Balance 2017 (5): Las películas que (aún) no pasaron en chile
Hablar de festivales y estrenos es hablar de calendarios, si bien en un artículo anterior hay un cuidadoso detalle de los festivales nacionales y las películas que pasaron por estos en el 2017, es interesante el ejercicio de analizar los tiempos de los festivales internacionales y como las películas van girando en ellas. Buena parte del mundo festivalero gira entorno a grandes ejes como los Oscar (Febrero) que definen los estrenos de ci ne norteamericano adulto, Berlín (Febrero), Cannes (Mayo) Venecia y Toronto (Septiembre) que se reparten los estrenos más esperados del cine internacional y que van repartiendo films al resto de festivales internacionales. En un territorio casi paralelo y con un perfil más de vanguardia Locarno (Agosto) y en menor medida Rotterdam (Enero) tratan de acaparar la cinefilia dura. Se alcanza a ver un claro patrón de repartición donde hay un equilibrio hasta finales de septiembre donde termina la temporada de premieres mundiales y comienza la temporada de festivales medianos y pequeños en Europa y el mundo, y exceptuando Venecia, Toronto y una rezagada San Sebastián que se pisan y sobreponen en un septiembre sobrecargado, el mundo festivalero se maneja en un equilibrio temporal. Como pequeño acápite es bueno nombrar a los festivales franceses de primer semestre que también son importantes como FIDMarseille (Julio) y Cinema du Reel (Marzo), aunque bastante más especializados en cine documental e hibrido.
Sabiendo a grandes rasgos cómo se reparten los estrenos de cine, el objetivo de este texto es recuperar algunas películas que aún no han pasado por los festivales y salas en Chile, desde casos que parecen casi irrecuperables, como películas estrenadas en el primer semestre del 2016, pasando por películas que recién se estrenaron en septiembre del 2017 y que están dentro del circuito lógico de su recorrido por festivales. El ciclo de vida de una película en su recorrido por festivales y salas comerciales es muy relativo y dependiente de muchísimos factores, pero si simplificamos y buscamos una especie de generalización es posible que un año y medio sea el tiempo en el cual una película deja de circular por festivales de forma normal, y a los seis meses es cuando ya está totalmente consolidada y es su momento más fuerte de circulación, aunque recalcando que nada de lo anteriormente planteado es regla ya que su visionado depende de muchísimos factores.
Finalmente antes de nombrar a las películas que merecen ser vistas es bueno plantear que este artículo no es una queja, sino más bien un recordatorio de todo lo que ha estado circulando afuera en los últimos dos años y que todavía se puede rescatar, sabiendo que la capacidad festivalera en Chile está limitada por varios factores, se espera que algunos de los films nombrados puedan completar la idea de cine que se hace alrededor del mundo.
