Informe XVII Bafici (3): Letters to Max, La mujer de los perros y Une Jeunesse allemande

Dentro de las cintas seleccionadas y premiadas de la Competencia Internacional y la de Vanguardia y Género, estas tres que revisamos a continuación, Letters to MaxLa mujer de los perros y Une jeunesse allemande, comparten quizás la capacidad del cine de reivindicar dentro de distintos discursos política internacional, las relaciones humano/animal y la historia mediante otras lógicas, otras maneras de acercarse y plantear las temáticas a través de nuevas estéticas y poéticas bastante interesantes.

 

Letters to Max

Ganadora como mejor película en la competencia de Vanguardia y Género, Letters to Max del director Eric Baudelaire (The Ugly One, 2013), quien ha creado un trabajo, tanto como artista, fotógrafo y cineasta, alrededor de las tensiones y contradicciones de la historia por medio exploración de la memoria personal y la investigación, vuelve al trabajo sobre las cartas pero esta vez con sello postal.

Baudelaire envió por 74 días una carta diaria a su amigo Maxim Gvinjia, Ministro de Relaciones Exteriores de Abjasia, uno de los estados pertenecientes a la ex URSS, que luego de una guerra contra su anexión a Georgia en 1992 se declaró independiente y continúa hasta la actualidad buscando que se lo reconozca internacionalmente como un país.

Max al recepcionar las cartas graba su voz primero leyendo las preguntas de Eric y luego se explaya en sus respuestas. Luego del envío por correo de las 74 cartas escritas y de su recepción y respuesta por Max, Eric, quién aún no ha escuchado las respuestas de Max, viaja a Abjasia para filmar paisajes, escenas, locaciones del cotidiano vivir de ese país y de la vida personal de Max.

El resultado es la convergencia de estas tres formas: cartas escritas, relato hablado e imágenes; pasado, presente, futuro. En el metraje se ponen en diálogo estos tres momentos, desplegándose en una relación entre distancias temporales e imágenes del lugar sobre el cual están dialogando ambos amigos, unidos por una larga amistad muy marcada por sus vínculos personales y emocionales con Abjasia y su historia.

La fragilidad del ejercicio y del resultado fílmico hace justicia a la fragilidad de ese país. Pero el ejercicio es consciente y cuidado, las cartas de Eric cargadas de curiosidad infantil comienzan asombradas ante la posibilidad real de enviar por el correo francés una carta escrita hasta Abjasia. ¿Qué ruta recorrió?, ¿por qué oficinas habrá pasado?, ¿qué habrán pensado los funcionarios al leer Abjasia en el sobre? adquieren un cable a tierra con las profundas, intimas y filosóficas respuestas de Max, una voz en off ideal para el film que visualmente deambula por paisajes, escenas cotidianas, locaciones, personajes del día a día en ese país.

Es interesante cómo este ejercicio reflexiona sobre la técnica cinematográfica, sus artificios, lo que escuchamos y lo que vemos patentemente pertenecen a distintos momentos en el tiempo, la relación asincrónica entre imagen y sonido, ese gap temporal con que necesariamente se graban está descompuesto en el film.

Enriqueciendo la filmografía de Baudelaire, basada en el uso de entrevistas o correspondencia filmada donde la cuestión central es la relación entre imágenes posibles y lenguaje verbal, qué se puede decir y qué no, qué se puede formular en palabras y qué en imágenes Letters to Max es un potente ejercicio fílmico, que se apoya en sí mismo, está constantemente ejercitándose, tanto como Abjasia está constantemente creándose como país.

 

La Mujer de los Perros

Esta película dirigida por Verónica Llinás y Laura Citarella (Ostende, 2011) fue realizada por cinco mujeres (directoras/actriz, vestuarista, directora de arte y fotógrafa) y diez perros. Nos presenta a una mujer (Verónica Llinás) que vive en relativo aislamiento en medio de un bosque en la compañía de siete leales perros callejeros y el registro de su cotidianeidad e intimidad  a través de un film atento, paciente y delicado.

El paso del tiempo marcado por las cuatro estaciones componen los cuatro capítulos del film a través de los cuales esta mujer va adaptando sus métodos de subsistencia: varía su vestimenta, arregla su refugio, se hace de comida y agua, etc. El metraje observa y registra el cotidiano de esta peculiar manada que convive, se acompaña, descansa siempre envueltos en una tierna y sincera intimidad.

Por eso quizás el mayor logro de esta película reside tanto en la actuación de Llinás (por la cual fue galardonada en BAFICI) como también en los cuidadosos gestos de la cámara, que decide alejarse o acercarse, mantenerse quieta o realizar un paneo de la escena, logrando captar tanto en los gestos, sonidos (la protagonista no tiene ningún diálogo), movimientos, distancias, ritmos, una mirada distinta de la relación humano y animal que deja de lado las oposiciones que comúnmente los proponen como antepuestos, logrando acercarse a un punto donde ambos elementos interaccionan horizontalmente,  se topan y se confunden. Por eso el título no nos habla la distinción entre la mujer y los perros, sino sobre cómo se componen mutuamente.

