Informe XX Fidocs (3): El cine como proyecto inacabado
La belleza de lo cotidiano, notas sobre Un año de José Luis Torres Leiva
Un año (2016) se presentó en el recién finalizado festival FIDOCS, en el marco de un foco dedicado al realizador nacional José Luis Torres Leiva. Creador incesante tanto en los terrenos de la ficción como en el documental, se ha convertido en uno de los directores más prolíficos y destacados de nuestro país. El autor presente en la muestra, dio luces de la forma en que surgió este trabajo, que no es propiamente una película, comentó que en un periodo en que se encontraba triste su doctor le recomendó hacer lo que más le gustaba, algo que lo hiciera feliz y así decidió grabar todos los días durante un año fragmentos de su vida cotidiana para ser estrenados en la web. Una vez que el realizador recuperó su estado de ánimo, el proyecto finalizó, quedando inconcluso. El autor hizo referencia a la importancia del cine como un arte sanador y terapéutico. El festival por su parte, acertadamente, quiso rescatar este trabajo reciente para que fuera proyectado en sala, ya que cada pieza se encuentra albergada de forma individual en el canal de youtube del director.
Lo que vimos los espectadores, fue un playlist de estas piezas que en su conjunto crean esta película en proceso. La proyección mostraba fragmentos de las observaciones cotidianas del realizador, montadas en un tiempo no cronológico, produciendo saltos temporales cualitativos, elipsis, alteración del tiempo que experimenta la narración al saltar en episodios por registros de diferentes meses y días del año. Resulta imposible no asociar este recurso a la obra de Jonas Mekas y su película Walden, diaries, notes and sketches (1969), filmadas en 16mm de forma amateur, a quien el mismo director citó como referente. Si bien Un año es parecido al filme de Mekas en cuanto a estructura, algunos recursos formales -como el uso de carteles escritos a mano- y esta lógica amateur de registro, lo de Torres Leiva pertenece más a una cultura de retrato contemporáneo, está hecho con cámaras de diversos formatos no profesionales como celulares, cámaras DSLR y de fácil acceso, lo que le otorga un sentido íntimo y conecta los propios archivos en un sentido narrativo.
Imágenes de viajes, ciudades, un niño, aeropuertos, conversaciones de sobremesa, amigos, cineastas, gente en la playa, imágenes captadas por un ojo sensible con su dispositivo celular en el día a día, denotan a un sujeto en transito constante, dinámica del no lugar. Es un trabajo interesante que todo cineasta debería experimentar, el hacer una bitácora de viaje, un almacén de imágenes que en algún momento se convierte en memoria, cruzando lo particular y lo colectivo. En esta obra Torres Leiva captura lo hermoso en la simpleza de lo cotidiano y sorprende con un montaje bastaste ágil y dinámico, algo poco característico en su cine, que se desplaza por lo general en una imagen-tiempo más que en una imagen-movimiento. Esta muestra en Fidocs nos reveló una faceta distinta del realizador por medio de esta obra inacabada, tal vez una película futura, una etnografía nostálgica de su propia memoria que décadas después de su registro podría ser retomada en la continuación de este diario reflexivo, extensión en el tiempo de su particular mirada. José Luis Torres Leiva es un director que transita por la ficción y el documental, recurre tanto a producciones con equipos técnicos y presupuestos grandes como por registros íntimos utilizando pequeños dispositivos y demostrando que con pocos recursos también se puede hacer cine.
Solar, las tensiones entre director y personaje
Dentro de la competencia latinoamericana, interesante mirada se ve en Solar (2016) película del argentino Manuel Abramovich, una desconstrucción constante de un documental en desarrollo. Todo parte con un sujeto de unos treinta años, algo ególatra, que se graba a sí mismo con una cámara Go-Pro a modo de selfie, el documental muestra episodios de su vida cotidiana que transita entre viajes, hoteles y reuniones. A medida que avanza el metraje el documental va dando luces del oficio del protagonista, es escritor, su nombre es Flavio Cabobianco y utiliza esta cámara para autorregistrarse en sus viajes, dispositivo que el director de cine Abramovich le entregara para hacer una película sobre su vida. Cabobianco se hizo famoso cuando era un niño, firmó como autor de un best seller titulado “Vengo del Sol” escrito en 1991. El documental va develando información en el registro directo, reuniones con editores y charlas que Cabobianco da en la actualidad se suman al un peculiar archivo de su infancia: junto a su hermano mayor aparecen en diversos programas de tv noventeros, conducidos por famosas ex vedettes como Susana Jiménez o Graciela Alfano. El chico de 8 años se desenvuelve en cámara con mucha seguridad, se presenta como una especie de gurú místico y metafísico, se supone que él y su hermano se trasportaron por viajes espaciales en diferentes dimensiones, ambos dicen ser seres de luz y recordar vidas pasadas.
El relato entra y sale de la diégesis formal, fluctúa en los distintos niveles de realidad y luego da un giro que abre el abanico de representación cuando Cabobianco decide cambiar de roles para dirigir él mismo la película y situar delante de cámara al realizador Abramovich. La apuesta se lleva a cabo, director y personaje invierten los papeles, quien registra se vuelve objeto de registro y viceversa, se establece una tensión en el relato de forma irónica y divertida en las negociaciones entre director y personaje, develando los dispositivos en el terreno híbrido que ocurre entre la puesta en escena y lo propiamente documental. Cine dentro del cine, un abismo que construye y deconstruye el relato arrojándolo a la suerte de la experimentación. Desde la perspectiva de Cabobianco, hasta el I-Ching puede definir la suerte y marcar el destino de la película. Solar es una obra dinámica con tintes de comedia que devela las tensiones propias del documental en la relación entre creador y personaje, declarando el carácter creativo del cine como proceso de permanente construcción.
Susana Díaz B.