Cine indie mediano y grande: El cine indie americano debido a su naturaleza suele tener problemas para su visualización en festivales en América Latina y su distribución comercial está fuertemente ligado a su presencia en los Oscar, ya que muchas veces es demasiado grande para un festival (generalmente porque tendrá estreno comercial), pero muchas veces suelen quedarse afuera de ambos circuitos. Aunque no es el caso de Chile, algunos festivales en Sudamérica suelen dedicarse con mayor ahínco a este tipo de cine como una de las ramas del BAFICI o IndieBo. Golden Exits de Alex Ross Perry (Enero 2017*) a pesar de haber tenido un recorrido en festivales en países vecinos, no parece tener posibilidades de ser vista en Chile y menos aún en distribución comercial debido a su ausencia en el circuito de premios, un film que se centra en personajes neuróticos de un New York cuyo volumen parece aplastar a sus personajes. Casos intermedios podrían ser A ghost story (Enero 2017) de David Lowery y Columbus (Enero 2017) de Kogonada, que no tienen posibilidades de Oscar y cuya distribución comercial es también improbable, así que son los festivales los cuales deben mostrar ese tipo de films pequeños pero con actores conocidos. El film de Lowery se ha movido en festivales de corte más fantástico aunque aparentemente no se vio en Sudamérica y el caso del crítico Kogonada que si se ha visto en Mar del Plata, es una pequeña oda a la estructura arquitectónica de la ciudad de Columbus y al salto a la madurez de una adolescente en un extraño contexto familiar, tal vez pueda ser recuperada por ArqFilmFest, ahora que vuelve el 2018. El último caso es el cine indie más minúsculo, por un lado la comedia mumblecore Short stay (Febrero 2016) de Ted Fendt, y por el otro el genial film minimalista Dark night (Enero 2016) de Tim Sutton con fuertes influencias de Elephant de Gus van Sant, ambas películas son extremos de cine generacional, que han sido grandes animadoras de los festivales por los cuales han pasado, herederas de un cine que era más característico en la década de los 2000, parece haber pocas posibilidades de su visionado en Chile dado el tiempo que ya ha pasado y por no tener un festival que se acomode a ellas, aunque a ultima hora un film pequeño como Thirst street (Septiembre 2017) de Nathan Silver fue rescatado por el festival de Cine de Las Condes, por lo cual aún hay esperanza, con este tipo de películas.
Cine Europeo: Nuevamente volvemos a los limbos de películas un poco más grandes que lo común y que por su peso suelen ser difíciles de programar (precios altos o preferencia de festivales grandes), como referencia se puede decir que estas películas suelen ser parte de la competencia oficial de alguno de los 3 festivales grandes. Une vie (Septiembre 2016) del francés Emanuel Brize, que se maneja en armonía con filmes que si se presentan en Chile como A quiet passion o Lady Macbeth, pero con un trasfondo bastante menos luminoso y que recuerda al Wuthering Heights de Andrea Arnold, el film está basado en una novela de Maupassant y es un recorrido por la vida de una mujer y sus luchas internas en medio de la abundancia y la crisis económica.
La competencia oficial de Berlín ha tenido muy poca presencia en festivales chilenos a pesar de su alto nivel este año, curiosamente los dos premios principales del festival no se han visto, la ganadora del oso de oro On body and soul de la húngara Ildikó Enyedi y la dardenniana Felicite del franco-senegalés Alain Gomis, ambas tienen fuertes posibilidades de alcanzar una nominación al Oscar lo que ayudaría a su circulación, en especial en el caso de Gomis, con una gran película que se mueve en el terreno de lo social y la alegoría religiosa, además de aportar a la cultura geográfica ya que esta filmada en Senegal. La portuguesa Colo (Febrero 2017) de Teresa Villaverde, también presente en Berlín, es posiblemente uno de los casos más flagrantes ya que apenas se ha visto en Latinoamérica y en el mundo, a pesar de ser un gran y sobrio film que encara la crisis portuguesa alejada del realismo casi fantástico característico del cine luso contemporáneo. Cierra este repaso una película que ha tenido un larguísimo recorrido pero que por algún motivo inexplicable no ha aterrizado en Chile, Mimosas (Mayo 2016) del gallego Olivier Laxe, es uno de los films más singulares de la temporada, que es un cruce entre Back to the future y el cine del iraní Bahman Ghobadi, que se ha visto sorprendiendo y extrañando alrededor del mundo, y de la cual incluso se ha filmado una especie de making off ficcionado llamado The sky trembles and the earth is afraid and the two eyes are not brothers.
