Lo que nos dejó el 2020. Balance en 23 películas
Un año especial que convocó al blog a hacer algo diferente en él. Sin rankings y más desde una perspectiva afectiva, desde el staff elegimos 23 películas destacadas de este año. No se trata de “lo mejor”, es algo más específico: se trata de las películas que más nos marcaron, que nos hicieron pensar o reflexionar, que en el marco de este año pudieron acompañarnos en la conversación extendida. Los dejamos con nuestra revisión del 2020.
2020 fue el año que vivimos en peligro. Encerrados en nuestras casas, viendo como de un momento a otro nuestra experiencia cotidiana se transformaba en un encierro, encierro que tenía fecha de comienzo pero no de fin. Mental y físicamente agotados ya a mediados de año, las noticias tristes se agolpaban de la mano de los miedos atávicos y profundos que nos tenía guardados un virus inusitado que contaminaba cada milímetro que tocaba, mientras el mismo nos privaba de tocar y tener encuentros cercanos cara a cara. Las mascarillas fueron nuestra nueva interfaz con el mundo.
Un sector en crisis se hacía eco de esto, bajo el llamado de espacios como la Red de salas o el Centro arte Alameda (activos durante todo el año) se nos daba el aviso de esperar el reencuentro, esperar vernos nuevamente en una sala de cine. Los festivales pasaron a ser eventos virtuales y los estrenos cinematográficos buscaban ahora lugar en un nuevo espacio multiplataforma que emergía sin un orden claro. El 2020 asistimos a uno de los golpes más duros al cine en la forma que lo conocíamos, y tendremos que esperar un tiempo para ver sus efectos en cómo vemos y pensamos al cine.
De forma más accesible, y también más precarizada, las películas se terminaron haciendo lugar, es cierto. Ya sea por festivales, estrenos plataforma o un link pirata, hacia el segundo semestre, surgió una especie de “nueva normalidad” virtual, una suerte de “regularización de circuito” que permitió que festivales como Sanfic, FicValdivia, Fidocs, FicViña o In-Edit pudieran desarrollar una generosa cartelera. Como nunca, el cine se transformó para muchos en un puente afectivo que permitía encuentros con otros, mediados por la pantalla. Fue un año de mucha conversación y encuentros con cinéfilos de otros países, que fue posible en parte gracias a la nueva “zoomificación” del debate. ¿Cómo repercutirá esto en los festivales y encuentros?
Un año especial que convocó al blog a hacer algo diferente en él. Sin rankings y más desde una perspectiva afectiva, desde el staff elegimos 23 películas destacadas de este año. No se trata de “lo mejor”, es algo más específico: se trata de las películas que más nos marcaron, que nos hicieron pensar o reflexionar, que en el marco de este año pudieron acompañarnos en la conversación extendida. Los dejamos con nuestra revisión del 2020.
Participaron: Camila Rioseco, Andrés Merino, Benito Puppo, Marisol Aguila, Karen Glavic, Nicolás Bello, Miguel Gutiérrez, Vanja Munjin, Cesar Castillo Vega, Raúl Rojas, Leyla Manzu Horta, Nina Satt, Marco Allende, Gabriel Lizama, Jose Araya, José Parra, Hector Oyarzún, Alvaro García, Iván Pinto, Maria Yaksic, Alejandra Pinto Lopez, Franco Abello, Karina Solórzano, Italo Mansilla, Nicolás Ried, Ivana Peric, Sebastian González Itier, Alvaro Guerrero
Be Natural: The Untold Story of Alice Guy-Blaché (Pamela B. Green, 2019). Femcine (Distribución: Cintámani Films)
Los feminismos están obligados a moverse en terrenos contradictorios. Entre negar los “pionerismos”, por ejemplo, y a la vez reivindicar a las mujeres y disidencias que han sido borradas de la historia. Be natural no se encarga de esta paradoja, pero cada cinta recuperada y cada imagen destacada de las miles que filmó Alice Guy-Blaché despliegan un feminismo incipiente, una personalidad de una mujer extraordinaria, que a la vez que llamó a su estudio “Be natural” (como el gesto que se le exige a los actores al ser dirigidos, pero cómo no pensar también en el “ser mujer” que necesita de lo natural), a la vez que filmaba El hada de las coles