Una vida oculta (2): Las Edades de Malick

El cine de Malick presenta una cierta obsesión con el tiempo, con la observación de sus personajes en relación a su entorno, para hacernos reflexionar sobre el sentido de la humanidad. Con una fuerte presencia de lo religioso, pero también de la filosofía, Malick pone a sus personajes en disposición de un discurso que busca abrir más preguntas que dar respuestas a sus interrogantes. Y esa interrogante es el por qué existimos. Ese es el tema central de varias de sus películas: existimos en relación a la naturaleza, los sentimientos, pero principalmente existimos para cuestionar nuestra condición humana.

Es posible reconocer dos etapas en la cinematografía de Malick. La primera, vinculada al sacrificio como parte del ser humano, y una segunda, relacionada con el sentido del ser humano. Ambas conectadas por una búsqueda por comprender la existencia humana. Una vida oculta, su última película, es una suerte de transito entre ambas etapas, un sacrificio que cuestiona directamente el por qué existimos y el para qué. La premisa del film es clara. Apela directamente con un texto sobre fondo negro sobre la existencia de miles de héroes anónimos, a los cuales nadie va a dejarle flores a sus tumbas, pero que en su resistencia anónima ayudaron, de alguna forma, a la idea de humanidad que se ha presentado en los siglos XX y XXI. Entre esta resistencia sin cara y nombre, Malick elige la historia del austriaco Franz Jägerstätter, objetor de conciencia, beato de la Iglesia Católica, adaptando las cartas que él le escribió a su esposa Franziska desde la prisión durante la Segunda Guerra Mundial.

En Una vida oculta, la vida de Franz (August Diehl) transcurre con cierta tranquilidad en el pequeño pueblo de Radegund, en las montañas austriacas. Comparte las labores del campo junto a su esposa Fani (Valerie Pachner), y otros residentes del pueblo. Sin embargo, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial la calma del pueblo comienza a ser acechada por la sombra del nazismo. Ante el riesgo a ser llamado por el ejercito alemán, Franz decide ser objetor de conciencia, ya que por su catolicismo le es imposible jurar lealtad a Hitler. La objeción de Franz desata el repudio en su pueblo, el cual principalmente explota cuando Franz es reclutado al ejército y es tomado prisionero por traidor a la patria. En este momento la vida de Fani y sus hijas cambia, ya que la convivencia con el resto del pueblo se vuelve mínima, sufriendo ataques y rechazos directos que las obliga a recluirse en sus terrenos y casa.

De este modo, la objeción de Franz es una lucha constante entre su ser terrenal, esposo, padre, trabajador, y su fe. En esa batalla, lo espiritual trasciende de lo terrenal, llevándolo al extremo de entregar su vida por una causa que ni él mismo conoce. Mientras, que su presencia terrenal se transforma en un fantasma para sus hijas, y para Fani se reduce a las cartas que ella recibe desde la cárcel. Si bien Franz está con vida, desaparece mucho antes de la vida de su familia.

El cine de Malick presenta una cierta obsesión con el tiempo, con la observación de sus personajes en relación a su entorno, para hacernos reflexionar sobre el sentido de la humanidad. Con una fuerte presencia de lo religioso, pero también de la filosofía, Malick pone a sus personajes en disposición de un discurso que busca abrir más preguntas que dar respuestas a sus interrogantes. Y esa interrogante es el por qué existimos. Ese es el tema central de varias de sus películas: existimos en relación a la naturaleza, los sentimientos, pero principalmente existimos para cuestionar nuestra condición humana. Una condición humana que en lo habitual es extrema, situada en contextos de crisis, en donde lo divino de existir se torna como un refugio ante la precariedad de la vida.

Una vida oculta no presenta las reflexiones sobre la existencia como en El árbol de la vida (2011), ni cuestiona las relaciones humanas como en Song to Song (2017). Tampoco presenta el sacrificio ni la tragedia en los mismos niveles que en otras películas de su filmografía. Sin embargo, la virtud de Una vida oculta es que logra conjugar el sacrificio como medio de entender nuestra existencia, o al menos como cierta consecuencia con nuestra espiritualidad nos permitiría una vida o muerte realmente libre.

 

PD: La película está hablada en inglés, pero con muchos diálogos en alemán no subtitulado. Sería importante que los distribuidores pongan atención en esos detalles, ya que en momentos claves de la película los personajes solo dialogaban en alemán, perdiéndose la continuidad del relato.

 

Título original: A Hidden Life. Dirección: Terrence Malick. Guion: Terrence Malick. Fotografía: Jörg Widmer. Música: James Newton Howard. Reparto: August Diehl, Matthias Schoenaerts, Valerie Pachner, Michael Nyqvist, Jürgen Prochnow, Bruno Ganz, Martin Wuttke, Karl Markovics, Franz Rogowski, Tobias Moretti, Florian Schwienbacher. País: Estados Unidos - Alemania. Año: 2019. Duración: 174 min.