En la película Jeune et Jolie (2013) de François Ozon, una especie de coming-of-age film que explora el despertar sexual de su protagonista (Marine Vacth) hay una escena en la que varios alumnos de liceo leen el poema “Roman” de Arthur Rimbaud. El poema tiene unas líneas muy bellas: “¡Diecisiete años! […] Te emborrachas […] divagas; y presientes en los labios un beso / que palpita en la boca, como un animalito”. Rimbaud dice después que a esa edad es imposible ser formal y habla del calor del verano. La película de Ozon también explora los cambios de la protagonista a través de las estaciones; de hecho, hay una larga tradición de películas que exploran la transición de las edades de esta manera. Gran parte de la filmografía de Éric Rohmer, por ejemplo, está tratada así, sus “Cuentos” utilizan el espacio físico como correlato de las emociones y la acción del azar en sus protagonistas.

La nueva película de la directora Dominga Sotomayor Tarde para morir joven también es, de cierta forma, una coming-of-age film que habla del verano como un espacio de cambio y despertar sexual, pero va más allá. Según la directora relata la transición de la dictadura a la democracia, pero al estar filmada de manera coral también retrata la transición de la infancia a la adolescencia, de la adolescencia a la adultez; la tensión entre la ciudad y una comunidad ecológica e incluso los puntos de divergencia entre una clase social y otra. La película está ambientada en el verano de 1990, en la víspera de la noche de año nuevo y contada a través de la mirada de tres personajes Sofía (Demian Hernández), Lucas (Antar Machado) y Clara (Magdalena Tótoro) que durante esos días vacacionales experimentan la relación con sus padres y la música, el amor juvenil y la pérdida.

La estructura de la película, la trama y la fotografía sostienen una sensación de fugacidad y nostalgia, las imágenes están en un tono ligeramente descolorido, como si se tratara de imágenes que empiezan a perder la intensidad del color de la primera toma. La trama no sigue un orden definido, está contada a partir del retazo, de la anécdota y del proyecto lanzado al aire, un poco al modo de la casa de la comunidad ecológica en la que transcurre la acción. El montaje también explora “una forma libre y abierta, cercana a la naturaleza misma de esta comunidad cerca de las montañas, lejos de límites y definiciones” dice Sotomayor en una entrevista, esta dispersión puede parecer que alarga a veces demasiado el metraje, pero me parece que no hay desperdicio en los momentos nucleares de la película.

Porque, como en la memoria, no todo es disperso y sin sentido, hay puntos que dan coherencia al recuerdo: el deseo sexual, un paseo en moto, el amor no correspondido, un incendio. Todas estas escenas discurren en la película conectándose en un mapa emocional más complejo: el de la melancolía. Al final, los recuerdos, como lo exploró magistralmente Marcel Proust en En busca del tiempo perdido, pueden despertarse a través de conexiones aparentemente aleatorias, más en relación con las emociones y los sentidos que con la lógica de la razón, más en el sentido de hacernos evocar un momento que dé cuenta de cómo éramos y no tanto de posicionarnos históricamente frente a un suceso.

De esta forma, Tarde para morir joven explora desde el recuerdo y la metáfora la memoria personal en relación con la memoria histórica. A mi parecer esta es una de las formas más interesantes de hacer relatos que el cine latinoamericano tiene para ofrecernos. Hay que preguntarnos en qué medida el tiempo nos define y nos conforma.

Nota comentarista: 7/10

Título original: Tarde para morir joven. Dirección: Dominga Sotomayor. Casa productora: Cinestación, Circe Films (Holanda), RT Features (Brasil), Ruda Cine (Argentina). Producción ejecutiva: Daniel Pech, Omar Zúñiga Hidalgo, Sophie Mas. Producción: Dominga Sotomayor, Rodrigo Teixeira. Guion: Dominga Sotomayor. Fotografía: Inti Briones. Montaje: Catalina Marín. Dirección de arte: Estefanía Larraín. Sonido: Julia Huberman. Reparto: Demian Hernández, Antar Machado, Magdalena Tótoro, Matías Oviedo, Andrés Aliaga, Antonia Zegers, Alejandro Goic, Eyal Meyer, Mercedes Mujica, Gabriel Cañas, Michael Silva. País: Chile. Año: 2018. Duración: 110 min.