XXV FICValdivia: Cinefilia y No ficción, lo cinematográfico en expansión

Este lunes 8 de octubre comienza la versión número 25 del FICValdivia que en los últimos años se ha vuelto destino soñado de gran parte de la cinefilia nacional y en parte también de la cinefilia extranjera. Para quienes estén buscando alguna guía previa para organizar sus recorridos por la programación del festival aquí van algunas recomendaciones iniciales.

Una de las gratas sorpresas de este año se anida en la Competencia de Cortometraje Latinoamericano, sección que ha pasado de programar cortos de escuela a cortometrajes de las regiones australes o extremas del país. Este año en particular logra reunir obras que ponen en primer plano, por un lado, la potencia creativa del cortometraje, como un formato abierto a la exploración que por sus propias limitaciones temporales puede abrazar una prolijidad inaudita y sostener un punto de vista autoral agudo, como también, visibilizar la producción latinoamericana de vanguardia que explora las posibilidades de la no ficción, logrando situar a esta en la misma línea y criterios de la Competencia Internacional.

En Una luna de hierro, el director Francisco Rodríguez (Appels téléphoniques, 2016) toma archivos judiciales, policiales y autopsias médicas como también archivos personales e íntimos de un caso real, que tiende a repetirse de forma cíclica en las costas de Punta Arenas, donde cuatro tripulantes chinos de un barco mercante tomaron todas sus pertenencias y algo de comida y se lanzaron al estrecho esperando llegar a tierra firme. Tres de ellos fueron encontrados muertos y el cuarto permanece desaparecido. El film, empapado de la belleza lumínica patagónica, se desliza a lentamente desde vaivén acuático del estrecho hacia los registros oficiales y personales, para luego convocar a las habitantes del lugar a dar sus cuerpos y voces al relato, hasta invocar y hacer aparecer el cuerpo ficcional, del cuarto tripulante.

Un viaje visual alucinante que recuerda a ratos la ópera prima de Apichatpong Weerasethakul (Mysterious Object at Noon, 2000), tanto en su indistinción entre documental y ficción, como también en su creencia por la potencia discursiva de la oralidad del lugar, pero no descansa sólo en la belleza de su imagen y el juego creativo, sino que en el camino entre ambas la habita también una pregunta ética y afectiva que interpela al cine ante la posibilidades de dar cuerpo en imágenes a los desplazados de la historia.

en todas partes y aqui

 En un tono algo más ensayístico, En todas partes y aquí, la ópera prima de Flavia Contreras (El fuego extinguible, 2016), se presenta a sí misma como una estudiante en titulación que no sabe qué película hacer para terminar la universidad y que cree tener un sueño premonitorio que le anuncia que encontrará la respuesta a sus preguntas en la Antártica Chilena. A partir de aquí el metraje nos lleva en un tono de autobiografía, libro de viaje, diario íntimo, investigación documental y puesta en escena por sus intentos, siempre frustrados, por acercarse física, emocional, histórica y cinematográficamente al territorio polar.

En esta búsqueda la protagonista se encuentra, cita y recrea varios referentes y fantasmas que la acechan y acompañan: Masao Adachi, Chris Marker, Nanni Moretti, Augusto Pinochet, Jaime Guzmán. En este recorrido la historia personal y familiar se entrelaza con la historia política chilena y también, al mismo tiempo, con la historia del cine y de las imágenes, confundiendo cartografías físicas, televisadas, reales, identificables, imaginarias y cinéfilas.

Hacia el final la narradora relata un sueño donde la protagonista y su madre recorren un paisaje antártico, y dice: “Ninguna forma funcionó (...) No había imágenes, paisajes, ni historia. Eso nos gustaba”. Aquí el territorio antártico aparece como territorio utópico e inalcanzable donde la imaginación cinematográfica puede abrir y cerrar a libre antojo ideas y contradicciones por las que se atisba, de vez en cuando, futuros y comunidades posibles.

 

Dentro del panorama cinematográfico alemán, durante los últimos años han destacado las particulares sensibilidades de directoras como Mare Aden, Angela Schanelec, Valeska Grisebach y Helena Wittman (directora de fotografía aquí). En esta misma línea podemos situar la ópera prima de Luise Donschen que es parte de la Competencia Internacional. 

