42 Festival Cine UC (1): On the beach at night alone. La naturaleza del desamor y su travesía en el duelo
-Pensaba que estabas borracha.
-Estaba soñando.
Diálogo en la playa entre la actriz y un conocido que se le acerca.
¿Qué hay detrás del rostro de Kim Min-hee en el cartel promocional de esta película? Pues es el mar oscuro al que hace referencia el nombre de la cinta, y es que a partir de la segunda película de Hong Sang-soo el mar está siempre presente en sus trabajos. El mar observado por sus personajes, el mar como telón de fondo de las vivencias. No hay mucho que escarbar para saber que ese mar presente -que diríamos más bien omnipresente-, casi siempre fuera de temporada, casi siempre vacío de personas, hace referencia a la inmensidad y el misterio de lo inconsciente. Y esta no es la excepción.
Rodada en invierno, el frío te transmite la ausencia, el desamor, la muerte. Todas la películas de Hong Sang-soo son como armatostes desnudos, nunca nos evadimos de que es un armatoste cinematográfico con diálogos directos, donde los elementos o están desnudos o se desnudan, y que muchas veces termina evocando a la comedia por esta consciencia de las situaciones, pero aquí ha decidido quitar prácticamente del todo la comedia para acentuar el duelo. El respeto que él siente hacia la melancolía del desamor, hacia la dolorosa aceptación de la realidad.
Compuesta de dos partes, la historia se centra en una actriz en el proceso de distanciarse de la relación que ha mantenido con un hombre casado y que además es director de cine; distanciarse también con todo lo que implica ser personaje público en una sociedad altamente moralista como la de Corea del Sur y la exposición de su romance. Mediáticamente esta película ha querido ser vendida como autobiográfica, como una respuesta pública, debido a la similitud con la situación que han vivido el mismo Hong Sang-soo y la protagonista Kim Min-hee desde el año pasado, pero quien conozca su cine, sabe que desde hace mucho ha tratado este mismo tema. Quizás el escándalo sirva para promocionar mejor la cinta, pero no hay nada nuevo al hablar de triángulos amorosos, así como también en anteriores filmes usaba a mujeres que no tenían pelos en la lengua para enfrentar a las personas. En conclusión, a parte de ser una información curiosa no es más que unas herramientas para utilizar en el universo acotado del que ya hablaba antes.
En la primera parte aún vemos la esperanza de la actriz y en la segunda la entrega al duelo. La primera parte sucede fuera del país donde vive una amiga y los lugares por dónde se mueve; y la segunda en su país, relacionándose con personas de su pasado. Las emociones de la protagonista influyen en todas las situaciones que vive y el clímax sucede a través del sueño donde vomita lo que no es posible comunicar al otro. Expresando a través del sueño todo lo que necesita decir y lo que deseaba escuchar.
Como punto extremadamente interesante vemos en toda la película cómo la intimidad es violentada por todos los que conocen la situación por la que está pasando. Los otros se inmiscuyen por eso que se quiere mantener en silencio, no necesariamente ocultar, pero sí simplemente ser respetado; y somos testigos mientras la acompañamos de que en ningún momento puede vivirse con delicadeza, porque siempre están los otros interrumpiendo su soledad o intentando invadir con comentarios y preguntas algo que no les pertenece.
En anteriores realizaciones de Hong Sang-soo ya hemos visto a los personajes vagar al encuentro de viejos amigos o en la búsqueda de ellos mismos en sus tiempos muertos. En su campo de lo conocido todo se llena de detalles significativos que apreciar, de gestos auténticos. En sus estructuras juega a enseñarte el espacio, el tiempo, cómo se confunden el sueño y la percepción, la emoción que tiñe el escenario, que tiñe las situaciones, cuando en las mesas hay tazas de té o café o cuando el alcohol que desinhibe expresa algo honesto que podría ser tanto vivido como soñado. La incomodidad de lo compartido, de lo juzgado.
Hong Sang-soo basa su cine en una premisa arquetípica, y de ella coge una emoción base para analizar y diseccionar, enseñando lo que desborda la racionalidad y que no alcanzamos a entender. Dentro de este universo conocido cuenta una y otra vez las emociones que se nos escapan, son películas llenas de momentos entre dos o más personas, entre lo que pueden compartir y lo que se les escapa a ellos mismos. Es por esta causa que sus películas las puedes ver más de una vez y seguir encontrando sentidos y detalles nuevos. Es lo que tiende a hacer un trabajo tan sobresaliente.
Ya van veintiún películas del realizador surcoreano, incluyendo las tres que ha estrenado el año pasado. A partir ya de su segundo filme ha abierto un universo personal bastante acotado que sigue activo y necesario en la actualidad. Sus películas, que él también escribe, van funcionando en los festivales pero son mucho más que películas festivaleras y trascenderán esta época, como ya ha sucedido con antecesores con los que se le compara: Philippe Garrel, Woody Allen, Eric Rohmer, Robert Bresson, etc. Este director es uno de los grandes de todos los tiempos.
Andrea Bravo
Título original: Bamui Haebyunaeseo Honjaaka / On the Beach at Night Alone. Dirección: Hong Sang-soo. Guión: Hong Sang-soo. Fotografía: Kim Hyeong-gyu, Park Hongyeol. Reparto: Kim Min-hee, Seo Young-Hwa, Jae-yeong Jeong, Seong-kun Mun, Kwon Hae-hyo, Song Seon-mi, Ahn Jae-Hong, Park Yea-Ju. País: Corea del Sur. Año: 2017. Duración: 101 min.