Fantasías Animadas #12: Garri Bardin (1): Las cosas tienen movimiento
El trabajo de Garri Bardin desde los ochenta se ha dirigido a formas del stop motion donde el trabajo material y la mano animada son parte de la estética de las propuestas. Además de marcar sus dedos en el claymotion, Bardin también se ha caracterizado por utilizar una diversidad de materiales "según lo que exija la historia". Esto implica que, aparte de materiales tradicionales como la plasticina, sus películas pueden utilizar fósforos, utensilios para comer, cuerdas, alambre o papeles. Esta variedad material da forma a una de las filmografías más lúdicas del stop motion.
Jan Švankmajer decía que su predilección por el stop motion hecho con plasticina tenía que ver con poder apreciar las marcas que los dedos dejaban. Para Švankmajer, la imperfección inevitable de que las huellas dactilares queden sobre la "piel" del personaje no solo no era un problema, era una de las razones por las que consideraba al stop motion una técnica tan especial. Además de ser un proceso que reflexiona y da cuenta sobre sí mismo, el stop motion también está mostrando su proceso de creación a medida que lo vemos. La factura de los materiales y la presencia del ingenio de la mano animadora es algo que no se puede hacer invisible del todo, ni siquiera en las animaciones de plasticina más profesionales.
Esta particularidad del stop motion es una de las cosas que mejor maneja Garri Bardin, cuyos dedos se notan sobre sus personajes en sus cortometrajes trabajados en plasticina de manera particularmente pronunciada. Los personajes de plasticina de Bardin pueden estar más o menos detallados, pero pareciera que siempre existe la voluntad de dejar estas marcas "amateur", la presencia del trabajo sobre los movimientos y gestos de cada personaje.
A pesar de comenzar como actor y, posteriormente, director de algunas animaciones tradicionales dentro de la Soyuzmultfilm, el trabajo de Bardin desde los ochenta se ha dirigido a estas formas del stop motion donde el trabajo material y la mano animada son parte de la estética de las propuestas. Además de marcar sus dedos en el claymotion, Bardin también se ha caracterizado por utilizar una diversidad de materiales "según lo que exija la historia". Esto implica que, aparte de materiales tradicionales como la plasticina, sus películas pueden utilizar fósforos, utensilios para comer, cuerdas, alambre o papeles. Esta variedad material da forma a una de las filmografías más lúdicas del stop motion. Además del Švankmajer de materiales "raros", como en Meat Love (1989), el trabajo de Bardin parece también adelantarse a formas más pop y contemporáneas del stop motion que utiliza materiales corrientes, como en las viñetas de YouTube realizadas por PES.
Conflicto (1983)
7 min.
Stop motion.
Se puede ver acá: https://www.youtube.com/watch?v=8m-VNvJpMpw
Después de algunos años trabajando dentro de la línea más tradicional de las caricaturas de Soyuzmultfilm, Conflicto inaugura el estilo que más tarde caracterizaría a Bardin, tanto por su selección de materiales como por su proximidad a la sátira política. El stop motion de Bardin tiene la gracia de ser altamente sofisticado en cuanto al movimiento, al mismo tiempo que la simpleza de su materialidad limita y potencia sus posibilidades de acción. En el caso de Conflicto, el hecho de escoger a un grupo de fósforos como protagonistas da forma tanto al estilo visual como a la trama del cortometraje. Por un lado, el movimiento sin articulaciones de los fósforos permite acciones mecánicas y restringe el diseño de personajes, y por el otro, el esfuerzo de Bardin puede enfocarse en probar todas las posibilidades de combinación dentro de este abanico limitado. Por ejemplo, el color de la cabeza de los fósforos sirve para jugar con el suelo y los fondos, mientras que la madera y el fuego dan paso al clímax del "conflicto" del título.
Al igual que en clásicos como Vecinos (Norman McLaren, 1952) o Chromophobia (Raoul Servais, 1966), la transparencia material que permite la animación le permite a Bardin convertir la oposición política de la película en una división del escenario y los personajes. La diferencia del color de la cabeza de los fósforos es suficiente excusa para armar dos bandos y jugar con los colores de cada uno. En ese sentido, se trata de una de las versiones más esquemáticas del stop motion, donde la división misma de la maqueta da la forma a la metáfora de guerra. Por lo demás, el mensaje del corto fue objetado en primer momento por los censores soviéticos por presentar un pacifismo excesivo y poco "posicionado".
Freaks (1987)
10 min.
Stop motion.
Se puede ver acá: https://www.youtube.com/watch?v=E_8EBn2PLHA
Si el esquema de Conflicto reducía el detalle de los elementos al mínimo, la sencillez aparente del diseño de Freaks la convierten en uno de los stop motion con más "vacíos" en la presentación de sus personajes. Después de los fósforos, las cuerdas. protagonistas de la historia de amor de Matrimonio (1987), y el uso desprolijo de la plasticina en Break! (1985), las películas de Bardin empezaron a guiarse por su selección de materiales en primer lugar, combinando sus historias con la presentación visual y las "cosas" escogidas para dar vida a la historia. En el caso de Freaks, el alambre fino (un material que muchas veces sirve de esqueleto para stop motion más "completos") es el material del que está hecho el contorno del protagonista, única parte visible de su cuerpo. El resto de los personajes y objetos son construidos por él mismo, haciendo más complejo el juego del cortometraje con su base material.
Aún siendo más "simple" en presentación que Conflicto, en realidad se trata de una proeza técnica mayor. Si bien otras animaciones como The Dot and the Line (Chuck Jones, 1965) o la serie italiana La línea (Osvaldo Cavandoli, 1971-86) ya habían probado la reducción del diseño en caricaturas a nada más que líneas de contorno, el hecho de trabajar en stop motion con materiales delgados, manipularlos con las manos y herramientas, presenta otro tipo de desafío. Sumado a esto, la sencillez del suelo de arena también contrasta con los cambios lumínicos utilizados por Bardin, iluminando a personajes casi sin volumen en escenas nocturnas. Por este y otros detalles (la impresión de profundidad, la manipulación de materiales hecha por el propio personaje), en realidad Freaks es uno de los cortometrajes más complejos y difíciles de Bardin.
Por último, nuevamente el material da forma al relato. La autoconstrucción del protagonista y su entorno, quien además de su casa da vida a un perro y una pareja de alambre, se convierte también en su propio encierro, una fortaleza que lo lleva al ostracismo máximo. Como en otros trabajos de Bardin, el último período de la Unión Soviética se cuela de distintas maneras en la simpleza de sus representaciones visuales.