o Las consecuencias del feminismo. El documental encaja piezas de un monumental trabajo de investigación que, en manos de su directora Pamela B. Green, recorrió el mundo entre videollamadas y entrevistas que permitieran recuperar el material disperso de Guy-Blaché, así como reconstruir la historia de sus relaciones de trabajo, su arbol genealógico, y también los continuos olvidos que le dirigieron sus colegas y los investigadores en cine. Pero fue la misma Alice Guy la que de vuelta en Francia reparó en la importancia de sí misma y escribió su autobiografía. Necesario gesto de una inspiradora de Eisenstein, de una creadora de ciencia ficción, de una directora que leyó su tiempo a contrapelo y supo dejar las pistas para que luego, entre mujeres y cinéfilos, se rescribiera su historia, desde su nombre, desde su estudio, desde sus imágenes incendiarias por sus compuestos inflamables y su lugar incómodo en el origen con los “grandes varones” del cine. Karen Glavic. Más en: Informe X Femcine (1): Be Natural. TheUntoldStory of Alice Guy-Blaché: De entre los muertos
Visión nocturna (Carolina Moscoso, 2019). Red de salas, Centro Arte Alameda, Ondamedia
La película es mucho más que una denuncia, el tratamiento audiovisual del viaje a la oscuridad de Carolina, llevada por su violador, es un relato personal que va saltando de un espacio y tiempo a otro, uniendo fragmentos que tienen una dirección no lineal, y que fueron registrados a modo de diario audiovisual antes de que existiera la idea de usarlos en una misma película. Esta colección de imágenes va tomando sentido cada vez que una de ellas sirve como metáfora de la visión, y recreación de las sensaciones fisiológicas de Moscoso. Camila Rioseco en Visión nocturna (2): Conocimiento por abismos. Más en: Visión nocturna (1): Entre la luz y la obscuridad
El año del descubrimiento (Luis López Carrasco, 2020). FicValdivia
La primera descripción de El año del descubrimiento nos lleva a pensar en algo grande. Se trata de un recorrido por la historia obrera española que inicia desde la quema del Parlamento en Murcia en 1992 hasta la crisis económica española que comenzó en 2008. Sin embargo, este gran relato no se desarrolla a través de referencias directas y reconstrucciones del hecho en cuestión, sino a través de una serie de testimonios extensos que incluyen descripciones minuciosas de la jornada laboral y discusiones sobre las posibilidades de articulación política desde el presente.
La doble pantalla de López Carrasco se encarga de acumular estos relatos cotidianos para cruzar las historias que se van repitiendo para la clase trabajadora en España. Si bien existe un hecho histórico que sirve de ancla para el relato de la película, son las imágenes y selecciones que hace cada entrevistado y entrevistada las que dan forma a la película. Parte de la resonancia que ha tenido la película por fuera de España se explica también a través de ese ir y venir entre lo grande y lo pequeño. Se trata de la historia sindicalista o de las revueltas obreras a nivel mundial. Pero también se trata de los rostros, experiencias y formas de hablar de ese grupo específico de habitantes de Cartagena. Héctor Oyarzún
Family Romance LLC (Werner Herzog, 2020). Mubi
Sobre Family Romance, LLC atraviesa una sensación de compasión que no es habitual en el cine del alemán, como si a lo largo de ese viaje por Oriente el bondadoso espíritu de Ozu se hubiese manifestado para inspirar una obra estéticamente más cercana a un docureality televisivo que a esas primeras películas que el director relaciona con esta nueva exploración. La imagen de un padre caminando junto a su hija a través de cerezos en flor -con la cámara registrando desde lejos la farsa en medio de transeúntes que ignoran que están siendo grabados- tiene la apacibilidad de una postal japonesa, así como también la banda sonora edulcorada y melancólica que recorrerá la cinta intermitentemente hasta el final. Andrés Nazarala en Family romance LLC (1): La verdad de las mentiras. Más en: Family romance LLC (2): El amor llega después, Family romance LLC (3): La política de los afectos en la nueva postficción de Herzog
