Noche (2): Temores permanentes
Si hay algo que existe en el imaginario de los espectadores de cine nacionales, es que el cine chileno es monotemático. Aunque las cifras dicen lo contrario, durante el último tiempo ha sido difícil convencer a los detractores que señalan a los grandes temas de nuestro cine como una corteza difícil de roer, con el fantasma de la dictadura actuando como sombra en cada una de nuestras propuestas. Sin embargo, no es posible deshacernos de ello. Hablamos y seguimos hablando de eso porque no podemos hacer vista gorda de un hecho que sigue presente en cómo nos comunicamos y en las decisiones que tomamos como sociedad. Los tiempos de oscurantismo provocados por la dictadura cívico militar nos acechan hasta hoy, y esos efectos también se hacen sentir.
Por lo mismo, necesariamente hacemos la conexión con ese periodo al ingresar a Noche, la primera película Inti Carrizo-Ortiz. Todo el territorio se ve amenazado por un fenómeno que ocurre no solo en nuestro país, sino que en todo el mundo. Una noche eterna que provoca disturbios y miedo, mientras el protagonista, camina por las calles y mantiene a un prisionero, un “monstruo” que puede tener la clave de su búsqueda. Su pareja embarazada está desaparecida, mientras afuera hay batallas por subsistir.
Noche podría ser una apología más al periodo de la dictadura chilena, pero se encarga de escudriñar en el miedo basándolo en un temor que nos pega a todos por igual. El director usa imágenes que fácilmente pueden referirse a archivos de las más recientes protestas en Chile, mostrando la represión de las fuerzas armadas, y que pueden situarse en cualquier punto temporal de los últimos 45 años de nuestro país. Carrizo-Ortiz toma el tema con pinzas para no caer en la conspiranoia, dotando a su película, en algunas ocasiones, de un tono documental en el que es fácil ingresar.
Probablemente, donde se encuentran los puntos más flojos de la película es en la elección de los protagonistas (Carlos Talamilla y Dominga Gutiérrez), quienes se ven absorbidos por los personajes secundarios encarnados por Alejandro Trejo, Carmen Gloria Dasa y Héctor Noguera, actores experimentados y de larga trayectoria que le aportan consistencia a la historia. Este trío de personajes parece traer el eco de un estado de las cosas que, de manera dolorosa, podemos ver en Chile: el poder puede corromper, las personas olvidan quienes fueron, los medios no dicen toda la verdad. Carrizo-Ortiz nos está hablando de un sistema que nos obliga a sacar lo peor de nosotros, y al que difícilmente se puede combatir. Otro aspecto que tal vez podría haberse pulido mejor es la música incidental, que en algunos pasajes descoloca y le resta potencia a lo que estamos viendo en pantalla, sobreexplicando las ideas que se están transmitiendo.
Con todo, Noche goza de un guión limpio y bien ejecutado, una historia donde el espectador puede empatizar, independiente de su relación con los sucesos en los que se basa. De alguna manera, el director nos recuerda que la forma en la que estamos relacionándonos confluye hacia infiernos mucho más visibles de lo que creemos.
Valerse de la ciencia ficción para hablar del estado actual de nuestro país es algo que debe ser celebrado en Noche, sobre todo en tiempos como estos, en los que parece que el olvido quiere tomarse todas las tribunas, aunque sin lograrlo. Retomar estos temas es sano, y habla de esta memoria, persistente, que permitirá poder seguir hablando de ello. En ese sentido, la apuesta de Carrizo-Ortiz es dejar de ver nuestro pasado y nuestro presente como algo lejano y comenzar a tomar las riendas para mejorar nuestro paso por la sociedad.
Nota de la comentarista: 6/10
Título original: Noche. Dirección: Inti Carrizo-Ortiz. Guión: Inti Carrizo-Ortiz. Fotografía: Norman Gutiérrez. Montaje: Diego Figueroa. Música: Matías Castro. Reparto: Carlos Talamilla, Dominga Gutiérrez, Alejandro Trejo, Héctor Noguera, Carmen Gloria Dasa, Yerko Tolic. País: Chile. Año: 2017. Duración: 90 min.