Informe XI In-Edit Nescafé (4): My Secret World. The Story of Sarah Records (Lucy Dawkins, 2014)

Esta es la historia de un sello de música independiente que nacido en el seno de la cultura del fanzine,  de la fotocopia y los escritos a mano, es llevado a cabo por un par de adolescentes enamorados cuyo telón de fondo fueron los parajes y la brisa marina de Bristol de la segunda mitad de los 80s. Su objetivo era quebrar con la dinámica de las corporaciones. Puede sonar cliché, pero aplicarlo a numerar a mano 1000 copias de un vinilo, escribir una carta en cada uno de los envíos (la cual normalmente era respondida) y lamer cada una de las estampillas es completamente justo. Llevar a cabo una labor que normalmente es totalmente automatizada e industrial, en un piso barato, con poco dinero y mucho entusiasmo adolescente es tomarse muy enserio el concepto de independencia.

El sello lanzó varios discos (234 aproximadamente) para luego desaparecer. Eso fue todo. My Secret World. The Story of Sarah Records es un fanzine hecho documental, un amoroso collage relatado por los protagonistas directos de esta historia, que resultan ser las bandas, los oyentes que escribían cartas a mano luego de recibir cada disco y  finalmente Clare y Matt.

El relato está compuesto por un repaso cronológico a los 100 principales lanzamientos del sello (catalogados como “Sarah 1” hasta “Sarah 100”), que también incluía fanzines los cuales estaban catalogados para que fueran tomados tan enserio como los baratos discos de vinilo de 7 pulgadas, la mayoría de ellos con portadas hechas con fotografías de parajes de Bristol, como puentes o puertos, resultando así una suerte de paseo por la ciudad inglesa. A medida que avanza conocemos las anécdotas y posturas políticas de Matt y Clare, las que estaban ligadas por el DIY (hazlo tú mismo) viéndose reflejado en las peripecias de un sello de música dulce y sensible al margen de un mercado dominado por las corporaciones que desesperadamente intenta devorar cualquier impulso juvenil para transformarlo en billetes. Esta postura radical que tienen los creadores de Sarah Records se veía reflejada en acciones tales como mantener los discos al precio más barato posible, y nunca ligarse a lo nuevo que estaba entrando en ese tiempo como el cd, ya que ellos sabían y nos recalcan que muchos de sus oyentes no poseían esa nueva tecnología continuando con los vinilos, además de no poner mujeres en sus portadas, renegando así de la clásica estrategia de marketing que usa a la figura femenina como atractivo mercantil. El cariño y empatía recibida por los seguidores de las bandas y del sello contrastaba de manera radical con la visión que tenía la prensa musical del momento, revistas como NME o Melody Maker catalogaron a Sarah Records como retrógrados, infantiles, etc. Y se empeñaron en ridiculizarlos, aunque en esos tiempos sin la apertura que supuso internet las críticas de las revistas musicales podían sepultar el destino de un grupo musical, poco importaba, ya que el mismísimo John Peel (disck jockey de la BBC importantísimo en Inglaterra para ese tiempo) era un fanático reconocido del sello y pinchaba sus discos en su programa, una y otra vez.

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El tratamiento del documental es ascendente guiándonos en torno a los hitos musicales más conocidos, sin embargo que esté basado mayoritariamente en las entrevistas hace que exista una precariedad respecto al material de archivo, no obstante igual se agradece, porque  nunca había tenido acceso a ver algún video de Another Sunny Day y qué Matt y Claire dijeran que lo mejor era como sonaban en vivo, me daba una cierta nostalgia porque nunca podré ver a mis bandas favoritas, ni menos a Heavenly con Calvin Johnson tocando su tema en conjunto “C is the heavenly option”, aunque suene meloso, ver y oír esos pequeños fragmentos ha resultado ser celestial, algo que sólo imaginaba a través de las escasas fotos disponibles en algunos sitios de internet y libros.

Sarah Records no es (como decía la sinopsis del festival) el sello mas “indie de los indies”, es la historia de los chicos de Bristol, cómo también podría ser la de Subway Organization o K Records en USA, o de los montones de esfuerzos musicales independientes que flamearon la bandera del “hazlo tu mismo” a través de la historia. El documental está principalmente dirigido a los interesados, a quienes están inmersos o son curiosos de toda esta historia del pop independiente o “indie pop”, que ya refinado por los años resulta ser casi siempre una etiqueta que hace referencia a un sonido solamente y no a una forma de hacer, escuchar y apreciar la música. La historia de Sarah Records es un encuentro con amigos que no conocíamos, conectados por bandas que sí conocemos y nos emocionan, aunque distemos en generaciones y parajes geográficos.

PS: My Secret World The Story of Sarah Records es un tesoro, un tesoro que en el festival IN-EDIT no se pudo apreciar del todo ya que las fallas técnicas que se dieron mientras se presentaba la película en su primera proyección fueron soportables, pero su corte final sin buscar una solución fue lamentable. Tristemente llegamos solamente al “Sarah 75” (nos faltaron 25) y perdimos lo más importante, el Sarah 100, el fin de Sarah. La solución que nos dio la coordinación del In-Edit fue una entrada gratis para cualquier otra función, hubo un claro problema de responsabilidad y organización de un  festival tiene que revisar los films que presentan antes de proyectarlos. Además el documental forma parte de la Competencial Oficial y el público no pudo votar por él

Alethia San Martín