Retrato de una mujer en llamas (Céline Sciamma, 2019). Sin estreno
Sciamma no hace un filme sobre las dificultades de las mujeres en el amor, sino que utiliza los gestos que componen esa dificultad para elaborar una teoría sobre el cine. Por eso podemos afirmar que Retrato de una mujer en llamas no es tanto un filme sobre una mujer sino sobre un retrato: es la pintura la que articula todo el filme. No la pintura entendida como objeto artístico, sino que la pintura entendida como proceso de producción formal de gestos. Nicolás Ried en La mirada de los comunes (13): Para una crítica feminista del gesto
Las mil y una (Clarisa Navas, 2020). FicValdivia
Si la trama principal de Las mil y una podría entenderse, hasta cierto punto, como un coming-of-age convencional, la forma en que las relaciones espaciales condicionan lo que sucede la convierte en un objeto de mayor complejidad. La amenazas que aparecen en la vida de Iris en las primeras escenas no se relacionan solo con un contexto marginal, sino que también responden a una estructura espacial que niega la intimidad para ciertos cuerpos. Durante más de una escena, no es solo su incipiente relación con Renata (Ana Carolina García) la que encuentra problemas en aparecer en el espacio público, sino también las relaciones que tienen su círculo cercano. Héctor Oyarzún en Informe XVII FicValdivia (5): Espacios cerrados
Isabella (Matías Piñeiro, 2020). FicValdivia
Isabella (Matías Piñeiro, 2020) profundiza la versión particular del argentino de los puzles narrativos. Reclamar que existen repeticiones directas de ejercicios aparecidos en Rosalinda (2011) o Viola (2012) es olvidar la transparencia de su propuesta de juego, donde hasta la repetición de actrices y situaciones busca crear ecos y déjà vu entre los movimientos de una película a otra. En primera instancia, Isabella podría parecer una versión todavía más desordenada de los juegos de espejos de las “shakespereadas” (la serie de películas de Piñeiro inspiradas libremente en comedias de Shakespeare), e incluso algunas críticas han señalado que el desorden estructural podría parecer caprichoso frente a la sencillez plasmada en el relato. Héctor Oyarzún en Informe XVII FicValdivia (3): Isabella. Puzzles de domingo
Cantos de represión (Marianne Hougen-Moraga y Estephan Wagner, 2020). FicValdivia, Fidocs
La epifanía edénica de la ex Colonia Dignidad hoy son cantos de superación, reminiscencias del proyecto encabezado por Paul Schäfer. Puesta en crisis la palabra Dignidad, el dispositivo de registro distribuye lo testimonial en relación a la colectivización del trauma. Hoy por hoy, la apertura del espacio (Villa Baviera) guarda estrecha relación con un discurso de autosuperación donde las propias víctimas hacen el tour invitando a superar el pasado mediático. En este sentido, la codirección de Hougen-Moraga y Wagner no encona el estigma de la comunidad fanatizada, en ningún caso exotiza las renegociación de sus integrantes con la nueva identidad del lugar. La transparencia de la película es la disonancia de los ecos biográficos con el paisaje, es también la pregunta por un ahora y por las generaciones atomizadas por la violencia doctrinaria. Nina Satt
A metamorfose dos pássaros (Catarina Vasconcelos, 2020). FidocsFormada en la Academia de Artes de Lisboa, Catarina Vasconcelos explora bellas, idílicas y creativas manifestaciones visuales echando mano de espejos, vidrios, rostros estampados en banderas, composiciones de color que parecen pinturas y toques de surrealismo, para encontrar la palabra "madre" (que enuncia en distintos idiomas) en la cortina de franela verde que la recuerda; en las discusiones sobre la existencia de Dios y de los ovnis; en el otoño; en el marcador de libros; en la Reforma Agraria; en las plantas que se apropiaron salvajemente de la casa familiar antes de venderla. Con ello homenajea a las madres de las madres de las madres de las madres y así hacia atrás en la genealogía materna. Marisol Aguila en Informe XXIV Fidocs (1): Añoranza y urgencia en el cine de lo real. Más en: Informe XXIV Fidocs (2): Materlalismos sensoriales y otros apuntes
