Un bello sol interior: Sobre el amor romántico
Quizá lo primero que haya que apuntar sobre Un bello sol interior es a la misma Juliette Binoche. No habría que decir mucho más, pero siempre vale subrayar incluso lo evidente cuando es bueno. Su personaje sería toda la película si no notáramos, siempre para bien, la mano de Claire Denis.
La anécdota previa a la película es que está basada en Fragmentos de un discurso amoroso, de Ronald Barthes. Ante la tarea inicialmente complicada de traspasar ese texto a una ficción, Denis, junto a Christine Angot, su guionista, parecen optar por el camino (aparentemente) fácil: contar una historia. Isabelle es una artista plástica divorciada incapaz de retomar una vida amorosa satisfactoria. La película se pasea por los intentos de relaciones que tendrá Isabelle luego de su divorcio, especialmente considerando que es una mujer alrededor de los 50 años, lo que añade otras particularidades a esta búsqueda amorosa.
El tono de la película es variado, pasa del drama a la comedia con naturalidad. De la histeria más oscura a la más desbocada. Denis filma la intimidad y el psicologismo cíclico de Isabelle con total libertad y autoridad. Un bello sol interior es una película sin puntos finales, las relaciones no concluyen ni tampoco Isabelle parece definir posturas frente a sus amantes o a su propio deseo de encontrarse con otros. Así es como Denis pondrá a Isabelle como un personaje en cierta medida errante, incluso dependiente emocionalmente, no de alguien en particular sino de su estado amoroso, o de cierta necesidad de completud. Esa dependencia tendrá matices: encuentra diferentes razones para estar con cada uno de sus distintos amantes, distintas razones también para alejarse, pero pende de su propia histeria y necesidades que justifican sus movimientos amorosos. Quizá, a nivel histérico, su satisfacción se encuentre precisamente en esa errancia.
Claire Denis marca cierta distancia en relación a sus anteriores películas. Sus personajes son habladores, y la crudeza e incluso la perversión de sus anteriores filmes no se encuentran presentes, al menos no como marca estética de esta película, pero justamente es en las conversaciones de sus personajes en las que algo de eso se cuela. Son especialmente buenos para verbalizar lo que les ocurre, sin matices, sin interpretaciones, todos los personajes sufren de una honestidad descarnada, despreocupada, y son los personajes masculinos quienes mostrarán la peor versión de esa honestidad. El banquero, por ejemplo, primer amante que le conocemos a Isabelle, es descarado en su prepotencia, incluso para justificarla. Le deja en claro el lugar que ella ocupa en su vida, la busca y “seduce” sin ninguna preocupación distinta al llamado de su pene. Hay otros hombres para quienes la honestidad, que se encuentra en todos, no tendrá la marca de lo tóxico, serán distintos al abordar su relación con Isabelle, o con el amor, pero todos tienen muy claro qué es lo que les pasa.
Esa, junto a la errancia de la protagonista, es otra de las marcas distintivas de esta película, y es ahí donde se podría pensar que en otro nivel Un bello sol interior también funciona como homenaje al ensayo de Barthes, por la vía de la forma. Denis no se quema la cabeza en intentar armar una historia con sutilezas narrativas, sino que muestra lo que tiene que mostrar y dice lo que tiene que decir, para por fin llegar a acercarse a una hipótesis, o a reafirmarla, para el final del filme: la imposibilidad del amor romántico, o más bien la posibilidad dañina (aunque completamente neurótica, natural) del mismo.
La interrupción de Gérard Depardieu en los minutos finales es otro de los puntos altos de la película, si no el más alto de todos. En una conversación tan errática como los derroteros amorosos de Isabelle (la conversación tendrá que ver justamente con eso) se reafirmará la idea ensayística de la película. Habría que terminar diciendo que, como debe ser obvio, no es solo Juliette Binoche quien hace un gran trabajo, sino que Claire Denis también hace lo propio, ampliando su registro, variándolo internamente y entregando una película que si bien no está necesariamente entre lo mejor de su obra, sí tiene muchos elementos que recalcan la inteligencia notable de la directora.
Franco Abello
Nota comentarista: 7/10
Título original: Un beau soleil intérieur. Dirección: Claire Denis. Guión: Claire Denis, Christine Angot. Fotografía: Agnés Godard. Edición: Guy Lecorne. Música: Stuart Staples. Reparto: Juliette Binoche, Gérard Depardieu, Valeria Bruni Tedeschi, Nicolas Duvauchelle, Josiane Balasko, Xavier Beauvois, Alex Descas, Bruno Podalydès, Paul Blain. País: Francia. Año: 2017. Duración: 94 mins.