Dos cuestiones son claves en este sentido, en primer lugar nunca conocemos ni el nombre, ni el pasado de la protagonista, jamás escuchamos su voz, no sabemos qué piensa ni qué siente, solo obtenemos de ella elementos más sensitivos, más corporales, más a flor de piel que nos permiten entrever el misterio de esta mujer sin poder develarlo.

Por lo mismo la película se mantiene irremediablemente en el momento presente, el día a día, y por tener el peso de lo cotidiano los conflictos jamás llegan a ser dramáticos, sino episódicos. La acción no tiene cabida aquí, pues esta implica siempre un despliegue y proyección desde intencionalidad a su realización en el tiempo, lo que se anida en el presente es más un devenir, un divagar, deambular (algo también muy perruno), que es un estado que  ocupa el tiempo y nos permite habitar el presente.

¿Qué podría ser más contingente que la relación e interacción entre siete perros callejeros? Por eso el valor de la película que logra anclarse en este constante presente animal y permite a través de su protagonista dialogar y habitar esta temporalidad. La última escena del cierre en ese amplio plano panorámico que pareciera querer transformarse en un final, pero se resiste, vuelve al presente, y allí nos deja mirando cómo se aleja y continúa su deambular la mujer de los perros.

 

Une jeunesse allemande

El primer largometraje del prolífico cortometrajísta Jean-Gabriel Périot (Gay?Nijuma no BoreiEut-elle été criminelleThe devil), del cual BAFICI había realizado en su 12º versión una retrospectiva, recupera el tema de Looking at the dead (2011) y relata el inicio y la radicalización política de los jóvenes que formaron parte de la Facción del Ejército Rojo (RAF), liderado por Andreas Baader y Ulrick Meinhof, en la República Federal Alemana durante los años 60 y 70.

Para acercarse a esta historia, Périot, siguiendo la línea ya trazada en varios de sus cortometrajes, utiliza únicamente archivo como materia prima para su film, a través de una enorme cantidad y variedad de registros audio-visuales de la época: los primeros trabajos de este grupo en el DFFB, grabaciones de protestas, noticieros, entrevistas y programas de TV y radio, construyó a lo largo de nueve años este tremendo documental found footage.

Empieza situándonos en el periodo de posguerra donde a nivel mundial surgieron movimientos de izquierda en distintos países (en Estados Unidos y su movimiento contra la guerra de Vietnam, en Francia con Mayo del 68, etc.) y en particular en Alemania. Quienes nacieron durante o luego del nazismo viven un fuerte cuestionamiento y gran desconfianza generacional respecto a las fuentes tradicionales de autoridad y también al discurso y a la generación de sus padres. Es un momento de desilusión del capitalismo anticomunista y preocupación por el resurgimiento de tendencias fascistas, donde la democracia al interior de un país que se recupera del fascismo se pone en tensión y es constantemente cuestionada en sus formas y métodos.

En este contexto de agitación social y política en la Alemania Occidental se funda la DFFB, la primera escuela de cine en Alemania, y sus flameantes nuevos alumnos reaccionan rápidamente ante la movilización social de su país, se alinean políticamente y comienzan a comprometerse tanto artística como políticamente con el momento que se vive, entre la urgencia del análisis que realizan y las respuestas institucionales que van obteniendo (de parte de la DFFB, de los medios de prensa, la opinión pública, del Estado y por último de los servicios de inteligencia y fuerza especial) van radicalizándose hasta formar el Grupo Baader-Meinhof, responsable de  varios atentados durante el comienzo de los ‘70.

Périot, insiste en el archivo, en la riqueza testimonial de las grietas de la historia y la reconstrucción de los discursos que este atesora, lo reúne y edita de modo que le permite hablar, le permite contar su propia historia, pues el archivo también se mantiene fiel a sus protagonistas: Ulrik Meinhol (periodista), Host Mahler (abogado), Holga Meins (cineasta), Gudrum Enstein y Andreas Baader. Son, en gran parte, sus propias imágenes, sus propias palabras las que relatan la historia mostrando como su discurso y acciones van radicalizándose, como pasan de ser progresistas simpatizantes, como desaparecen lentamente de la exposición pública, para posicionarse desde la acción armada como militantes dentro del RAF.

Temas recurrentes en los trabajos de Périot son la historia y su relación con la violencia, cómo explota ésta por medio de la acción política, y en este, su primer largometraje, apela también al cine y su función política, qué lugar ocupa y debiese ocupar. A través de escenas de Godard y Antonioni que retratan el clima de la época cierra el documental con la escena de Un otoño alemán (1978) donde Fassbinder entrevista a su madre, confrontación generacional sobre la democracia, el lugar de la disidencia y la forma de gobierno necesaria.