Nos encontramos con José Celestino Campusano en el Festival de Mar del Plata, en el marco del estreno de su última obra El Perro Molina participando en la competencia.  Gentilmente accedió a una breve entrevista.

¿Hay más producción en El Perro Molina (2014)?

Sí, en realidad, si hubiésemos tenido el dinero, los recursos necesarios, los hubiéramos aplicado. No hay una obsesión por no recurrir a la tecnología, al contrario: me hubiera encantado tener una steadycam, una grúa y un travelling en el comedor. Me encanta la tecnología y creo que tenemos que darle al cine comunitario un rango de calidad. La precariedad no nos satisface, ¡en absoluto! El tema es que, yo considero es que si no está ese nivel de solvencia, esquivémoslo, y vamos derecho al milagro del rodaje y no compliquemos la vida.

Me llama la atención que las tramas se han ido haciendo más complejas y laberínticas como en Fantasmas de la ruta (2013)

Es que esa fue un proyecto totalmente desmesurado. Teníamos más dinero que con El Perro Molina. Contratamos 350 personas en 9 localidades, 2 provincias… Era una caravana de casas rodantes, automóviles, camionetas, motos… desplazándonos constantemente. Calcular todo el costo que tuvimos en desplazamiento, horas extras, una tonelada… Pero hicimos el producto que queríamos, que es lo importante. Todo va evolucionando en algún punto. Yo ya no soy el mismo de hace seis años. De hecho, mi mirada sobre las tramas y demás va mutando, y es bueno que eso suceda.

Hay cosas recurrentes . Está el tema de “el código”, el personaje que es como una especie de yakuza o vaquero muy presente en El Perro Molina que quien lo posee es el que logra salir con un mínimo de dignidad

Tiene mucho que ver el tema de los códigos, porque los códigos están para ser quebrantados. Finalmente tiene que ver con que Molina viene envejeciendo y él lo sabe. Muchas veces, la veje mayor, que tiene más sabiduría en diferentes áreas, también ya se afianza bastante en los códigos porque siente que la fuerza está languideciendo. Por eso encuentra un buen socio en los códigos de convivencia, que mantienen a raya el ímpetu de los más jóvenes… Pero también los códigos están para ser quebrantados, de hecho Molina le miente a su amigo y elucubra con la hermana, elucubra en contra de él y eso les sale caro a todos. Podría no haberlo hecho, podría haberle confesado qué pasó con Ibañez… pero ante la actitud tácita en contra de la policía .

Lo otro es que el amor está siempre vinculado a la fatalidad. Pocas veces el amor es una especie de salida o punto de encuentro…

Es que si no hay conflicto, no tenemos trama para filmar. Tenemos que tener un conflicto, una tragedia: le pasó a los griegos, le pasó a Shakespeare, a todos… Abordan tragedias muy al extremo, porque es ahí donde está la sustancia. Si no… para contar que alguien lo pasa bien, se puede, pero qué tanto podemos contar.

Claro, en este caso está siempre esta relación tortuosa, las relaciónes de deseo-posesión. En El Perro Molina es muy notorio: está este personaje que es casi una especie de femme fatale,

 Si, en algún punto, sí. Pero lo que les pasa a todos es que niegan la fuerza del amor. Todos la niegan. Y eso es lo que, de alguna forma, oscurece tanto el panorama. Si Ibañez hubiese apostado al amor o ella, que está enamorada, hubiese apostado de otra forma, no hubiera habido trama, El tema es que como pervierten esa energía,

¿Te sientes influenciado por el melodrama latinoamericano?

No, para nada. Nos inspiramos en la fuerza de la anécdota. Las películas se sientan en términos de anécdotas. Hay infinitas anécdotas en esta película que son totalmente reales, que yo recuerdo quién las protagonizó o… casi siempre testigos presenciales. Todo el periplo de Gonzalito, ese era pariente lejano mío, el verdadero.. Pero… está basado en hechos verídicos, no está influenciada, mucho menos influenciada por la cinematografía del hemisferio norte… A mí me parece totalmente decadente esa cinematografía, porque no innova: pudiendo innovar, no lo hacen. Les cierran las puertas a la vida.

Pero yo pensaba en el melodrama mexicano, por ejemplo…

No, nunca he visto un melodrama mexicano. He visto alguna que otra película, pero muy pocas, pero no melodramas en sí…

Lo otro es esto, esta violencia que estalla, que está contenida pero que cuando estalla, lo hace en todos los niveles…

Claro, es que hasta yo donde yo la he podido vivir y conocer, tiene mucho de súbito. Estamos bien en una situación como esta y de repente surgió, y afiná tus sentidos, porque te lleva puesto. Si no sos apto para la subsistencia, se nota al momento, porque vas a pagar un costo porque no supiste reaccionar a tiempo. Yo lo veo como algo muy súbito y devastador.

¿Cuál es la próxima película que estás preparando?

Mira, justamente abrimos un crowdfunding para una superproducción multiprovincial comunitaria en la Patagonia. Todo el cine que hacemos es comunitario. Pero aquí necesitamos 2 o 3 técnicos de cada provincia en Argentina, para hacer un rodaje en conjunto. Entonces, bueno, se llama “Superproducción Multiprovincial Comunitaria” en Facebook y necesitamos gente que nos apoye con el tema de catéring. Todo el tema de equipos, hospedajes, vestuarios y parte del catéring, está cubierto…

¿Y la trama?

Es una trama histórica.