El nombre (Cristóbal Valderrama, 2015)
La narración de este largometraje se entiende bajo la lógica del eterno retorno y la imposibilidad de escapar de un sino ominoso y aplastante, que reduce al personaje a una mera marioneta del destino que lo lleva a los entuertos constantes que lo ponen en la repetición constante de los mismos actos violentos y criminales que lo pusieron en problemas desde un principio.
Hay que saber que la cinta parte con la salida de la cárcel del personaje principal, acusado de algún tipo de crimen violento, el cual repite pocos minutos después, para luego volver a cometerlo (de la misma forma) al final. Aunque resulta atrayente en un principio, sin duda que dentro de los 70 minutos que dura la película, esto se torna un tanto repetitivo y a ratos simplista dentro de la representación de un mundo que está definido por la imposibilidad de escapar de esa violencia.
Sin embargo, la película es muy atrayente por la forma en la cual decide narrar visualmente. Ha sido muy comentado que miles de fotos fueron usadas para la película, lo cual daría a entender en un inicio que se tratara de una suerte de stop-motion con humanos, pero nada más alejado de eso. Aunque contiene pequeños momentos en que las fotos son tan seguidas que dan la ilusión de una animación, las fotos generalmente ocupan toda la pantalla, con algún pequeño reencuadre en movimiento, pero que se mantiene por varios segundos. Por una suerte de milagro, la película no pierde dinamismo.
Lo más impresionante de la película es cómo logra encuadrar varias fotos en el mismo cuadro, ya sea para dar la ilusión de diversos puntos de vista, como para presentar de forma diferente eventos como una muerte o una conversación, o para retratar el momento de extrema emoción, desamparo, tristeza y desesperación del personaje principal. Hay una inteligencia a la hora de usar este método visual de narración que lo separa de la absoluta necesidad de ser una película, y ahora sólo se puede entender dentro de ese contexto y no, por ejemplo, como una fotonovela.
Son escasas las películas que se comprometen a un estilo y lo mantienen a lo largo de toda su extensión de una manera que lo haga funcionar, pero esta película lo logra. Lamentablemente, la historia en sí no resulta tan atrayente, y termina por ser un tanto innecesariamente circular, predecible e incluso desesperante dentro de su planitud, donde pareciera que todo tiene importancia debido a su repetición constante, y al mismo tiempo nada, ya que pareciera que nadie aprende nada de lo vivido, ni siquiera el espectador llega a alguna comprensión importante respecto al personaje. Tal como parte, termina.
Nota comentarista: 6/10. Título original: El nombre. Dirección: Cristóbal Valderrama. Guión: Cristóbal Valderrama, Nicolás Saavedra, Carlos Labbé. Fotografía: José Luis Canales. Montaje: Camilo Campi. Reparto: Nicolás Saavedra, Erto Pantoja, Eduardo Barril, Paula Zúñiga. País: Chile. Año: 2015. Duración: 72 min.