Lo que por momentos se pensaba sería una maratón entre las monumentales Érase una vez… en Hollywood de Quentin Tarantino y El Irlandés de Martin Scorsese, la carrera por los premios Oscar parece asemejarse más a los 100 metros planos, con un sprint final liderado por 1917 de Sam Mendes, y la cada vez más popular Parásitos del director surcoreano Bong Joon-Ho. La primera, literalmente una película que avanza en el correr de sus personajes, se levanta a todas luces como la favorita en algunas de las principales  categorías. ¿Habrá lugar para sorpresas? ¿Quedará algo para las rezagadas?

Mejor Actor de Reparto – Brad Pitt, Érase una vez… en Hollywood

Brad Pitt todavía es parte de ese amargo sitial donde descansan actores y actrices que, pese a su global popularidad, aún no son reconocidos con un premio Oscar. Su carrera ha tenido altibajos, de eso no hay duda, pero sus seguidores argumentarán que en más de una oportunidad ha merecido el reconocimiento. Esta parece ser la oportunidad de romper la maldición, una que su co-estrella Leonardo Di Caprio rompió hace pocos años, con un papel clásico de Tarantino: carismático pero afable, duro y resiliente, un “true american”. No pocos podrían considerar a Joe Pesci, interpretando a Russell Bufalino en El Irlandés, como el verdadero merecedor de la estatuilla, gracias a su actuación cargada de emotividad y elocuencia mafiosa, pero la tendencia de la temporada se inclina con harta ventaja hacia Pitt, un doble de acción intentando mantenerse en una industria que lo rezaga, en la medida que su patrón va siendo empujado hacia el olvido.

Mejor Actriz de Reparto – Laura Dern, Historia de un Matrimonio

En una categoría que no aparece como muy competitiva, Laura Dern emerge como la principal candidata, casi sin dobles lecturas. Con su rol estructural como la implacable abogada Nora, en Historia de un Matrimonio de Noah Baumbach, Dern se encamina a su primer Oscar en su tercera nominación, con un papel que se siente escrito para apuntar a esta clase de premios. Como dice Manuela Jorquera en su crítica en el sitio, “destaca por su sólido y poderoso rol como abogada de Nicole. Memorable es la escena de su monólogo donde se descarga acerca de lo injusto y machista que es el tribunal respecto a las mujeres y la maternidad”.

Mejor Actor Protagónico – Joaquín Phoenix, El Guasón

Hay pocos roles más icónicos para Hollywood que el Guasón. El enemigo acérrimo de Batman, ha tomado la pantalla en diversos formatos y soportes, siendo interpretado por algunos de los actores más relevantes de la industria. Jack Nicholson lo hizo con Tim Burton (Batman, 1989), Heath Leadger ganó un Oscar póstumo por el papel en El Caballero de la Noche (Christopher Nolan, 2008), y ahora regresa con un Joaquín Phoenix inspiradísimo, que ha arrasado con la temporada de premios. La película cuenta con 11 nominaciones, la mayor cantidad este año, pero todo descansa en los hombros del actor, quien ejecuta un papel de gran exigencia física y emocional, precisamente los que le encantan a la Academia. Para Andrés Nazarala “es principalmente responsabilidad de un Phoenix extraordinario que podamos sentir empatía por el personaje. Y eso, de alguna manera, nos pone de su lado.”

Mejor Actriz Protagónica – Renée Zellweger, Judy

En una situación similar a la categoría de Mejor Actriz de Reparto, parece que Renée Zellweger avanza sin obstáculos a obtener su segundo Oscar, después de ganar como mejor secundaria en 2004 con Cold Mountain. Ahora, interpretando a la gran Judy Garland, pero en el ocaso de su carrera y su vida, Zellweger encarna las luces y sombras de un ícono de los años dorados de Hollywood, nuevamente, algo que suelen favorecer los votantes. Macarena Polanco asegura que “El as bajo la manga [para el director Rupert] Goold, y quien evita que la propuesta naufrague totalmente, es Renée Zellweger, la que atraviesa la película como una ráfaga de nervios, ego herido y de estrella en declive, sin embargo, es la actuación más relajada que le hemos visto en mucho tiempo.”

