Todos lo saben: Sospechas estereotipadas
Por Miguel Ángel Gutiérrez
Ashgar Farhadi no es desconocido ni novato, con dos premios Oscar bajo el brazo gracias a fantásticas películas como La separación (2011) y El viajante (2016), se ha ganado la posibilidad de realizar -y financiar- películas fuera de su Irán natal y con actores de distintas procedencias. Dotado de gran habilidad para representar sentimientos humanos complejos como la culpa y la impotencia, pero también para señalar cómo los sujetos se relacionan con su sistema de creencias y la estructura social, Farhadi ha dejado más que claro ser un director sumamente prolífico. El problema de su última película es que parece hecha por su doppelgänger.
El mercado internacional del cine, dominado por pomposos festivales y el habitus del arte contemporáneo, ha establecido parámetros para la carrera de directores provenientes de Asia, África o Latinoamérica que obtienen éxito con algunas de sus películas. El tránsito es desde ganar premios importantes en festivales hasta conseguir financiamiento para realizar una película con actores de renombre internacional para que sea esta una obra bisagra entre una carrera regional a una internacional y apta para un público masivo. Es el caso en Chile de Pablo Larraín y Sebastián Lelio, quienes hoy viven en Los Ángeles haciendo películas que nada tienen que ver con su lugar de origen como Jackie o Disobedience. Lo anterior en sí mismo podría ser criticable, sin embargo hay elementos de estas obras que son un objeto de crítica más enriquecedor y menos destructivo. El caso de Farhadi es parecido.
Todos lo saben demarca la primera vez de Farhadi filmando en España -lo había hecho anteriormente en Francia con El pasado- y por ende también su comienzo con actores de habla hispana como Javier Bardem, Penélope Cruz, Ricardo Darín e Inma Cuesta, entre otros. La película trata de la desaparición de una niña, y la sospecha generalizada que se desata en las personas de un pequeño pueblo de España por encontrar a los culpables.
Laura y sus dos hijos viajan desde Argentina para asistir al casamiento de su hermana, allí se reencuentran con su familia y comienzan a realizar los preparativos. Se podría decir que los primeros minutos de Todos lo saben son los peores que he visto de Farhadi, en ellos se presenta un romance adolescente precoz y absurdo para darle contexto a la niña desaparecida, además de presentar el resto del amplio y estéril abanico de personajes. En los primeros veinte minutos se reproducen tantos estereotipos como en una cápsula de Teletrece, pues Farhadi pone un necio énfasis en españolizar todo lo que filma, donde todos los personajes son parecidos: cantan, toman, bailan, gritan, lloran y besan; una visión de los españoles como fiesteros, contentos, cariñosos, el problema es que a todos los representa así. Este estereotipo de la cultura española, amplificado por agregar el flamenco y el vino como constituyentes de identidad, se sostiene en un elemento que parece esclarecerse a medida que avanza la película. Farhadi no habla español, y si lo hace, es en un nivel básico, lo que se nota en el majadero interés de los personajes en neutralizar su acento, en hablar correctamente para que todos entiendan; algo parecido a lo que ocurre en No de Larraín, donde todos parecen hablar para que Gael García Bernal entienda. El problema es que se desnaturaliza el lenguaje y no se lo hace de manera uniformada, por ejemplo, en las escenas que comparten Penélope Cruz y Darín, ella le habla en un español argentinizado que podría ser ampliamente superado por el políglota Iván Zamorano, lo que deja en evidencia el poco cuidado que se tuvo en esta materia en la película, un aspecto que debería ser pensado teniendo en cuenta las grandes diferencias idiomáticas y expresivas que hay en la transición de Irán a España. Entre otras cosas lo anterior termina opacando un elenco que sabemos es capaz de muchísimo más, el problema es que los personajes parecen ser todos unidimensionales, algo que solo parece superarse por giros bruscos de la narración para darle aire a la película cuando agoniza.
En la película hay muchísimos sospechosos, algunos de ellos son familiares de la víctima, otros son conocidos del pueblo. Se intenta por mucho tiempo levantar un conflicto que sustente el secuestro de la niña bajo la estrategia de evidenciar la extracción de clase de los protagonistas y montar tensiones entre ellos. Se subraya la posible culpabilidad de los protagonistas, y ocupa la sospecha como un mantra que se repite hasta el cansancio de convertirse en el ritmo de la película. El problema es que todo lo que hace Farhadi por hora y media es desmontado en el final, puesto que el faro de la sospecha que había funcionado en todo el metraje nunca fue puesto en los culpables, los que realmente no tienen trascendencia alguna en la película ni en la historia, por lo que parece desprolijo y antojadizo. Las estrategias empleadas por el director para mantener el ánimo de sospecha y desorientar al espectador son limitadas: usar un amplio reparto para intercalar la tensión dramática, ocupar extra e intrafílmicamente un drone que no tiene utilidad alguna, y revelar verdades ocultas del pasado para dramatizar escenas claves; todas ellas no logran en ningún momento generar una tensión dramática digna de sus anteriores obras.
Todos lo saben engloba un paso en falso de un Farhadi perdido en la transición de su natal Irán y España. Las expectativas eran altas luego de que fuera la película inaugural de la última versión del Festival de Cannes, además de tener en cuenta sus trabajos recientes anteriormente mencionados. Espero personalmente que a Farhadi no le haya gustado tanto el resultado y así vuelve a hacer películas como las anteriores, pero cada uno con su tema.
Nota: 5/10
Título original: Todos lo saben. Dirección: Asghar Farhadi. Guión: Asghar Farhadi. Fotografía: José Luis Alcaine. Montaje: Hayedeh Safiyari. Música: Javier Limón, Nella Rojas. Reparto: Penélope Cruz, Javier Bardem, Ricardo Darín, Eduard Fernández, Bárbara Lennie, Elvira Mínguez, Ramón Barea, Inma Cuesta, Sara Sálamo, Carla Campra, Sergio Castellanos, Roger Casamajor, José Ángel Egido, Tomás del Estal, Esteban Ciudad, Nella Rojas, Jaime Lorente, Jordi Bosch. País: España-Francia-Italia. Año: 2018. Duración: 130 min.