Casanovagen explora la diversa, descentrada, vasta e intangible naturaleza del deseo sexual, en un film que se moldea según su objeto reuniendo un conjunto de tomas y escenas que avanzan, se contraponen, expanden y filtran entre sí, abriendo y cerrando los misterios y peligros que acarrean el deseo y la seducción. En una sucesión placentera entre sus planos como si fuera un juego de máscaras, la película termina seduciendo, como todo un Casanova, a su espectador, abriendo así la pregunta entre las poéticas y las formas de cognición y seducción del dispositivo cinematográfico.

Cassandro-el-exotico

Cassandro, the Exotico!, el nuevo largometraje de Marie Losier (The Ballad of Genesis and Lady Jaye, 2011), reivindica a Cassandro, talentosa figura de lucha libre de la zona fronteriza entre México y Estados Unidos que porta la bandera LGBT en el ring no solo en su vestimenta, sino también en su cuerpo y su historia.

Si bien el documental mantiene una estructura más bien clásica, la potencia de su personaje sostiene su originalidad, ¿cuándo más veremos un documental sobre lucha libre donde el maquillaje y los brillos ocupen tanta primacía? Logrando también presentar esa escena gay en el ring y su tras bambalinas sin erotizarlo. Lo cierto es que el gesto de Losier es respetuoso y sincero: la relación entre directora y personaje, que a ratos se evidencia y se expone, y el largo aliento del proyecto dan cuenta de la forma en que el dispositivo documental logra realizar un retrato íntimo, sin caer en sobreexplicar ni exponer a su personaje.

La casa lobo (Joaquín Cociña y Cristóbal León), el film chileno premiado en la Berlinale abisma los límites del cine desde las formas de producción de las artes visuales. Realizado en 12 locaciones, gracias a residencias, durante 6 años Cociña y León trasladaron su taller a museos y galerías nacionales y extranjeras, manejado en un formato entre instalativo, expositivo y procedimental, y que en el correlato cinematográfico podríamos pensar como una suerte de work in progress en vivo.

La película continúa con el sello de stop motion amateur que ya hemos visto en los cortometrajes realizados junto con Niles Atallah, Lucía (2007) y Luis (2008) (ambos también se exhiben este año en el festival, en la programación de cortos chilenos por los 25 años de FICValdivia), y el uso de muñecos heredados de la obra de Juan Pablo Langlois. Si bien el foco se mantiene en la materialidad y los objetos, resulta novedoso el uso de la pintura que a ratos chorrea por la pantalla.

algo quema

Dentro de la sección Disidencias está la cinta boliviana Algo quema, un film que podríamos pensar en sintonía con el panorama cinematográfico nacional reciente si lo ponemos en línea con documentales como El pacto de Adriana (Lissette Orozco, 2017) y El color del camaleón (Andrés Lübbert, 2017). Mauricio Ovando, su director, es nieto de Alfredo Ovando, militar boliviano que fue Jefe de Estado de aquel país en dos ocasiones, debido a golpes militares. En su historial están la matanza del Che Guevara, masacres mineras y sospechosos accidentes mortales de otros jefes de estado. Algo quema funciona como una catarsis familiar guiada por un director que enfrenta a su familia (madre, hermana y abuela) a sopesar el contraste entre la figura de abuelo cariñoso y querido y el dictador implacable de la historia de Bolivia.

En este sentido, el documental extrema la pregunta desde las líneas hereditarias de los perpetradores de las dictaduras latinoamericanas por cómo explorar y narrarnos hoy el lugar en la historia de nuestros linajes previos. A diferencia de las películas de Orozco y Lübbert, el documental a ratos se apoya en su propia materialidad fílmica para interrogar la historia, en parte gracias a un cúmulo de cintas familiares super 8, como también en base a preguntar por cómo filmar y, más particularmente, hacia dónde poner la cámara. Programado en la sección Disidencias, se pasa el miércoles 10 de Octubre a las 18:00 hrs y el sábado 13 a las 12:00 en Cineplanet sala 4.