Nunca subí el Provincia (Ignacio Agüero, 2020). Miradoc
Esta nostalgia por la desaparición del espacio conocido, íntimo y público, se conjuga con la escritura de la carta: se escribe sin saber qué decir para que surjan las imágenes, porque basta con contar cualquier cosa, lo que se pueda, para insertarlas en una memoria. Agüero despierta gracias a la permanencia del espacio el orden temporal que ha quedado registrado en su archivo. Y ese archivo además se difumina hacia su propia filmografía, que, sin advertencias, sin distinciones, va a ser silenciosamente citada. Cesar Castillo Vega en Nunca subí el Provincia: Hoy está para cazuela
Diario de septiembre (Eric Pauwels, 2019). Frontera Sur
El belga Eric Pauwels sigue en Diario de septiembre con la veta que abrió su genial Carta de un cineasta a su hija (2000) y siguió con la aún mejor La segunda noche (2016), dedicada a su difunta madre. Estas fueron películas dispersas, sin centro más que un personaje al cual evocar, algo que en Diario de septiembre se vuelve aún más borroso. La cotidianidad del diario inunda la película, un día puede durar un segundo (el vuelo de una mariposa en cámara lenta) o varias horas (el timelapse de una vista preciosa), y la textura de lo que vemos varía desde el celular al celuloide, del autoretrato a la contemplación. Cualquier imagen le sirve a Pauwels para representar su septiembre, tan subjetivo que dura 35 días y tan bello que ya quisiera uno vivir en él. Miguel Gutiérrez
Lúa Vermella (Lois Patiño, 2019). Antofacine, Ficiqq
El representante del Nuevo Cine Gallego, Lois Patiño, crea en Lúa Vermella (Luna roja) una ficción con tono poético y metafísico que nos sumerge en el imaginario fantástico de la costa de Galicia, con meigas (brujas) y fantasmas que buscan el cuerpo de un pescador desaparecido en el mar. La madre del Rubio (personaje real que ha ayudado a recuperar más de 40 cadáveres) se está volviendo loca al no poder recobrar el cuerpo de su hijo fallecido en un naufragio, usando los espejos para hablar con los muertos e invocando a la luna roja para que vuelva a la vida. En una búsqueda que involucra a todo el pueblo, tres meigas recorren los paisajes acompañadas de figuras con túnicas blancas que contrastan con la luz roja de la luna de sangre que tiñe la fantasmagórica atmósfera, logrando escenas de alto impacto visual en una gigantesca presa que representa la bestia que la lua vermella despertó. Marisol Aguila Bettancourt
Nona. Si me mojan yo los quemo (Camila José Donoso, 2019). Jirafa Distribución
El fuego es el elemento que entrega a la película su atmósfera tan extraña, que se percibe como parte de las incoherencias manifestadas en la narración. El fuego aparece en el racconto como una manera unir el argumento que fluye por un criterio de asociación libre. En cierto punto, Josefina aparece como una señora, quizás enferma, que esconde las posibilidades de que veamos su fuerte tendencia pirómana, pero esta lectura del personaje está dentro del carácter indeterminado de la trama, que juega con el humor negro y deja de darle importancia a la lógica narrativa. Camila Rioseco en Nona. Si me mojan, yo los quemo: Lo fantástico y lo técnico acerca de la abuela Josefina
El otro (Francisco Bermejo, 2020). FicValdivia, Fidocs
En medio de un paisaje patagónico, en lo que parece ser una isla en la mitad de la nada, Bermejo sigue la vida cotidiana de un buzo que debe subsistir en medio de lluvias, rocas y mares. A partir de determinados desplazamientos del montaje, Bermejo transita del retrato al reflejo, de la mimesis al doble, en un registro sobre los límites de la mente y la obsesiva recurrencia de la ausencia como imagen. Con cuidadísimos y sugerentes encuadres (siempre en el juego con reflejos), El otro es una clara muestra de un trabajo de mucho pulido y reflexión, una observación que decanta en la creación del punto de vista creativo de mucha densidad. Iván Pinto. Más en Informe 51 Visions du réel (1): Identificaciones imaginarias, Informe La Semana del Documental de DocMontevideo: La otredad y sus vulnerabilidades
