Informe XXIV FicValdivia (4): Zoom y zoom back. Notas sobre Hong Sang-soo
Quizás el recurso más básico e intuitivo para construir un informe de festival sea el armar un corpus escribiendo en torno a los filmes dirigidos por un mismo autor. Si bien dicho ejercicio adolece de un sesgo evidente en su propia base, en el caso del pasado FicValdivia un acercamiento mediante un zoom al tríptico exhibido de Hong Sang-soo permite dar luces sobre su posicionamiento dentro del panorama fílmico acontecido recientemente en la región de los Ríos.
Durante el presente año el director coreano estrenó por partida triple The Day After, Claire's Camera y On the Beach at Night Alone. El festival austral vino a replicar esta serie, dentro de la cual a nivel nacional Sanfic ya había estrenado The Day After, reseñada tanto la película como su contexto por Héctor Oyarzún.
Las nuevas ficciones de Sang-soo aterrizan para explorar los vínculos entre las relaciones amorosas y laborales, tópico desarrollado extensamente en su filmografía. Basta recordar The Hill of Freedom (2014), donde el protagonista durante la realización de un viaje es acosado constantemente por parte de los personajes sobre el motivo que inspira la travesía: "¿Viajas por amor o viajas por trabajo?". Esta interrogante puesta en términos binarios da un paso adelante en las tres películas comentadas: el trabajo después del amor (y el amor después del trabajo).
Las mujeres protagonistas -todas interpretadas por la misma actriz- que Hong Sang-soo ficciona en The Day After, Claire's Camera y On the beach at night Alone se encuentran desempleadas. Si en The Day After Min-Hee Kim pierde su puesto como asistente de editorial casi inmediatamente después de obtenerlo, en Claire's Camera queda cesante luego de cinco años de trabajo al ser descubierta su aventura con el cineasta del equipo. Por su parte, en On the Beach at Night Alone se relata el viaje de retorno de la protagonista hacia su ciudad de origen luego de un reencuentro no correspondido. Estas relaciones afectivas y dinámicas de trabajo la mayoría de las veces no son accesibles al espectador, quedando solo las añoranzas nostálgicas de las protagonistas y que resisten a esfumarse como si fuesen parte del contingente oleaje de mar.
Las mujeres interpretadas por Min-Hee Kim vagan por los exteriores de Seúl, Hamburgo o Cannes con cierta cuota de melancolía e inseguridad. A pesar de que los extensos planos secuencias permiten apreciar sus delicados gestos, cantos y actitudes incisivas al momento de reivindicar sus ideales, hay una constante persistencia de Min-Hee Kim en desconocer alguna dimensión sobre su propia belleza. La propia mirada de la protagonista sobre sí misma contrasta con la de terceros, la que es representada por hombres que no dejan de observarla al momento de compartir la mesa, limitados a servirle un poco más de soju bajo las (otras) miradas celosas de sus parejas.
Precisamente son estas miradas de los personajes las que se entrelazan con la mirada inter e intramedial que propone Sang-soo en los filmes comentados. Literatura, fotografía y cine se referencian mutuamente formando un corpus indistinguible, en que la quietud de sus planos pareciera dar la sensación de que estamos frente a la filmación de la fotografía de un guión.
Como es usual en sus trabajos anteriores, la narración intercala casualidad y causalidad para dar lugar a conversaciones inesperadas e incómodas. Hong Sang-soo juega con la posición de experto de sus espectadores, llevando a sorprenderles con juegos aparentemente complejos en The Day After, o sembrando la incertidumbre sobre espacios reales/oníricos y tiempos pasado/futuro en On the Beach at Night Alone.
En este último filme se desarrolla uno de los aspectos más interesantes en el corpus analizado, como lo es el discurso en torno al fuera de campo. Las películas del director surcoreano se caracterizan por evitar la filmación de grandes masas de personas o de espacios colapsados por multitudes. Sang-soo se focaliza en perseguir a sus protagonistas y los espacios que habitan, dando a ratos la noción de que no existe un mundo más allá de ellos. On the Beach at Night Alone responde a esto haciendo circular el chisme sobre la relación de infidelidad de la protagonista con el director dentro de sus propios círculos sociales. El rumor a pequeña escala, ese sencillo boca a boca sobre qué habrá ocurrido, viene a recordarnos que existe un mundo social más allá de lo filmado.
La consciencia de este mundo existente más allá de ficción se acompaña del clásico recurso al zoom por parte Sang-soo, el que por tener el carácter de irreproducible para el ojo humano viene a operar como recordatorio al espectador de que se encuentra frente a una ficción. Tal como apuntó Iván Pinto hace unos años atrás, mediante el zoom enfático y muchas veces sin sutilezas, el directo remarca la presencia del aparato fílmico.
Haciendo el ejercicio inverso mediante un zoom back, la elección de las tres películas por parte del festival corresponde a un gran acierto considerando la fuerte presencia del cine documental en competencia, teniendo como ganadoras a los trabajos de no-ficción Baronesa (de Juliana Antunes) y Tierra sola (de Tiziana Panizza) en las categorías internacional y nacional. De ninguna manera se plantea que las ficciones de Sang-soo vengan a darle un “balance” al festival frente al cine documental, sino que más bien vienen a reclamar un espacio donde tiene plenamente sentido hacer cine de ficción, siendo difícil la aplicación de ejercicios no-ficcionales en estos terrenos, tanto por razones éticas como por las consecuencias que podrían tener para los personajes (o para esas personas detrás de los personajes).