Cine latino La situación del cine latino es un poco más expedita, su visibilidad en los festivales es más probable aunque necesariamente varias películas quedan afuera por la gran cantidad de películs circulantes. En el caso del cine argentino, el de mayor en producción de la zona, llama la atención la ausencia de films como: Otra madre (Enero 2017) del cordobés Mariano Luque una hermosa y pequeña docuficción, con una fuerte reivindicación del rol y fortaleza de las mujeres contado mediante historias paralelas, sin duda puede ser un excelente estreno en Femcine, al igual que Alanis (Agosto 2017) de Anahí Berneri que fue una de las pelìculas mejor catalogadas por la crítica argentina por su manejo con mucha humanidad sobre un tema tabu como es la prostitución y la maternidad. El documental Cuatreros (Noviembre 2017) de Albertina Carri es uno de los grandes experimentos del año que lastimosamente no paso por Chile, entre la represión política y la intimidad y ante todo el frenetico montaje a triple pantalla, Carri lográ romper un poco más la idea de cine que tiene la mente convencional. Siguiendo con las historias femeninas el film brasilero As duas irenes (Febrero 2017) de Fabio Meira es una film que juega un poco con las ideas del blockbuster de Disney Juego de gemelas, en el plano de dos hermanas que no sabian de la existencia de la otra y como afecta esto en su crecimiento, como una forma de verse en un espejo en la vida de otra persona .Finalmente una de las ausencias más llamativas es la del colombiano Vladimir Durán con Adiós entusiasmo (Febrero 2017), una comedia con un espíritu similar a Kynodontas y sin duda de las piezas más divertidas y extravagantes del año, que a pesar de haber ganado un premio Sanfic industria el 2016, no se ha visto en ese u otro festival.
El conflicto: Los documentales sobre los conflictos y migraciones en Oriente medio y Africa no han tenido una masiva presencia en los festivales chilenos durante este año, a pesar de la gran calidad de alguno de ellos como la notable Taste of cement (Marzo 2017) de Ziad Kalthoum que relata las complejas condiciones de los trabajadores sirios en construcciones en el Líbano, una constante discriminación y sus aspiraciones en medio de un conflicto que parece no tener una solución próxima. Spectres are haunting Europe (Octubre 2016) de la dupla Maria Kourkouta y Niki Giannari es de lejos uno de los mejores retratos sobre las fronteras entre la Europa Oriental que trata de contener a toda costa a los refugiados, aunque los directores filman esta situación con una gran humanidad y buscando la empatía del espectador, ya que se alcanza a ver como las personas a pesar de la difícil situación buscan normalizar su día a día. Aparte de mostrar la situación de los que se fueron, el cine muestra a los que se quedaron, Atlal (Julio 2016) plantea una juventud sin esperanzas y que es consecuencia de la dura represión de la dictadura de los años 90 en una sociedad que parece no haberse recuperado y que solo espera irse a Europa, frente a esa desesperanza la poesía en medio del conflicto kurdo en Meteors (Agosto 2017) del turco Gürcan Keltek, plantea la lucha de un pueblo en el eterno limbo de formar parte de un país al cual no corresponden, en medio de la represión del gobierno turco, entre la poesía y la mirada hacia el cielo en busca de respuestas. Also Known as Jihadi (Julio 2017) del francés Eric Baudelaire, es una brutal deconstrucción del yihadista europeo, pasando por el reclutamiento, los erráticos movimientos a lo largo del camino de un terrorista, una obra maestra al servicio de los datos duros, pero también sujeta a una serie de ambigüedades que generan dudas sobre estos personajes.
