De repente, el paraíso (2): Mudo estoicismo
En la misma medida, las decisiones de puesta en cámara tienden también a la contención. Como en sus filmes anteriores Suleiman procede sin demasiados énfasis visuales y registra las situaciones priorizando la cámara fija y las simetrías visuales, un equilibrio formal que fortalece la aparente desconexión emocional con la que el protagonista se enfrenta a cada una de las situaciones que la película enlaza.
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