Señora Gloria (1): Álbum familiar
Gloria es madre de tres hijos, durante la dictadura se fue exiliada a México, donde se separó o la abandonaron y a su regreso a Chile comenzó a trabajar para el Sheraton como relacionadora pública. Sus hijos viven en el extranjero, pero cuando Víctor Fajnzylber, el menor de estos y director del documental, se entera del avanzado cáncer de su madre, decide volver a Chile desde Francia para acompañarla y reconstruir su vida familiar.
El trabajo varía entre las imágenes de archivo y grabaciones actuales, caseras y algo más elaboradas, en las que el pasado y el presente de Gloria se entrelazan e intentan armar una historia de vida que, en el proceso, se pierde entre las anécdotas y los buenos deseos ajenos. Fajnzylber comienza el documental enunciando la relación de Gloria con su madre, tema que apenas vuelve a tocarse más adelante, como una pieza perdida del puzzle de un paisaje tan grande que termina por ser superficial. Da la impresión de que el puzzle nunca terminó de armarse: el relato se enreda y los temas que va tocando caen sin haber más relato unificador que la propia Gloria.
Fajnzylber intenta jugar con la ficción, lo anuncia, nos da a entender de que evidentemente no se trata de una ficción, hace role playing; antes, cuando efectivamente hace ficción (su cara preocupada esperando el resultado de su madre en el quirófano, Víctor sentado, pensativo, con una cámara lentamente alejándose) sus esfuerzos terminan tornándose artificiales. En ese sentido, el relato es algo torpe, tropieza consigo mismo y sus propias intenciones, tanto formales como temáticas. Así como la relación de Gloria con su madre, son varios los temas que quedan colgando sin haber sido profundizados: sus hijos, su exesposo, el peso de ser una madre soltera, su relación con la dictadura y luego con la democracia, su lucha entre la conciliación del trabajo, la familia y la enfermedad. El resto estará maquillado con anécdotas del hotel que, como todo lo anterior, suman como fotos en un álbum familiar, recuerdos bonitos pero que, en su revisión a dedo, no adquieren la sustancia que hiciera de la película una cuestión realmente interesante para los «afuerinos». Mal que mal, los álbumes familiares, bellos como pueden serlo, solo los ve la familia.
Es evidente que Fajnzylber crea este documental como un gesto de amor hacia su madre, y esto sirve como atadura del relato completo, pero el amarre sigue siendo endeble. Hacia el final, en la boca de Gloria y por intención del director, se va asomando una idea que solo adquiere relevancia en uno de los buenos momentos del documental, cuando otras personas toman voz y el discurso de Gloria encuentra sentido y fuerza en comunidad. La vida, a pesar de todo, es para celebrarla. Simple y necesario. Es muy buena la idea de cerrar así la película, pero es probable que ya haya sido demasiado tarde.
Nota comentarista: 5/10
Título original: Señora Gloria. Dirección: Víctor Fajnzylber. Casa productora: Mimbre Producciones. Producción: Rocío Romero. Fotografía: Francisco Almenara. Montaje: Rodrigo Fernández. Música: Miguel Miranda. Sonido: Roberto Espinoza. Distribución: DCI Distribución. País: Chile. Año: 2018. Duración: 66 min.