Cine de Vanguardia: Dentro del plano más "hardcore" y su relación con Chile, este tiene un panorama más variado con varios festivales como opción, dado que las opciones de programación se aumentan con la aparición de Frontera Sur, que junto a otros recoge este cine. El primer ejemplo proviene de la escuela berlinesa de la mano de Angela Schanelec con Der traumhafte Weg (Agosto 2016), film fuertemente bressoniano que recorre la deshumanización en las grandes capitales y una integración europea que aparentemente se ha hecho de una forma bastante artificial, y repasando el automatismo que tanto ha explorado Haneke en sus películas. Con un ánimo similar Those Who Are Fine (Agosto 2017,) del suizo Cyril Schäublin es un punto muy alto de ese cine de gente que se refleja en sus posesiones, que habla de sus seguros de vida, de sus planes de internet, que estafa de forma burda a ancianas y que parece alejarse de la idealización suiza que se tiene en mente. Bastante más luminoso es el documental alemán 66 Kinos (Octubre 2016) que recorre 66 cines de pequeñas ciudades alemanas, donde el director muestra su anterior película El tiempo pasa como un león rugiendo, desde planos seidlianos hasta pequeñas historias de cines que sobreviven con diferentes grados de dificultad, el film es una oda a las pequeñas salas de cine y a las personas que asisten, como un solo ente. Finalmente uno de los films más elegantes del 2016 es Kékszakállú (Septiembre 2016) del argentino Gastón Solnicki, uno de los mejores films argentinos del año que es un enigmático recorrido por esas elites argentinas que vacacionan en Uruguay, pero que están en medio de una decadencia no tan evidente, un rompecabezas acompañado por la opera El castillo Barbazul de Bela Bartok.
Cine asiatico: Mientras Apichatpong Weerasathakul y Hong Sang Soo son directores infaltables en el circuito chileno de festivales, ha habido una extraña ausencia de cierto cine asiatico en este año, el caso excepcional* a ser citado es Lav Diaz, el cine del director filipino ha estado ausente por varios años en Chile, una rapida busqueda no muestra que alguno de sus films se haya visto ultimamente, aunque la extensión de sus peliculas es un impedimento, por ejemplo las 8 horas de A Lullaby to the Sorrowful Mystery (Febrero 2016) o las 4,5 horas de Norte, the end of the history, parecen limitar su circulación, incluso que The woman who left (Septiembre 2016) haya sido la película ganadora del León de oro no fue suficiente para ser exhibida en Chile. Un caso similar es el documentalista chino Wang Bing, que este año se reconcilio con el país con la presentación en FIDOCS de Mrs. Fang (Septiembre 2017) su film ganador de Locarno, aunque sus dos films del año pasado no asomaron en Chile: Ta’ang (Febrero 2016) rabioso documental sobre la compleja situación en la frontera entre Birmania y China y Bitter Money (Septiembre 2016) un reflejo del capitalismo salvaje que devora China, reflejada en pequeños comerciantes, Wang Bing es sin duda uno de los documentalistas más incisivos de la más cruda realidad china, ya sea desde las situaciones más intimas (Three sisters, Mrs Fang), hasta complejos procesos comunitarios, disecciona China y sus desigualdades, es una pena lo poco que se ha visto de él en el país.
Una lista de cierre: El repaso podría continuar, pero una forma de simplificar es una lista final con otros nombres más, que incluye cortos, cine africano y hasta alguna comedia. La programación en los festivales chilenos como siempre ha estado a la altura, aunque no está demás dar un recordatorio de algunos films que se quedaron afuera y que todavia podrían verse.
By the Time it Gets Dark (Agosto 2016, Anocha Suwichakornpong, Tailandia)
Ni juge, ni soumise (Septiembre 2017, Jean Libon, Belgica)
La disco resplandece (Septiembre 2016,Chema García Ibarra, España)
Tinselwood (Febrero 2016, Marie Voignier, Francia, Camerún)
Spell Reel (Febrero 2017, Filipa César, Alemania, Guinea Bissau)
Flores (Mayo 2017, Jorge Jácome, Portugal)
Dragonfly Eyes (Septiembre 2017, Xu Bing, China)
Julia ist (Marzo 2017, Elena Martin, España)
Turtles Are Always Home (Febrero 2017, Rawane Nassif, Qatar)
Werewolf (Agosto 2016, Ashley McKenzie, Canada)
* La nomenclatura incluye el mes y el año de estreno mundial para un mejor contexto.
**El redactor ha visto casi todas las películas que recomienda, ya sea en festivales o plataformas especializadas, exceptuando las películas de Lav Diaz.