L’Impossible - Pages arrachées

Del foco de Sylvain George, una buena noticia que nos trajo el festival. Aquí se encuentran varios elementos que ya darán impronta de su estilo posterior (el filme es de 2009): docu-experiencia que se mueve entre el registro cercano de inmigrantes, el estallido de las revueltas con la policía, el registro de las pancartas, graffitis  y lucha anti policial, así como el remontaje de filmes militantes del 68 y del 80 que inscriben las luchas actuales en una historia de larga duración de reivindicaciones sociales (extractos, entre otros, de Lionel Soukaz activista gay de los años 80). Entre medio, el montaje sonoro combina los canticos de la marcha, música punk (MC5, Richard Hell and the Voivods), free jazz y una increíble improvisación entre Archie Sepp y Chuck D en torno a las “vueltas de chaqueta” de la izquierda francesa post 68.  El blanco y negro de las películas de Sylvain George es algo más que una retórica del color, es la materialidad cromática que ilustra las figuraciones del conflicto, la visibilidad y el imposible fin del antagonismo.

Solar (Manuel Abramovich)

Dentro de la Competencia Latinoamerica. El primer largometraje del director del premiado cortometraje La reina, es un retrato donde el retratado violenta el punto de vista del propio director. Concebido como juego de espejos, el punto de inicio es el retrato de Flavio Cabobianco, el ex niño que en la década del noventa publicó un libro best seller new age “Vengo del sol” con solo 10 años. Manuel incursiona en su historia, intentando atar cabos sueltos familiares, entre ellos la extraña relación simbiótica con su hermano y la inestabilidad emocional de su madre. Aquello se vuelve también una película que empieza a desmoronarse, donde  el retratado busca devolver la mirada y tomar el control. El juego por el control lleva al filme a dar vuelta la pregunta por el imposible retrato y la fragilidad del registro. Abramovich resuelve bien esta tensión dando cuenta de varias aristas del caso, aunque no sin cierta dificultad en el propio montaje y el ritmo.  Un trabajo prometedor de un documentalista con mucho para decir.

Le plein pays (Antoine Boutet)

Del 2009, esta película que pertenecía al foco dedicado a Antoine Boutet, da cuenta de un retrato particular. Se trata del seguimiento a Jean Marie, un ermitaño que vive solo en el bosque y que ha construido un refugio de la humanidad a su propia medida: entre canciones antiguas de Jacques Brel, sus difusos recuerdos y un túnel que lleva más de treinta años construyendo. Aunque su director lo define como una metáfora sobre el artista y su mundo, lo cierto es que el filme cala hondo desde una reflexión sobre el absurdo, el lenguaje, la naturaleza y los límites de lo humano. Un viaje materialista y físico   por la conciencia y la memoria.

Tempestad (Tatiana Huezo)

También en la Competencia latinoamerica. Erigido en forma de un relato doble desde dos testimonios de mujeres encarceladas (el caso de Miriam, por el delito de tráfico de personas, y Adela, quien trabaja en un circo ambulante), va componiendo un trayecto vívido y experiencial que tiene a la violencia y la impunidad como telón de fondo. El viaje que relata Huezo es la descripción de un infierno burocrático. Pero la cineasta compone esto bifurcando las relaciones entre imágenes y sonidos, encontrando un tono confesional en la voz y una mirada que recorre los espacios y lugares en un trayecto en que se suceden ventanas y puertas que se cierran. Huezo establece así una narrativa de la frontera que va de lo psico-social a lo geopolítico, del espacio del afecto y la corporalidad a la distribución económica y jurídica de la violencia. Ante eso, la imagen documental visualiza el camino que bifurca, separa y distribuye los cuerpos, dando voz a quienes, en este mundo, sufren la injusticia y la desigualdad pero re-situando cinematográficamente su condición de víctima. Huezo interroga al documental desde esta forma del tratamiento hacia su condición de transmisión de experiencia.

Le concours (Claire Simon)

La película que inauguró este Fidocs es un seguimiento coral al proceso de aceptación de estudiantes de cine en la escuela Le Femis. Las expectativas y frustraciones, la diferencia de criterios entre jurados y el intento de llevar un proceso “objetivo” frente a algo que es difícil de evaluar -la calidad de un proyecto creativo, la veracidad de un discurso sobre el cine, lo meritorio de un currículo o carta de interés- son parte del tema del documental. Va construyendo un muro de relatos, situaciones, detalles que constituyen -a la Wiseman o Depardon- el lado humano y social de la vida institucional. Un retrato desde adentro y con cierto sentido optimista de las burocracias institucionales, que no es nada más que un reflejo del estado de las cosas, guste o disguste. Lo cierto es que Simon tiene pulso, ritmo y perspicacia para construir esta crónica colectiva.

Iván Pinto