El maestro Humberto Maturana: De la ciencia al coaching
De acuerdo al teórico norteamericano Michael Renov, la poética del cine documental puede entenderse bajo cuatro tendencias fundamentales, que son: (1) el registro, (2) la promoción, (3) la interrogación y (4) la expresión. Podríamos decir que las dos primeras son tendencias dominantes mientras que las dos segundas minoritarias. Más allá de ello, me interesa la categorización de Renov para comprender una cierta función “divulgativa” del cine documental. Se trataría de un tipo de documental que, escondiendo centralmente sus herramientas de intervención, busca ponerse al servicio de lo mostrado. Algunas películas de Werner Herzog o, incluso, de André Labarthe buscan orientar su empleo hacia la comprensión de determinado paradigma científico o la obra de un autor. Con ello quiero decir que, si pensamos la especificidad histórica del documental, es necesario hacerse cargo de aquellas poéticas documentales más funcionales, donde la cuestión del tratamiento y el discurso buscan una cierta retórica del ajuste y la economía.
El documental El maestro Humberto Maturana podría entenderse bajo este precepto. Se trata de un documental de divulgación centrado en su totalidad en la figura del biólogo Humberto Maturana, conocido internacionalmente por las tesis desarrolladas junto a Francisco Varela en torno a la biología del conocimiento. El documental de Ivàn Tziboulka se apoya centralmente en una entrevista al propio Maturana, a lo que suma un grupo de entrevistados, entre los que se encuentran científicos cercanos a su figura. Hacia la segunda mitad destaca la presencia de Ximena Dávila, psicóloga con quien desde inicios de la década del dos mil es socio en la Escuela Matríztica, la que se ha orientado a un servicio de “coaching” organizacional.
La primera sección está dedicada centralmente a los primeros años de Maturana, particularmente su mítico viaje a Estados Unidos donde terminó trabajando en Massachussetts, orientando su estudio a la neurociencia. La segunda está dedicada a su regreso temprano a Chile (durante la década del sesenta) y de ahí su paso a la publicación de los libros De máquinas y seres vivos: una teoría sobre la organización biológica (1972) y El árbol del conocimiento: las bases biológicas del entendimiento humano (1984), ambos frutos de la investigación desarrollada junto a Francisco Varela. Toda una última sección se concentra en su actividad más reciente.
La primera sección describe a un Maturana curioso y a la búsqueda de espacios para la investigación científica en el marco de una precariedad institucional, lo que en gran parte explica su éxodo universitario hacia fines del noventa. Mientras Maturana veía cada vez más frustradas sus intenciones de desarrollar investigación competitiva en Chile, Varela es quien se va a Estados Unidos a seguir desarrollando investigación “dura”. La última sección está dedicada a su actividad actual: su alianza con la terapeuta Ximena Dávila para el desarrollo de una metodología organizacional y social desde una perspectiva que incluiría lo biológico y lo cultural. Así, Maturana, pasa de ser científico a un “maestro”; un paso que va de la especificidad del hallazgo a la generalización de su idea en una teoría englobante e iluminadora.
Si bien el documental de Tziboulka cumple con creces el afán divulgativo de la carrera y planteamientos centrales de Maturana de forma documentada, este mismo está dividido entre la reconstrucción y el homenaje, dejando de lado algún juicio de valor o crítica hacia su sujeto representado. Ello se nota en la ausencia de polémicas o diferencias dentro del campo intelectual, o detalles que podrían dar más agudeza a una lectura política. Me refiero, por ejemplo, a la charla dada por Maturana y Varela en Odeplan en plena dictadura, así como la influencia de sus teorías de sistemas autogenerativos en algunos intelectuales del neoliberalismo, abriendo un flanco para las disputas en el ámbito del coaching (ejemplo: Claudio Naranjo) y las actividades de la escuela Matríztica, no ajena a cuestionamientos ella tampoco. Aunque el documental de Tziboulka peque de cierto "respeto" por la figura que busca representar, a su favor cuenta el hallazgo más confesional e íntimo (en la primera sección), así como la visualización utópica de una biología que busca anclarse en el diálogo, el reconocimiento y la emoción para reconstruir lo social.
Nota comentarista: 6/10
Título original: El maestro Humberto Maturana. Dirección: Ivàn Tziboulka. Casa productora: Imago. Producción: Pablo Rosenblatt. Montaje: Rafael Espinoza. Música: Diego Álvarez, Manuel García. País: Chile. Año: 2019. Duración: 46 min.