Spider-Man. Lejos de casa: Humo y espejos
Uno de los grandes atractivos de Peter Parker como personaje es que se trata de un superhéroe que adquirió sus poderes de manera accidental, y una vez que comienza a utilizarlos para luchar contra el crimen no abandona el tipo de vida que tenía antes de ese acontecimiento. En vez de convertirse en una bendición que facilita su día a día, esas habilidades sobrehumanas llegan como una nueva responsabilidad para el ya atareado adolescente. En los cómics el personaje debía equilibrar tanto su labor de justiciero como los desafíos más cotidianos de su entorno, intentando mantener ambas esferas separadas a través de una identidad secreta. La cercanía que formó con los lectores se vio reflejada también en que sus aventuras transcurrían por lo general en la ciudad de Nueva York, enfrentando amenazas de tipo más local que otros héroes.
Esa esencia del personaje fue bien representada en Spider-Man: Homecoming (2017), la primera película en solitario del superhéroe como parte del Universo Cinematográfico de Marvel. En aquella cinta, se mostraba cómo Peter (Tom Holland) buscaba trascender los límites del amistoso vecino arácnido, para embarcarse en misiones más grandes, de escala colosal. Aunque aprendió a valorar su rol como un héroe local en esa obra, en su siguiente aparición, Avengers: Infinity War (2018), se vio envuelto en un conflicto de carácter galáctico. No solo viajó al espacio y peleó contra el poderoso Thanos en otro planeta, sino que fue una de las víctimas del chasquido que ese villano hizo ocupando las Gemas del Infinito. El hecho provocó la desaparición de la mitad de los habitantes del universo, y solo tras un periodo de cinco años la medida puso ser revertida, siendo Peter Parker uno de los tantos que regresaron a la vida.
Después de una experiencia como esa, es natural que Peter quiera un pequeño descanso, así que la oportunidad de un viaje de estudios por Europa se transforma en un gran panorama para él. El viaje mostrado en Spider-Man: Lejos de casa le permitirá lidiar con un suceso tan duro como la muerte de su mentor, Tony Stark, y además le dará la opción de pasar más tiempo junto a MJ (Zendaya), la compañera de quien está enamorado. En esta ocasión, el deseo del protagonista es alejarse lo más posible de las grandes amenazas, pero con los Vengadores envueltos en una situación de incertidumbre Nick Fury (Samuel L. Jackson) cuenta con él para llenar el vacío que dejó Iron Man. Las apariciones de unos seres que encarnan diferentes elementos naturales, conocidos como Elementales, lo llevan a interrumpir su viaje para pelear contra ellos, colaborando con Quentin Beck / Mysterio (Jake Gyllenhaal), otro héroe dotado de superpoderes, quien afirma provenir de un universo paralelo.
Trasladar a Spider-Man desde su natal barrio de Queens, hasta ciudades como Venecia, Praga y Londres, puede parecer un riesgo para el espíritu del personaje, quien tiene un fuerte lazo con las calles de Nueva York. Otro cambio importante en esta obra es la incorporación de tecnología avanzada, como unos anteojos que Tony Stark le heredó y que le permiten acceder a un poderoso armamento de drones. Estos elementos, sin embargo, no distorsionan la esencia del superhéroe, sino que lo llevan a consolidarla. Es a través de este nuevo contexto que apreciamos mejor aquellos aspectos que lo hacen tan especial, ya que pese a los cambios del entorno y de las situaciones, Peter mantiene la personalidad que lo caracteriza.
En términos del tono ocupado, no era sencillo el desafío que enfrentaba el director Jon Watts. Por un lado, la película debía parecer una continuación natural del aire de comedia adolescente que vimos en Homecoming, que también fue dirigida por él, y por otro estamos ante la primera cinta del MCU que aborda las consecuencias de Avengers: Endgame (2019). El relato va transitando diferentes estados de ánimo para desarrollar estas ideas, como la melancolía y el duelo cuando el protagonista recuerda a Tony, la sensación de aventura e inquietud cuando Peter debe asumir nuevas responsabilidades, y el humor más liviano como el video que aparece al comienzo de la película como tributo de los superhéroes caídos al ritmo de “I Will Always Love You” de Whitney Houston.