Mejor Dirección – Bong Joon-Ho, Parasitos

Parásitos se tomó Hollywood por asalto, con premios por doquier, potentes discursos de aceptación y una popularidad en ascenso. La estatuilla a Mejor Película Extranjera está prácticamente asegurada. Solo quedan dudas si el envión le alcanzará para robarse la noche y quedarse con algún otro galardón. Todo indica que las posibilidades se reducen a dos categorías potentes, Mejor Guion Original y Mejor Dirección. Se trata quizás de las pocas incertezas dentro de la ceremonia, y tal vez la predicción más riesgosa de esta pasada, pero mientras consideramos que el primero irá para Quentin Tarantino, el segundo será para Bong Joon-Ho. A su favor no solo está el gran trabajo realizado en Parásitos, sino que hay que sumarle que no es un debutante en Hollywood, la interesante conexión que hace la película con la cultura estadounidense, y el hecho de que en años recientes, los votantes suelen dividir al ganador de Mejor Dirección y Mejor Película. Nicolás Bello destaca de su trabajo que "la maestría de Bong Joon-ho para controlar los componentes del relato le permiten una transición fluida desde un estado al otro, triunfando en cada desafío que se autoimpone."

Mejor Película - 1917

Todo indica que la gran triunfadora de la noche será 1917, dirigida por Sam Mendes. La cinta ambientada en la Primera Guerra Mundial, sobre el heroico viaje de dos soldados para prevenir que miles de sus compatriotas sean asesinados en una trampa puesta por el enemigo, posee una innovadora forma de contar una historia de guerra, uno de los géneros predilectos de Hollywood. Cuenta con un despliegue artístico y técnico notable, donde prevemos al menos los premios de Mejor Fotografía para Roger Deakins, y Mejor Diseño de Producción para Dennis Gassner y Lee Sandales. Según José Parra, quien escribió sobre la película en El Agente Cine, Mendes logra “un filme que trae aire a la representación bélica, alejándose del caótico registro a mano alzada, construyendo una fábula que no pierde tiempo en argumentar sobre las diatribas del conflicto, la crueldad de la guerra y sus repercusiones en los individuos y la sociedad. Intenta mostrar todo aquello de manera sintética, en una carrera contrarreloj, que solo va hacia adelante, arrastrándonos consigo al ritmo de su propio y exclusivo tiempo”. Y a pesar de que su desarrollo narrativo esté subsumido al virtuosismo fotográfico, cumple con los requisitos necesarios para quedarse con los máximos honores. Cabe recordar que la Academia siempre se compromete a un grado controlado de innovación, y en esencia, sus votantes siguen siendo conservadores. Por eso, podemos presumir que todavía no es tiempo para una cinta que provenga del streaming, tampoco una que venga del otro lado del mundo. Como en muchos casos anteriores, 1917 puede no ser la mejor obra de entre las competidores, pero sin duda es la que se acomoda mejor al molde que suele premiarse como la Mejor Película del año por la Academia.

¿Qué pasa con Netflix entonces? Como ya adelantábamos, a pesar de la gran cantidad de nominaciones, la conclusión es que aún no están los tiempos para su conquista de la más alta colina hollywoodense. El Irlandés puede quedarse sin pan ni pedazo, aunque pensamos que Mejor Guion Adaptado está a su alcance, casi como premio de consuelo. Otras categorías que puede tenerse en mente son: Mejor Película Documental, donde American Factory aparece como la favorita, dentro de una selección que se ve bastante competitiva, pero que al trabajar la cruda realidad de una fábrica norteamericana comprada por capitales chinos, puede ser suficiente para la victoria. Además de estar coproducida por Higher Ground Productions, compañía de Barack y Michelle Obama. Finalmente, en Mejor Película Animada, la cinta que arremete como favorita es Toy Story 4, que pese a sus falencias, arrastrará votos al ser de Disney. No obstante, cerramos con la última predicción aventurada, levantando a Klaus, de Sergio Pablos y disponible en Netflix, como ganadora. Su narrativa universal y visualidad clásica, permiten salirse del molde de la animación CGI, algo que se ha destacado en los años anteriores, y sin tener una gran contendora en ese registro, puede dar la sorpresa.