estreno chileno. 132 puntos/17 votos.
La belleza de Mala junta está en esta constante tensión entre el poder y los sometidos, entre las estructuras y los que se rebelan a éstas. En este sentido, la dirección es clave al saber usar estos elementos de tensión para desarrollar historias que van más allá de los problemas íntimos de los personajes. Si bien Tano tiene problemas con sus padres y Cheo nunca conoció a su progenitor, esa amargura y ese abandono se transforman en rabia y rebeldía. Es por eso que el giro que toma la película luego de la muerte del comunero mapuche es de un significado mayor, ya que sirve de motivo para que los dos amigos expresen la rabia contenida y descubran quiénes son, independiente de las consecuencias que eso traiga. Mala junta es una película política sobre adolescentes que no encajan en una sociedad normalizadora y represiva, de un padre que no sabe qué es ser padre, pero principalmente, sobre un pueblo que lucha por su libertad. Sebastián González en: Mala junta (1): Cuestionando la autoridad. Más en el blog: Mala junta (2): Paisajes de exclusión.
4. Toni Erdmann (2016, Maren Ade). Estreno comercial. 137 puntos/14 votos.
La relación distante entre un padre y su hija -hasta donde mis limitados recursos recuerdan- nunca había sido tratada en el cine con tanta desafección a la vez que cercanía. No hay alardes a nivel técnico en el empleo de la imagen, como tampoco banda sonora que intenten inducir las emociones por el espectador, mientras que la empatía surge derivada de las acciones de los personajes y del manejo de la narración. En ella no prima la ironía, esa fórmula estilística que tanto provecho ha dado a directores como Michael Haneke (Funny Games, 1997) o Ruben Östlund (Force Majeure, 2014). Acá la directora Maren Ade maneja los códigos de la paradoja para subrayar sutilmente las cuotas de ridículo, impiedad o desenfado con que la pareja protagónica desenvuelve su relación de filiación. Por lo general un elemento extraño se toma el plano y las acciones, mayormente es el padre el motor de ello, aunque, mediando la película, la hija toma la delantera en alguna oportunidad. Álvaro García en Toni Erdmann (2): Paradoja y humor. Más en el blog: Hilarante ternura.
3. Silencio ( Silence. 2016, Martin Scorsese). Estreno comercial. 184 puntos/19 votos.
El cuerpo vuelve a ser, en ese orden de relaciones, el último eslabón de esa imaginería y el filme lo asume como tal. Abolido el credo, pisoteadas las imágenes y arrasadas las cruces, es la carne el último testimonio de esa fe con todas las debilidades con que los personajes de Scorsese han asumido su voluntad redentora, desde Charlie en Calles peligrosas (1973) hasta Jordan Belfort en El lobo de Wall Street. En esa larga trayectoria, Silencio no es una película que reafirme las convicciones católicas de Martin Scorsese, como la crítica más reaccionaria ha querido hacer ver, sino en donde manifiesta con mayor ferocidad la naturaleza indomable de sus contradicciones espirituales. Felipe Blanco en Silencio (2): Fuego en la carne. Más en el blog: El peso de la compasión.
2. Zama (2017, Lucrecia Martel). FicValdivia. 192 puntos/18 votos.
Martel representa el periodo colonial con la misma sensibilidad sensorial y sonora que ha construido sus otras películas (La ciénaga, La niña santa y La mujer sin cabeza), en una búsqueda por entender cómo se manifiesta lo corporal en contextos sociales y morales decadentes, tensos y violentos entre unos y otros. La novela de Di Benedetto, que está narrada enteramente en primera persona, es filmada por Martel como un estado mental donde lo subjetivo de un personaje que se encuentra anclado en un lugar que rechaza y del cual se siente igualmente repelido (convirtiéndose en un espectro de sí mismo) deviene en una experiencia alucinada en medio de un calor agobiante. Con ello la película desarrolla una primera parte que se consolida como un drama existencial que va enrareciéndose en un creciente extrañamiento, para luego dar paso a una segunda parte compuesta por un western selvático ya totalmente febril, delirante y, acaso también, onírico. Vanja Munjin en Informe XXIV Ficvaldivia (5): Víctimas de la espera. Más en el blog: De tierras robadas y viejos maestros, De historia, política, amor y cinefilia, Ellas por ellas.
1. Paterson (2016, Jim Jarmusch). Estreno comercial. 315 puntos/31 votos.
En alguna entrevista Jarmusch describió Paterson como “un antídoto para el drama, la acción y la excitación” y en más de algún sentido lo es. Paterson como película pareciese rehuir del conflicto y el drama como si fuese ella misma la que llegado el momento de la ofuscación, del quiebre, de la revelación se diera cuenta de que no hace falta, de que no vale la pena; como si la película en sí fuese capaz de contar hasta diez antes de llevar a cabo cualquier acción estrafalaria. Es cierto que Jarmusch nunca ha sido demasiado amigo del melodrama y las persecuciones; no es marca de su cine, más bien todo lo contrario, su búsqueda en general ha sido una que apuesta por “el camino del medio” como alguna vez lo ha llamado, eso que sucede entre las elipsis, lo que desborda el argumento, y es ahí donde Paterson se sitúa quizás como un momento culmine de esa búsqueda, encontrando en esta película algo así como un mínimo común múltiplo, un mundo y una forma que le es completamente familiar y propia pero habitado por personajes que no necesitan de grandes máscaras o caretas para ser llamativos, sino que el misterio más intrigante es el como se las arreglan para llevar una vida que a todas luces podría ser descrita y es vivenciada en el film como plena aún cuando sobre el papel podría parecer la definición misma de enajenación. Hernán Gutiérrez en: Paterson (2): La complejidad de lo ordinario. Más en el blog: Paterson (1): La rima interna.