Fauna (Nicolás Pereda, 2020). FicValdivia
Pereda, influido por el trabajo de análisis de la narcocultura de Oswaldo Zavala, quien señala que gran parte de la idea que tenemos de los narcos, de los carteles y el mundo que los rodea son representaciones que solo existen y se reproducen en la televisión, el cine y los diarios, quiso hacer en Fauna una crítica a la representación de los narcos y de la violencia, de allí que Paco Barreiro -que realmente es actor de Narcos y habla poco o nada- haga incluso un ejercicio crítico de su trabajo como actor en dicha reproducción en la primera mitad y luego haga efectivamente de narco en la segunda. De todas formas, tanto su estructura de díptico como su cambio de tono de comedia a thriller no facilitan que dicha crítica política se materialice del todo, y más bien parece flotar irregularmente entre el ejercicio de capas metanarrativas propuesto por Pereda y sus actores, lo que por sí mismo configura una gran película. Miguel Gutiérrez en Informe XXVII FICValdivia (4): El cine y su performance
Diamantes en bruto (Josh y Benny Safdie, 2020). Netflix
Los Safdie juegan con total consciencia de los límites que en algún momento tendrán que reventarles en la cara a sus personajes, quienes estiran las reglas de una realidad que no puede aguantar tanto. Eventualmente, llegarán la ley, la autoridad, el tener que hacerse cargo o, derechamente, la maldad, quizá el gran límite de todo acto ingenuo e infantil. La diferencia es que, en Diamantes en bruto, Ratner se encuentra con su límite habiendo estirado hasta el máximo las posibilidades de la realidad, al punto en que esa posibilidad mágica que es una apuesta loca y exagerada, basada totalmente en la fantasía, en la relación arbitraria de elementos supuestamente cargados de cábala, se cumple. Punto para las ideaciones infantiles. Franco Abello en Diamantes en bruto (3): Adicción y ciudad. Más en: Diamantes en bruto (1): El pulso del capital, Diamantes en bruto (2): La velocidad de lo pretencioso
First Cow (Kelly Reichardt, 2019). Sin estreno
Quizá la primera vaquita indica una suerte de vaticinio de todas las demás que llegarán, la diferencia será la manera en la que otros se relacionarán con ellas, para Cookie y King –los protagonistas de la historia– la vaquita no significa un «bien» del cual sacar algún tipo de provecho, Cookie se dirige a ella con la misma ternura y empatía con la que recolecta hongos o construye su amistad con King. Encuentro una propuesta política en este gesto: ante la idea de la competencia con el otro la amistad subvierte toda jerarquía. Ante la pretensión de considerar a la naturaleza como un recurso explotable, la película nos la presenta con su especial atención en el río, en los árboles o en las hojas. Y es que el espacio es clave en el film, funciona como en un western clásico; sin embargo, First Cow trabaja con una arqueología sin mitos fundacionales, es un antiwestern que hace de lo doméstico (una cabaña en el bosque) un espacio de resistencia. Karina Solórzano
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (José Luis Torres Leiva, 2020). Story Board Media, Ondamedia
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos habita en silencios que son interrumpidos muy pocas veces, escuchando el sonido de una caricia, un susurro, una música a lo lejos o la propia voz de Ana, quien al mismo tiempo recita las palabras de dos historias que irrumpen en la narración. Ambos cuentos -una mujer mayor encuentra a una niña salvaje, un hombre tiene un encuentro con otro, descubriendo en él al gran amor de su vida- parecen ser aristas de su propia historia. A través de sus relatos podemos acceder a la manera en que Ana comprende la realidad que vive junto a María. Alejandra Pinto López en Vendrá la muerte y tendrá tus ojos: La fragilidad del cuerpo.
