Informe Fidocs 2015 (III): El legado (Roberto Anjari-Rossi, 2015)

Una vez entrado al cine para ver esta película, temí haber cometido un error y haber entrado a la competencia de Work in Progress. El carácter liviano y poco cohesionado del montaje, así como la falta absoluta de todo ritmo me hizo pensar que tal vez lo que estaba viendo era un primer corte de un documental que mostraba mucha potencia, mucha posibilidad y, detrás de ello, unas ganas grandes de ser una gran película. Pero no, se trataba de El legado, la ganadora de la competencia de largometrajes chilenos del Fidocs de este año. Una cinta que en el catálogo del festival es anunciada como un “auspicioso debut”, de lo cual yo tacharía la segunda palabra, ya que en sí no es más que un anuncio, un ensayo, la promesa de una película que algún día pueda llegar a estar montada de una manera más profesional, porque lo que vemos es increíble, es de hecho el material “en bruto” más emocionante y gracioso que he visto en un documental chileno en años, pero la manera en que está dispuesto es poco adecuada, y le hace falta un remontaje de manera urgente.

El legado es un retrato ameno y emocional de una abuela y su nieta mayor de edad, que viven juntas en una casa, en un claro ambiente de bajos recursos. Su interacción es mucho más cercana y libre de lo que podría ser esa relación de manera clásica, y es el principal encanto de esta película: sus bromas, las risas, las conversaciones, cómo cada una ayuda a la otra a su manera y desde sus puntos de vistas particulares. La nieta, que ha estudiado mecánica automovilística, ayuda en los quehaceres de la casa, como conectar el cable, clavar clavos y otro tipo de actividades; mientras que la abuela le da consejos sobre dónde caminar en los barrios peligrosos en que viven, cómo cuidarse de los hombres y al mismo tiempo felicitarla por ser la única de sus compañeras del colegio que no ha quedado embarazada. Todas esas interacciones buscan una respuesta emocional del espectador, y lo logra sin duda, provocan risas y enternecimiento, pero, por la manera en que las presenta el montaje, resaltan como islotes en medio de un océano descontextualizado, de manera tal que pareciera que nada del “legado” se siente como algo que desesperadamente tenga que pasar de abuela a nieta, pese a que esa idea esté en las intenciones del director.

LEGADO

Puede que la producción misma de la cinta (chileno-alemana) de cuenta de alguna manera del estado de la cinta como la tenemos ahora. Uno puede suponer que había tiempos y compromisos, presupuestos y lugares a los cuales llegar, lo cual evita un montaje mejor pensado. Pero ya habiendo pasado esta etapa, creo honestamente que la cinta puede ser un éxito arrollador de contar con una segunda mirada. Los momentos emocionales se resaltarían, el hecho de que la abuela sea una santera que arregla males de ojos habría producido más impacto, o el destino de la joven podría ser resuelto en alguna manera que resultara medianamente satisfactoria, ya sea para bien o para mal. Es una lástima que Fidocs haya decidido premiar a esta película por sobre otras dos que encuentro mejores como son Escapes de gas (Bruno Salas) y Habeas Corpus (Claudia Barril-Sebastián Moreno), pero como “auspicioso” debut, es cierto, estoy dispuesto a ver lo que viene de parte de Roberto Anjari-Rossi en el futuro.

 

Nota comentarista 6/10 Título: Legado. Dirección: Roberto Anjari-Rossi. Guión: Roberto Anjari-Rossi. Fotografía: Jenny-Lou Ziegel. Montaje: Ginés Olivares. País: Chile-Alemania. Año: 2015. Duración: 83 min.