Es solo el fin del mundo (2): ¿O solo es el fin de un film?

En Es solo el fin del mundo Xavier Dolan vuelve a insistir en su exitoso despliegue de formas cinematográficas presentes a lo largo de su filmografía, abarcando desde la inserción de canciones pop a modo de breves videoclips, hasta montajes ralentizados/acelerados que vienen a alterar el acaecer de los hechos que componen la narración. A pesar de la utilización esta amplia gama de recursos, el efecto resultante de la combinación de ellos en el largometraje no es del todo satisfactorio.

El filme se desarrolla exclusivamente durante un solo día, en el cual Louis (Gaspard Ulliel) visita a su familia luego de doce años de distanciamiento. Desde antes de su llegada, en el hogar ya ronda toda una amalgama de sentimientos explosivos: incomprensión, rabia y tedio esperan al escritor desaparecido. Las cargas emocionales del film se sostienen en gran medida a través de primeros planos, los cuales permiten apreciar un par de rostros que intentan esconder su cansancio por medio de un improvisado maquillaje.

A pesar de lo anterior, resulta difícil empatizar con aquel torbellino de sentimientos que consumen a los personajes, en parte debido a que como espectadores tan solo presenciamos un breve encuentro diurno que desata la catarsis. Este arco narrativo se distancia de lo que acontece en otros trabajos de Dolan, como Laurence Anyways (2012) o Mommy (2014), en los que la vorágine se desarrolla por medio de una alternación entre coyunturas, cotidianeidad y locuras. Bajo esas dinámicas es posible apreciar los constantes vaivenes de los personajes, una mezcla tanto de la inestabilidad de estos como del deseo de alcanzar individualmente sus propios sueños.

Esto, por cierto, no debe confundirse con el hecho de querer proponernos como espectadores racionalizar los sentimientos de los personajes o buscar relaciones de causa/efecto entre ellos. Dolan a lo largo de su filmografía juega deliberadamente con la ignorancia frente a ciertos traumas de los personajes, siendo más bien por una cuestión de guión que en este filme resulta imposible llegar a adentrarse en la imagen que construye. La distancia generada para con los personajes es tal que a ratos resulta indiferente lo que ocurre realmente al interior de sus estados mentales. Como corolario de esto, las fantasías del pasado que inundan la cabeza del protagonista también devienen en irrelevantes, perdiendo su coherencia como contrapartes de un presente aparentemente agobiante.

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Si bien la música seleccionada resulta un respiro nostálgico para aquellos que vivieron parte de su adolescencia frente a la pantalla de MTV, su utilización en el metraje tampoco permite explorar nuevas experiencias narrativas o estéticas. Así, por ejemplo, cuando Suzanne (Léa Seydoux), la hermana menor del protagonista, se confiesa en privado mediante la exposición de sus postales vacías, y le expresa su dolor sobre el pasado ausente, comienza a reproducirse como telón de fondo  la canción "I miss you", de Blink 182. El resultado es una imagen sobrecargada, completamente literalizada por la música, en donde se pierde toda capacidad de sorpresa o emoción (elementos característicos del cine de Dolan), más allá de que paradójicamente las emociones de los personajes exploten constantemente a lo largo de la hora y media del filme.

En suma, si bien resulta imposible desconocer que el director canadiense ha logrado durante su breve y prolífica carrera construir un estilo artístico, en este caso en particular la forma en cómo fueron llevadas a cabo las operaciones cinematográficas impide al público generar un diálogo con el film. Así, el famoso axioma de que el orden de los factores no altera el producto, termina, esta vez, por romperse. Pero no por ello tendremos que vaticinar algún fin del mundo.

 

Nota comentarista: 5/10

Título original: Juste La Fin Du Monde. Dirección: Xavier Dolan. Guión: Xavier Dolan (basada en la obra teatral Juste La Fin Du Monde, de Jean-Luc Lagarce). Fotografía: André Turpin. Montaje: Xavier Dolan. Música original: Gabriel Yared. Reparto: Nathalie Baye, Vincent Cassel, Marion Cotillard, Léa Seydoux, Gaspard Ulliel. País: Canadá-Francia. Año: 2016. Duración: 97 min.