Informe XVI Sanfic (1): De la noche a la mañana: A la deriva
Iniciamos nuestros reportes de la 16° edición de SANFIC, con la coproducción argentino-chilena De la noche a la mañana, comedia que no se desenvuelve en términos convencionales, prefiriendo en cambio una perspectiva sutil, donde los chistes específicos son reemplazados por una atmósfera que apela a lo incómodo. Si bien hay elementos que pueden servir como base para que el relato se adentre en lo absurdo, se mantiene en un terreno sobrio, donde los matices adquieren una mayor importancia. Hay momentos en que las equivocaciones vividas por el protagonista recuerdan a los hermanos Coen de Inside Llewyn Davis.
En la película De la noche a la mañana, una coproducción argentino-chilena del director Manuel Ferrari, cada una de sus escenas está compuesta por un solo plano. No vemos, por lo tanto, técnicas cinematográficas tan elementales como el plano contraplano cuando dos personajes están conversando, sino que los cortes surgen solo cuando se pasa de una escena a la otra. Un planteamiento como ese exige que cada momento sea diseñado con precisión, ya que el desarrollo interno de una escena no será tan proclive a las correcciones posteriores del montaje, que en este caso está más encargado de determinar cuando comienza y termina cada una de ellas.
La calma o firmeza que parecen ser necesarias en una tarea como aquella contrastan con la personalidad de su protagonista, un neurótico arquitecto argentino llamado Ignacio (Esteban Menis), quien en cada uno de sus gestos transmite la vacilación de alguien que no sabe bien lo que quiere. Su vida no tiene muchos sobresaltos, con una rutina que se divide entre sus clases como profesor universitario y el trabajo que realiza para la empresa de su suegro, pero la repentina noticia de que su novia está embarazada le llega como algo sorpresivo, difícil de procesar. Al mismo tiempo, Ignacio recibe una invitación para exponer en un congreso en Chile, y si bien tiene miedo de dejar sola a su pareja, ella le asegura que no hay problema en que viaje, porque son solo algunos días y el embarazo no está muy avanzado. Presentada así la situación, sumada al carácter del personaje principal, no es muy difícil adivinar que su experiencia en esa travesía no será como lo esperaba.
Hay algo en Ignacio que atrae las dificultades, como una nube negra que se posa sobre su cabeza. En una de las primeras escenas de la película lo vemos leyendo un libro de Franz Kafka, quizás un guiño a esa carga inexorable que deberá aguantar durante el resto de la obra, pero los problemas que encuentra en su camino no llegan a tener la gravedad ni provocan la impotencia de una novela como El proceso. Los obstáculos del personaje son más cotidianos, unos micro inconvenientes o pequeños fastidios que no hacen de su vida algo miserable, sino que algo más o menos irritante. Por lo mismo, la cinta se permite incorporar un tono humorístico a las situaciones narradas, otra diferencia que tiene con las historias de ese escritor.
La comedia que vemos en De la noche a la mañana no se desenvuelve en términos convencionales, prefiriendo en cambio una perspectiva sutil, donde los chistes específicos son reemplazados por una atmósfera que apela a lo incómodo. Si bien hay elementos que pueden servir como base para que el relato se adentre en lo absurdo (mensajes telefónicos que no llegan a su destinatario, personas que no encuentra, un congreso que nadie parece conocer), la obra se mantiene en un terreno sobrio, donde los matices adquieren una mayor importancia. Hay momentos en que las equivocaciones vividas por el protagonista hacen recordar al trabajo de los hermanos Coen, pero no al de cintas como The Big Lebowski (1998), ni siquiera al de A Serious Man (2009); su aire aterrizado y a veces melancólico se acerca más al de Inside Llewyn Davis (2013).
Como en esa obra, la inestabilidad personal del protagonista es reflejada en su deambular espacial, que en este caso tiene como principal foco la ciudad de Valparaíso. Sus cerros, escaleras y pasajes son el terreno idóneo para que Ignacio lleve a cabo una búsqueda incesante de algo que desconoce. La incertidumbre del personaje es constante y la perplejidad se convierte en su rasgo definitorio. Universidades tomadas, encargos pendientes, alojamientos efímeros, todas estas cosas lo mantienen en un estado de inquietud, sin la posibilidad de detenerse y descansar. La fotografía de Fernando Lockett aprovecha las locaciones donde transcurren las escenas para hacer de ese espacio un elemento fundamental para la película, a través de una predominancia de planos medios y planos generales, pero sin caer en la idealización turística de esos lugares.
Una de las grandes virtudes de la cinta es la manera en que ocupa la idiosincrasia chilena para hacer del viaje de Ignacio algo que tiene personalidad propia. El guion, escrito por Ferrari, Gabriel Medina y Rodrigo Muñoz Gálvez (este último, chileno), retrata a los personajes que se encuentra el protagonista con una efectiva verosimilitud y un buen ojo por los detalles. El avasallador empresario interpretado por Alejandro Goic, sobre todo, surge como uno de los puntos altos en De la noche a la mañana, uno de esos individuos que se roban las pocas escenas en las que aparecen, como ocurría, por ejemplo, con el papel de Luis Gnecco en Aquí no ha pasado nada (2016) o el de Amparo Noguera en Ema (2019).
Varios de los obstáculos con los que se enfrenta Ignacio están conectados con el lugar al que llega, lo que le da una cuota satírica a la obra. No se trata solo de maldiciones que caen desde el cielo, sino que elementos arraigados a este “país del alambrito”: la desorganización institucional, el aprovechamiento, la arrogancia, la apatía. Desde los ojos de un espectador chileno, la obra funciona ya que es difícil no verse reflejado en el entorno que captura con tanta veracidad, aunque resulta inevitable preguntarse cuál será el efecto con audiencias de otros países.
A medida que los días pasan, el viaje de Ignacio adquiere unas implicancias que el protagonista no esperaba. Lo que debió ser una rápida visita a Valparaíso por razones académicas termina enfrentando al personaje a preguntas sobre quién es y qué quiere en la vida. Una repentina oferta laboral lo obliga a evaluar su situación en Argentina, mientras que los lazos que empieza a forjar con una profesora universitaria complican su situación sentimental. Estas cuestiones no llegan de la nada, porque, pese a las dudas del arquitecto, se nota cómo empieza a considerar algunas de las opciones que están a su alcance. De hecho, el propio viaje a Chile parece haber surgido como una manera de alejarse momentáneamente de la noticia de que será padre, para examinarla con la distancia necesaria.
La indecisión de Ignacio se ve desafiada por las extrañas circunstancias en las que se desenvuelve su viaje. Forzado a definir sus prioridades y metas, ya no se puede resguardar en la comodidad de la inercia.
Título original: De la noche a la mañana. Dirección: Manuel Ferrari. Guion: Manuel Ferrari, Gabriel Medina, Rodrigo Muñoz Gálvez. Fotografía: Fernando Lockett. Reparto: Esteban Menis, Manuela Martelli, Alejandro Goic. País: Argentina, Chile. Año: 2019. Duración: 88 min.