Un hombre completa un formulario de citas online, una mujer hace lo mismo en paralelo al otro lado de la ciudad. No son adolescentes que buscan una cita, son adultos mayores que buscan una segunda, tercera o quizás cuarta oportunidad de amor en sus vidas. Interpretados por Helen Mirren e Ian McKellen, son el gancho perfecto para el éxito de una película taquillera que no trata de un romance si no que de una historia de misterio.

El buen mentiroso (The Good Liar) cuenta la historia de Betty McLeish (Mirren) y Roy Courtnay (McKellen) que, en un mundo pre-Tinder en 2009, se conocen en el ciberespacio y luego en persona. A la primera cita queda muy claro que los personajes no responden al cliché del anciano indefenso, solitario, dejado de lado por la sociedad y que busca compañía para pasar sus últimos días, muy por el contrario, ambos revelan que han mentido en los formularios de la cita con sus nombres, una pequeñez por la que se perdonan, pero que será el comienzo de una historia llena de engaños.

Roy, quien con Betty se presenta como un caballero respetuoso un tanto nostálgico porque tiene un hijo que no le habla, es el primer personaje en ser desenmascarado y la audiencia descubre rápidamente que es un hábil estafador de grandes ligas, engañando a mafiosos por altas sumas de dinero, y todo parece indicar que su próxima víctima será su más reciente cita, pero las cosas no son como aparentan.

Betty, es una viuda reciente, que además lleva la carga de haber perdido un hijo, por lo que en el cuadro familiar solo figura un nieto, Stephen (Russell Tovey), quien cuida celosamente de ella y la increpa por salir con un desconocido de un sitio de citas.

Ambos arrastran, como quizás cualquier persona cercana a los ochenta, una vida bastante sinuosa. Los engaños de Roy, por ejemplo, son engaños que vienen desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, en una Alemania destrozada; acompañando el desorden que viene tras la destrucción total, cada uno tiene que reinventarse después de que lo ha perdido todo. Algo para pensar en los tiempos actuales, cuando los paradigmas sociales e individuales están cayendo. Visto así, las personas ya no parecen encajar en un único modelo de subjetividad, por lo cual pueden buscar constituir múltiples facetas en distintas plataformas (por ej, en las redes sociales), lo que hace que sin querer nos parezcamos, queriéndolo o no, al oscuro personaje que encarna Roy. 

Por el tono de la película todo indica que tendrá un final esperado y conocido: el estafador es estafado, por lo que la historia no aporta mucho al filme como sí lo hacen las actuaciones de Mirren y McKellen.

Los actores, al igual que los personajes de sinuosas vidas que interpretan en esta película, tienen una filmografía desigual donde, en el caso de Mirren, se destacan actuaciones importantes como The Queen (Stephen Frears, 2006), que le valió un Oscar a la actriz inglesa, también ha pasado por películas como Red (Robert Schwentke, 2010), la serie de televisión Glee y la saga Fast and Furious. Lo mismo con McKellen, prestigioso actor del teatro británico, devenido en figura pop por hacer de Gandalf en la saga del Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001-2003) y Magneto en las X-Men. En una reciente entrevista sobre el filme, les preguntaron si actuar es mentir, a lo que ellos respondieron que actuar es decir la verdad sobre la vida, actuar es elegir qué mostrar al mundo de nuestras personalidades. El buen mentiroso saca lo mejor de ambos actores para contar su verdad.

Título original: The Good Liar. Dirección: Bill Condon. Guion: Jeffrey Hatcher (Novela: Nicholas Searle). Fotografía: Tobias A. Schliessler. Música: Carter Burwell. Diseño de vestuario: Keith Madden Reparto: Helen Mirren, Ian McKellen, Russell Tovey, Jim Carter, Mark Lewis Jones, Jóhannes Haukur Jóhannesson, Phil Dunster, Laurie Davidson, Michael Culkin, Aleksandar Jovanovic. País: Estados Unidos. Año: 2019. Duración: 109 min.