Dado que en Homecoming no se mostró el origen del superhéroe, incluida la famosa muerte del tío Ben, es el fallecimiento de Tony Stark el hecho que pasa a tener un mayor impacto emocional para el Peter Parker interpretado por Tom Holland. Es ese suceso el que se convierte en la gran pérdida de su figura paterna. Aprovechando eso, el guion de Chris McKenna y Erik Sommers muestra al personaje de Jake Gyllenhaal como un nuevo mentor del protagonista, como una piedra de apoyo en los difíciles momentos que está pasando. Su actitud comprensiva contrasta con la severidad de Nick Fury, quien ve a Spider-Man más como un soldado o un agente que como un adolescente, así que Peter no tarda en formar un lazo con el primero.
Sin embargo, los espectadores que tengan una noción de quién es Mysterio, incluso de forma básica, verán esta situación con desconfianza, ya que se trata de un personaje que recurre a las ilusiones o espejismos para crear falsas realidades. Gyllenhaal no se limita solo a cobrar su cheque en las escenas donde participa, demostrando algunos de los rasgos que lo han convertido en uno de aquellos actores del Hollywood contemporáneo que vale la pena seguir. La caracterización de su personaje confirma la gran ventaja que tienen las historias de Spider-Man en su galería de villanos, algo similar a lo que ocurre con Batman en DC Comics, y replica el buen trabajo que los realizadores de la película alcanzaron en la anterior cinta con el Vulture de Michael Keaton.
Los trucos rudimentarios, y hasta ingenuos, que ocupaba Mysterio en sus primeras apariciones en los cómics son reemplazados acá por una avanzada tecnología que puede ser vista incluso como un eco de las ilusiones que busca crear el propio cine, sobre todo a través de sus efectos especiales actuales. Hay unas claras semejanzas visuales con técnicas como la captura de movimiento (o mo-cap), aunque no queda muy claro qué es lo que Lejos de casa quiere decir a través de estos paralelos, más allá de crear unos llamativos guiños metalingüísticos. En una escena, por ejemplo, se menciona cómo la sociedad actual parece solo prestar atención a aquello que provenga de los héroes con capa, ignorando al resto de las personas, pero la obra no adopta una postura clara acerca de si es consciente de que esa línea provenga precisamente de este tipo de película.
La capacidad de modificar la realidad por medio de estas ilusiones permite que Watts entregue unas secuencias deslumbrantes en términos estéticos, dejando que la creatividad de los artistas involucrados se libere de una manera poco habitual en el MCU, algo que recuerda a la sicodelia demostrada por Marvel Studios en ciertas escenas de Doctor Strange (2016), y hasta al colorido esplendor de la película animada Spider-Man: Into the Spider-Verse (2018). Esta obra no llega al nivel de aquella cinta animada, que nos entregó no solo una de las mejores películas de Spider-Man sino uno de los grandes exponentes del cine de superhéroes, pero hay aspectos que la hacen muy valorable.
A pesar de la pirotecnia que domina las escenas de acción, las conversaciones acerca del futuro de la Tierra, y los engaños y revelaciones de la trama, el corazón del relato se encuentra en las complicadas emociones que dominan la adolescencia de sus personajes jóvenes. Es en las torpes pero encantadoras interacciones de Peter y MJ donde vemos esa esquiva chispa que a veces los blockbusters no logran atrapar, ya que están más preocupadas de hacer volar ciudades que de aterrizar lo que está en juego.
Lejos de casa recurre a las explosiones y a la abundancia de efectos digitales, como toda película de héroes con superpoderes, pero reconoce la importancia de su protagonista como persona que posee una sensibilidad propia. Aun quitando los elementos que dicen relación con villanos o habilidades sobrehumanas, lo que queda es una buena historia acerca de un adolescente que está aprendiendo a asumir nuevas responsabilidades y que experimenta su primer acercamiento al amor.
Nota comentarista 7/10
Título original: Spider-Man: Far from Home. Dirección: Jon Watts. Guion: Chris McKenna, Erik Sommers. Fotografía: Matthew J. Lloyd. Reparto: Tom Holland, Samuel L. Jackson, Jake Gyllenhaal, Marisa Tomei, Jon Favreau, Zendaya, Jacob Batalon, Tony Revolori, Angourie Rice, Remy Hii, Martin Starr, J.B. Smoove, Jorge Lendeborg Jr., Cobie Smulders, Numan Acar, Yasmin Mwanza, Joshua Sinclair-Evans, Toni Garrn, Peter Billingsley, Nicholas Gleaves, Claire Rushbrook, Michael de Roos, Jeroen van Koningsbrugge, J.K. Simmons, Joseph Long, Hiten Patel. País: Estados Unidos. Año: 2019. Duración: 129 min.