Supongamos que Nueva York es una ciudad: La persona, un paisaje
Así como Lebowitz es una ciudad, la cámara de Scorsese filma Nueva York como si fuese un organismo viviente. Los contrapicados parecen engullir al espectador. En compensación, la cámara observa a la ciudad desde las alturas -el famoso ojo de dios del que Scorsese no se separa jamás- pero también la mira con el recelo propio de quien aún no logra apropiarse de ella del todo. Los paseos de la escritora por las calles de la ciudad se contraponen a las tomas realizadas en la famosa maqueta gigante, la misma con el sugerente nombre de The panorama of the city of New York. Es en esa representación que las conversaciones se vuelven más íntimas. Desde ahí, la ciudad les pertenece.
“El problema es que no tengo poder, pero tengo opiniones. Estoy llena de ellas” dice Fran Lebowitz en el primer capítulo de Pretend it's a city o, como fue traducido aquí, Supongamos que Nueva York es una ciudad. Incluir el nombre de la ciudad aludida le resta ironía, porque, precisamente, lo que Martin Scorsese intenta aquí es hablarnos de la ciudad de Nueva York, pero, a la vez, desentrañar la cabeza de su amiga Fran Lebowitz, escritora, comediante y, sobre todo, rebelde, que en su calidad de habitante de la ciudad durante los últimos 50 años, habla desde sí y es atrapada por su amigo Marty como si ella misma estuviese poblada.Como si ella también fuese una ciudad.
Pretendamos, entonces, que es una ciudad. La cabeza y la lengua afilada de Lebowitz nos lleva por lugares que no hubiésemos conocido si ella no nos lo señala. Desde su perspicacia podemos encontrarnos con su opinión sobre los habitantes, la arquitectura, la historia, pero también sobre su lugar como mujer en una ciudad caótica y un sistema muchas veces cruel, pero, al menos para ella, querible. Scorsese no la filma como un personaje meramente pintoresco o particularmente interesante, sino que lo hace como si ella fuera la última depositaria de una sabiduría única, a la que no se puede acceder sin paciencia. Lebowitz, desde toda su gracia, coquetea con esa idea de ser la última ser viviente disponible para contarnos estas historias.
Así como Lebowitz es una ciudad, la cámara de Scorsese filma Nueva York como si fuese un organismo viviente. Los contrapicados parecen engullir al espectador. En compensación, la cámara observa a la ciudad desde las alturas -el famoso ojo de dios del que Scorsese no se separa jamás- pero también la mira con el recelo propio de quien aún no logra apropiarse de ella del todo. Los paseos de la escritora por las calles de la ciudad se contraponen a las tomas realizadas en la famosa maqueta gigante de Nueva York, la misma con el sugerente nombre de The panorama of the city of New York. Es en esa representación que las conversaciones se vuelven más íntimas. Desde ahí, la ciudad les pertenece.
Lebowitz y Scorsese operan como dos caras de la misma moneda. Si bien las apariciones del director en pantalla son esporádicas -aunque podemos escuchar su risa constantemente- él mismo se mantiene fuera de foco. Scorsese ha intentado atrapar a la ciudad de Nueva York innumerables veces, en todas sus épocas, pero sigue presentándose como alguien para quien sus múltiples entradas y salidas son un misterio, y por lo mismo el escrutinio en ella es constante. Lebowitz está aquí para apoyar esa búsqueda, y por eso la cámara se posa en ella con la curiosidad de quien necesita más señales. El uso de múltiples imágenes de archivo no hace más que reafirmar esta idea, como si Lebowitz señalara algún hecho y Scorsese buscara en su álbum de fotografías familiares ¿es esto lo que me estás diciendo? ¿Esta era la calle, este el edificio? ¿Esta es la noticia a la que te refieres? El director está en esa reafirmación para poder, de alguna forma, construir una historia conjunta, una en la que Nueva York es una ciudad como la que los ha acogido, pero también como la han imaginado.
Supongamos que es una ciudad es una miniserie que nos habla del amor por una ciudad, pero también del amor que sentimos por nuestros amigos y por cómo ellos traducen para nosotros los lugares, los hechos y las historias que nos cuentan. Es una forma de conocer el mundo en conjunto que Scorsese y Lebowitz han logrado trenzar, y que ellos, con extrema generosidad, instalan frente a una pantalla. Sus relatos sobre la ciudad, los sueños de juventud y la forma en que estos van mutando con el tiempo nos recuerdan que, ante todo, las ciudades y los paisajes están conformados por las personas que queremos y admiramos. Y eso, en estos días, es un buen recordatorio.
Título original: Pretend It's a City. Dirección: Martin Scorsese. Fotografía: Ellen Kuras. Reparto: Fran Lebowitz, Martin Scorsese. Año: 2021. Temporadas: 1. Episodios: 7. País: Estados Unidos. Distribución: Netflix.