Magia a la luz de la luna (Woody Allen, 2014)
Magia a la luz de la luna es la nueva aventura de Woody Allen y, definitivamente, lo que menos tiene esta comedia es magia. Un guión con una trama pobre para lo que podríamos esperar de Allen, interpretaciones de lo más predecibles y una de la “nuevas” chicas de Woody, Emma Stone, quien se mantiene en un nivel de comedia adolescente resulta totalmente irrelevante y sin ninguna gracia.
Vamos al guión. Ya sabemos de la fascinación de Woody por la magia, ya vimos algo de eso en Scoop. Esta vez, la historia gira en torno a un ilusionista escéptico, obviamente ateo, en los años 20 que es invitado por un amigo a desenmascarar a una joven psíquica. Todo bien en el papel si no fuera porque, independiente del contexto, la construcción del personaje, interpretado por Collin Firth, es una proyección del mismo director cuestipin que a estas alturas se vuelve demasiado obvio dentro de la filmografía de Allen.
La historia parece caer en cierto círculo vicioso que no lleva a ninguna parte. Colin Flirth interpreta al mismo Woody Allen, algo que para quien haya visto un par de películas del director le será fácil de apreciar. La única motivación del film es develar o no la existencia de algo más allá de la razón, el eterno conflicto entre fe y razón; pero esta vez un tema tan recurrente para el director parece no llegar a ningún lugar, ni siquiera la historia de amor parece verosímil, un desenlace bastante obvio que no se justifica por el mismo desarrollo del conflicto entre los protagonistas. En la contraparte y a estas alturas, la famosa Emma Stone parece quedarle grande no solo el papel, sino también el lugar donde está.
Dentro de la comedia, uno de los géneros mas recurrentes en el trabajo del neoyorkino, podemos ver cierto agotamiento en los recursos utilizados: los mismos personajes una y otra vez, los mismos temas e incluso, viendo la filmografía de los últimos 10 años, podemos apreciar que los filmes que han rondado este tono han sido los más bajos. Demás esta nombrar alguno, esto teniendo en cuenta el gran trabajo que pudimos apreciar en Blue Jasmine que correspondía a un drama con todas sus letras, incluso haciendo una doble lectura que tenia implicancias de crítica social.
Raúl Rojas Montalbán