Route Irish (1): Los supervivientes
Ken Loach y su guionista Paul Laverty parecen haber encontrado varias fórmulas eficaces y sugerentes pero siempre más importantes de lo que parecen, sepultando el talento en la altisonancia. Route Irish: la verdad a cualquier precio es una de las películas más crudas de Loach y aborda mezclando formatos se acerca con virulencia a los efectos de la guerra de Irak en un grupo de soldados envueltos en varias misiones nada humanitarias. Se abre con el funeral de Frankie, uno de los militares, muerto en extrañas circunstancias en un terreno donde abundan los abusos y los crímenes de guerra auspiciados por la maquinaria de guerra de EEUU. El montaje alternado de secuencias de un pasado de batallas sangrientas y un presente marcado por la tristeza, la intriga y el rencor funciona con eficacia pero allí donde Loach se muestra más original, como son algunas secuencias intimistas y en la cuidadosa dirección de la pareja protagonista, es donde el filme promete es precisamente donde se abandona en favor de un alegato necesario y valiente pero no por ello novedoso. Es decir Loach cuenta bien y con bravura algo que ya sabemos o nos han contado de diferente forma. En este sentido su filme se nos antoja cruel y pretencioso sin dejar por ello de contener muchos momentos de buen cine y de estar elaborado con inteligencia y tesón hasta un final marcado por un feroz antimilitarismo. La estupenda de fotografía de Chris Menges no salva un collage entre drama, thriller y cine “con mensaje” que acaba deparando pocas sorpresas, a pesar de sus aciertos aislados.
Fergus, el protagonista masculino, investiga la muerte de su amigo Frankie, un suceso blindado por las fuerzas armadas, y lo hace en un paisaje marcado por el duelo, la venganza y la culpa. Todo esto se mezcla con los recuerdos imborrable de las atrocidades de los soldados en Irak, dadas en imágenes de tono semidocumental. Una de las secuencias clave del filme, aquella en la que canta un músico árabe, nos muestra ciertas limitaciones en el cine de Loach incapaz de inscribir el horror sin mostrarlo de continuo, dando “mascado” al público algo que nos haga comprender el comportamiento brutal y hasta sádico del protagonista en su laberíntica y peligrosa investigación. Loach no tira de sutileza sino que denuncia con obviedades. Así, frente a momentos dramáticos de gran fuerza el filme incluye secuencias de acción, suspense y violencia propias de cualquier otro filme bélico o de un reportaje de denuncia.
Es posible que Loach sea un cineasta necesario pero que su originalidad haya perdido fuerza y necesite abonar su terreno fílmico de esos elementos que solo apunta en algunas secuencias aisladas. Route Irish es un filme de denuncia bien urdido pero también un filme de acción y violencia que subraya lo evidente provocando malestar en el espectador y, como de costumbre, sepultando sus personajes al servicio de la “idea”. Loach, surgido de las filas del “free cinema” en filmes como Route Irish es un cronista solo levemente incómodo pues a pesar de la crudeza de los hechos que nos narra se acaba decantando por el cine de acción-reflexión lo que lastra la segunda mitad de su trabajo.
Nota del comentarista: 6/10
Título original: Route Irish. Dirección: Ken Loach. Guión: Paul Laverty. Fotografía: Chris Menges. Reparto: Mark Womack, Andrea Lowe, John Bishop, Geoff Bell, Jack Fortune. Producción: Pascal Caucheteux, Rebbeca O´Brien. Distribuidora: Arcadia. País: Reino Unido, Francia, Italia, Bélgica, España. Año: 2010. Duración: 109 minutos.