Will you still love me / When I'm no longer young and beautiful? / Will you still love me / When I've got nothing but my aching soul? / I know you will, I know you will / I know that you will / Will you still love me when I'm no longer beautiful? / I've seen the world, lit it up / As my stage now / Channeling angels in a new age now / Hot summer days, rock and roll / The way you play for me at your show / And all the ways, I got to know / Your pretty face and electric soul.

“Young and Beautiful”, Lana del Rey (The Great Gatsby: Music from Baz Luhrmann’s Film, 2013)

La juventud es la trayectoria del camino empinado, en el que por mucho desear llegar hasta la cúspide te puedes hundir o caer en un abismo por falta de un plan diseñado, del plan justamente de sobrevivencia. Cuando caes, puedes ver el pantano y los seres más oscuros que habitan en ese sitio. Te puedes confundir y convertir en uno más de esos seres si no tienes las armas suficientes para salir del lodo y su hedor. Te sientes acompañado por tu tribu, aunque los individuos de esta comunidad, de acuerdo al flujo natural de las cosas, van tomando otros caminos o acogen nuevas estrategias en lo que respecta a la supervivencia. Es uno de los rostros de la juventud, un rostro menos amable y opaco, ya sea por las malas decisiones, por el peso de cómo se escribieron las biografías, por las inconsistencias, por las ausencias, por el abandono propio o por la dificultad de elaborar y exponer soluciones inmediatas. Son rostros sombríos que pululan en la noche y en las veredas a plena luz del día. Desde aquí, la realizadora española Marina Lameiro traza el documental Young & Beautiful (2018), todo sobre la base de cuatro historias, cuatro cuerpos, cuatro realidades. Eso sí, estas edificaciones tienen como pilares figuras, que a pesar de estar cerca o por sobre los treinta años de edad, no han logrado distanciarse de las incertidumbres de la misma juventud. ¿Qué quieren de la vida? ¿Dónde quieren estar? ¿Qué desean de ellos? ¿Realmente esperan algo de la vida y del entorno? ¿Por qué están a la espera?

El título del trabajo de Lameiro se encuentra a kilómetros de distancia de lo que nos expone, porque de alguna forma intenta darle cuerda al efecto espejo, a que nos encontremos allí, que veamos nuestros desórdenes, nuestras concepciones, nuestras magulladuras, nuestros aciertos y que nos instalemos para contestar una serie de interrogantes que quizás la realizadora tenga apuntados en un cuaderno de manera firme junto a ella. No quisiera justificar la médula de Young & Beautiful como un espacio antropológico o como una radiografía forzada, aunque Lameiro lo haga. Su integridad, sus risas, sus afirmaciones, su escucha, su espacio de recepciones no solo mediante la cámara y el registro están ahí. Ella es una protagonista más y es el ojo y el oído ante los cuatro cuerpos. Se involucra al punto de que Ione, Poti, Das y Nais se vuelven vulnerables y no se censuran en el registro de su cotidiano.

Si la hermana de Marina, dato que no se da a conocer en el documental, tiene que alimentarse y optar por reciclar verduras derrochadas en contenedores de basura y hablar desde el desarrollo de su arte, ella ahí está captándola. Si Poti se pone en cuatro sobre la cama simulando un acto y contorneo sexuales, Lameiro ahí está entre risas. Mientras él, dueño de la performance e integrante del proyecto techno Platiblond Extreme, con un look medio chic-antisistema, enuncia y muestra el estado flácido de su piel, revelando que no es precisamente el Adonis que cualquiera querría para cogerse. También es el día a día de otros dos corazones desajustados. Por un lado, Das, envuelto entre su sensibilidad por la danza, su orientación sexual y paisajes lejanos de la gran urbe y, por otro, la de Nais, con su quiebre sentimental a cuestas, medio desplazada en su rol materno y de regreso a la casa de su madre. Es el equivalente a sacar el celular del bolsillo y hacer uso de la cámara, mientras que un amigo, lejos de un estado de sobriedad en una madrugada, se recostara sobre un colchón y depositara en uno todo lo que fue, lo que es y lo que nunca podrá ser. Balances similares a los que hacen los recién egresados de Reality Bites (1994), de Ben Stiller, que se muestran desnudos, con sus disyuntivas y sin certidumbre frente a una cámara casera. Balances y preguntas, en medio de cierta candidez, como los que se hacen los amigos en esa especie de road movie que es Los exiliados románticos (2015), ficción del también español Jonás Trueba.

Young & Beautiful, siendo el proyecto de Lameiro del máster en documentación y creación en la Universitat Pompeu Fabra, y que involucró seis años y dos de rodaje, pareciera que desea pesquisar más la raíz interna humana que la forma de lo que incluso podría considerarse como persecución. De manera casi imperceptible se logran atrapar las evoluciones de sus protagonistas. Están esos sentidos que determinan un docureality, aunque en versión más casera, de menor escala. Una versión indie, subterránea, que se acopla en clubes nocturnos, donde abundan los beats con letra en clave contestataria, en una industria deshabitada y a mal traer donde las tribus se alienan y se escabullen al ritmo del punk; una versión en que incluso una guitarra y una de estas cuatro voces marcan sus estados en la interpretación de "Young and Beautiful", de Lana del Rey. En esta geografía no hay villanos, tampoco héroes.

Aquí su manifiesto central: “Encuadrar es un poder que se ejerce sobre la imagen. La realidad se encuadra también, y lo que queda afuera pasa al olvido. No existe. Podríamos decir que no ser visible equivale prácticamente a no existir. Vivir fuera del encuadre te permite ciertas cosas. El espacio marginal es el espacio de la libertad. Para algunos, puede tener un aspecto desagradable, pero es más salvaje. Puedes hacer lo que quieras, evitar el programa establecido. Ser invisible es en cierta manera un superpoder que te permite saltarte las normas, vivir a tu antojo”. En esta ocasión la juventud y la belleza no emanaron desde una burguesía, desde los privilegiados. Esa es otra película. Hay que decirlo: la desnudez, su fragilidad y los márgenes ganaron con creces en este documental.

Nota comentarista: 8/10

Título original: Young & Beautiful. Dirección: Marina Lameiro. Guión: Marina Lameiro. Fotografía: Marina Lameiro. Montaje: Diana Toucedo. Sonido: Marina Lameiro, Jordi Ribas. País: España. Año: 2018. Duración: 72 minutos.