Roberto Bolaño. La batalla futura III: Prominencia de la voz de Bolaño
La batalla futura III es la tercera entrega de Ricardo House sobre el escritor Roberto Bolaño (1953-2003). Las dos otras películas llevan el mismo nombre y están dedicadas a la relación de Bolaño con México y Barcelona. Pero La batalla futura III es claramente autónoma: no hace falta ver las dos películas anteriores. Con una duración aproximada de una hora, está pensada para la televisión, lo que es coherente con el recorrido profesional del director, aunque funciona también en la pantalla grande.
Es un documental interesante para cualquier lector de Bolaño. Tiene el mérito de dar prioridad a la voz del escritor, con entrevistas o citas escritas de la obra. Uno siente la presencia del escritor, de su obra y no solo de la biografía. Además, el discurso de Bolaño es acompañado por un completo trabajo de archivo (fotos, videos, entrevistas), presentado con animaciones gráficas amenas y un ambiente rock folk por Fernando Milagros y Patti Smith.
La cinta también incorpora un número profuso de entrevistados (24, si conté bien). Es claramente un documental de entrevistas. Estas intervenciones son breves, con ritmo, coloreadas con fotos, cartas, y -salvo una excepción- acompañan más que devoran la voz de Bolaño. Ahora bien, hay un contraste entre la estética coherente de las fotos y el dejo en la puesta en escena de las entrevistas, de calidad dispar: muchas lucen incidentales, de espíritu más periodístico que creativo. Por ejemplo, una amiga de Bolaño en Blanes (Marta Matas) es entrevistada con un vaso de cerveza casi tapándole el rostro. En una toma del mítico editor Jorge Herralde se cuela una barra de lámpara y el lavalier. Esta disparidad gráfica y técnica quizá se deba a que el director no estuvo presente en todas las filmaciones, y se adivina que las tomas fueron hechas por equipos variados (lo que se evidencia en los créditos).
Asimismo, el audio suele tener problemas técnicos. Por ejemplo, en algunos extractos de “La belleza de pensar” se escuchan acoples (fáciles de suprimir). Por momentos, hay seseos molestos. Otro ejemplo: se entrevista a la madre de Bolaño (Victoria Ávalos), pero es solo audio y de baja calidad, en lo que parece ser una llamada telefónica.
En la elección de entrevistados hay cierto reconocimiento del establishment, que Bolaño odiaba, cuando se le da voz a personas de El Mercurio (Revista de Libros, Paula). Seguramente, con esto se buscó demostrar el triunfo de Bolaño en Chile, pero subyace la idea conservadora de que El Mercurio valida socialmente. En un nivel cercano, hay contrastes de roles entre los entrevistados a través de la puesta en escena. Por ejemplo, algunos entrevistados “consagrados” aparecen en escenas luminosas, mientras que una prima desconocida del novelista (Ximena Bolaño) habla desde un ambiente envejecido. Igualmente, el poeta mexicano Ramón Méndez (inspiración de Pancho Rodríguez en Los detectives salvajes) es filmado con énfasis en su vestimenta (el único que tiene este honor) porque lleva morral de lana y camisa con bordados de colores.
A nivel narrativo, se sigue la vida de Bolaño en orden cronológico. En principio, La batalla futura III está especialmente centrada en la relación del escritor con Chile. Descubrimos primero fotos de su familia, tomas de Los Ángeles (Chile), amigos de infancia, su colegio. Pero, por el afán de contarlo todo sobre Bolaño, o para que la película sea autónoma, viajamos con él a México y Cataluña. Y uno se pregunta cómo se equilibra esta escapada a otros países con las dos películas anteriores de Ricardo House, que versan sobre ellos.
Regresamos luego con Bolaño a Chile durante los años noventa. Se impone entonces el tema más recurrente del documental: definir si Bolaño es un escritor chileno. Esta problemática de fondo está relacionada con las vivencias del propio director, Ricardo House, chileno que también vivió en México y Barcelona, y que se declara íntimamente conectado con Bolaño. Lo paradójico es que el mismo Bolaño defiende que los escritores están por sobre las nacionalidades: “Yo soy un escritor en lengua española. Y la literatura, dividirla por países […] nos lleva a un absurdo”. Lo deja muy claro en una entrevista radial con Pedro Lemebel (reproducida con ilustraciones en el documental), en que la crítica Raquel Olea le declaró que “un escritor tiene que ver con un contexto”. Bolaño revienta: “no jodáis a los escritores con esos temas”. ¿No es justamente esta la problemática del documental? Aunque La batalla futura III reafirma lo mismo que Bolaño, le da espacio a una polémica que al propio escritor no le parecía necesaria.
Esta sección de la película, de hecho, se pierde extensamente en torno a las confrontaciones de Bolaño con el medio literario chileno. A partir del cliché del carácter chaquetero y envidioso local, se le da espacio a personajes como Gonzalo Contreras para explicar que Bolaño no dejaba títere con cabeza. De tanto hablar de las rencillas, desaparece la voz del escritor, que le da vida y sentido al documental. Es un alivio cuando regresa, aunque sea para llegar poco a poco a su extinción en 2003.
Nota comentarista: 5/10
Título original: Roberto Bolaño. La batalla futura III. Dirección: Ricardo House. Guión: Ricardo House. Fotografía: Ricardo House, Nelson Cortés. Montaje: Ana Pfaff, Ginés Olivares, Estel Román. Música: Andrés Subercaseaux, Fernando Milagros, Patti Smith. Sonido: Rodrigo Aliaga, Lalo Durand. País: Chile/México. Año: 2016. Duración: 63 min.