Swallow (Carlo Mirabella-Davis, 2019). Mubi
Mediante su protagonista, Hunter (Haley Bennet), la película trae en pleno siglo XXI al arquetipo decimonónico "ángel del hogar", bajo una mirada cronenbergiana que minimaliza la narrativa y la puesta en escena en sintonía con la extraña compulsión alimenticia del personaje. Ella traga objetos imposibles a escondidas, a la vez que se despersonaliza dentro de un teatro familiar que le otorgó el peor papel, para orgullo de quienes la dominan, en apariencia, benévolamente. Ese rol también es uno silencioso, como corresponde a la buena ama de casa que le toca interpretar en esa vivienda llena de reencuadres que la aprisionan. La voz negada es la afirmación de su servidumbre voluntaria: tragar equivale a callarse todo lo insoportable que la somete, absorber es una forma de automutilación interna. Hay un doble componente de placer/displacer en las imágenes que exponen el desorden alimentario, al igual que con todo lo dicho/no dicho en las interacciones de los personajes y el mandato ideológico que les conforma. En la imagen, por corte quirúrgico, se salta del escenario familiar a la intimidad de esta esposa-trofeo mientras espiamos, alternadamente, con extrañeza, asco, horror, compasión, diversión e incredulidad. Así, este melodrama sellado al vacío sobre un cuerpo sin órganos encontrará una vía de salida, aunque hacia una evacuación de lo explícito. Hay que estar atento y seguir la regla del juego propuesto para entender que debemos abandonarla al final, porque ya hemos sido voyeristas de su padecimiento por mucho tiempo. Álvaro García Mateluna
Dick Johnson is dead (Kirsten Johnson, 2020). Netflix
Dick Johnson ha muerto. Su hija ha preparado su funeral, un homenaje al que van sus amigos más queridos, quienes lo lloran, lo recuerdan y se preocupan de dejar en claro la clase de hombre indispensable que fue. El muerto, el propio Dick Johnson, observa desde un rincón, emocionado, porque, por una vez, puede saber que piensan de él todos quienes lo rodean. Un acto de justicia, podríamos pensar, porque ¿no es eso lo justo? ¿No deberíamos todos tener esa posibilidad? La cineasta Kirsten Johnson piensa en todas las posibilidades de fallecimiento de su padre, un psiquiatra en vías de retirarse con un diagnóstico de demencia. Desde ahí recrea con gran sentido del humor algunos de esos eventos hipotéticos: una caída, un accidente en la calle, un infarto, pero más allá de eso, nos permite adentrarnos en un recorrido sobre la historia del padre, la de ella como documentalista y los bordes y abismos que enfrentamos al hacernos conscientes de que, a la larga y sin ninguna duda, vamos a morir.
Con más ironía que moralina sobre el sentido de la vida, Dick Johnson is dead logra encarnar en un solo personaje muchos de los cuestionamientos que realizamos y que, probablemente, seguiremos persiguiendo. Operando como carta de despedida y declaración de principios (de la hija y del propio Dick), este documental logra que nos movamos entre la risa incómoda y la nostalgia, un logro no menor y bastante inesperado. Alejandra Pinto López
The Woman Who Ran (Hong Sang-soo, 2020). Sin estreno
La discusión (o justificación) sobre si Sang-soo repite siempre la misma película vuelve con cada nuevo estreno, pero también parece hacerse cada vez menos importante. Es evidente que el director insiste sobre una forma estética, pero también se hacen más claras las diferencias y variantes que va probando entre película y película.
Por esta razón, a pesar de ser uno de los autores más revisados a partir de la perspectiva autoral, las obras de Sang-soo se pueden abordar desde cualquier casi cualquier punto de partido. Para quien partiera con The Woman Who Ran se encontraría con otra película en que los diálogos, la disposición corporal y la puesta en escena se mezclaran como si se tratara de un mismo elemento. Además de esto, el espacio que obtienen sus protagonistas se hace cada vez mayor, algo especialmente notorio en la forma en que las expresiones y gestos de Kim Min-hee definen cada escena y acercamiento óptico. Por si esto no fuese suficiente, la película incluye uno de los mejores planos gatunos jamás realizados. Héctor Oyarzún
Danses macabres, squelettes et autres fantaisies (Pierre Léon, Rita Azevedo Gomes y Jean-Louis Schefer, 2019). Frontera Sur
Un juego a tres voces donde el paisaje de la campiña francesa es el telón de fondo para las reflexiones e indagaciones en torno a las llamadas “Danzas macabras”, figuras alegóricas presentes desde el medioevo en Europa, con una particular carga metafísica. Schefer, destacado filósofo francés y autor del esencial L´homme ordinaire du cinema (1980), protagoniza en gran parte este divague especulativo, mientras León y Azevedo lo filman y acompañan en medio de generosas comidas y vino por doquier. La sutil reflexividad del filme da espacio para el silencio, la mirada y la palabra hablada en un documental placentero y lleno de pliegues. Iván Pinto