Close: Inesperada delicadeza, honda melancolía
Close (2022), el segundo largometraje del cineasta belga Lukas Dhont, es una de las mejores películas del año pasado y quizá la más desoladora, por sus agudas observaciones sobre el dolor que a menudo implica la transición a la adolescencia en los niños.
Léo y Rémi son niños de trece años y son grandes amigos. Vecinos en un pueblo rural, pasan todos los días del verano juntos. Juegan a la guerra con armas y armaduras imaginarias en medio de un campo de floricultura. Se profesan mucho cariño, tanto verbal como físicamente, y hasta duermen en la misma cama en la casa de Rémi. Y admiran mutuamente sus talentos; Léo practica hockey sobre hielo, mientras que Rémi toca el oboe. Sueñan con que todo seguirá igual hasta cuando sean adultos, con la pureza de su vínculo intacta. Pero el verano se acaba y empiezan las clases, y esta nueva cotidianidad los confronta con una realidad que no se ajusta a sus valores ni expectativas de la vida.
Close (2022), el segundo largometraje del cineasta belga Lukas Dhont, es una de las mejores películas del año pasado y quizá la más desoladora, por sus agudas observaciones sobre el dolor que a menudo implica la transición a la adolescencia en los niños.
En la escuela, una compañera les pregunta a los chicos si son una pareja, ya que son tan cercanos. No saben qué responder. Ni siquiera son capaces de interpretar la pregunta. Léo se apresura a decir que no, desconcertado. Pronto se dan cuenta de que están siendo objeto de repudio y burla por sus pares. Aunque Rémi pareciera ser indiferente a lo que dice el resto, Léo prevé las ominosas consecuencias de ese rechazo generalizado y decide, pues, alejarse de su amigo oboísta. Es el punto de inflexión de la película.
La ambientación rural es muy sofisticada. Por una parte, los paisajes bucólicos por donde corren los amigos al principio manifiestan la naturalidad de su afecto, lo sano de este, además de que las flores son un inequívoco símbolo femenino. No obstante, el peligro también acecha en la naturaleza, como la brutalidad del patriarcado, particularmente habitual en el campo y fundada en prejuicios. Entonces la escuela del pueblo vendría a ser una trinchera cultural, donde la ignorancia entra en pugna con la civilización. Así, la historia encuentra una progresión de metáforas sin acentuarlas, sino dejando que hagan mella en nuestra conciencia mientras les prestamos atención a los detalles.
La inesperada delicadeza es una virtud del guion, coescrito por Angelo Tijssens y el propio Dhont. Su austeridad narrativa nos muestra lo que tenemos que ver y sugiere lo justo y necesario, sin nunca apartarse de lo que los guionistas quieren comunicar. Es un paso adelante para este dúo, dado que ya habían colaborado en la ópera prima del director, Girl (2018), con resultados opuestos. Ahí veíamos cómo Lara, la adolescente trans, hería su cuerpo de forma gráfica; el sensacionalismo opacaba la honestidad latente del visionado, y los colores fríos de un riguroso entorno urbano contribuían al sentimiento hostil.
En ambos casos, Dhont despliega su especial talento para dirigir actores. Las interpretaciones de Eden Dambrine como Léo y Gustav De Waele como Rémi son excelentes. Comparten la edad de sus personajes, por lo tanto actúan desde la espontaneidad, estableciendo una amistad ficticia muy verdadera. Y dado que la acción dramática no dista mucho de lo que vivirían adolescentes como ellos, transmiten emociones con absoluta convicción. Como el tema es claro y las situaciones son realistas y no buscan explotar la premisa, todo el elenco entrega actuaciones eficientes y bien moduladas. Esto es indispensable, pues si un actor sugiere un ápice de socarronería cuando no corresponde o si exagera un poco un llanto, nada funcionaría.
Si bien Girl empezaba con una advertencia sobre el contenido violento, Close se le asemeja un poco en cuanto puede gatillar memorias traumáticas de la etapa escolar en algunos espectadores. Nos deja vulnerables con su precisión al revelar un perturbador sistema social que favorece el matonaje desde una edad temprana. La intolerancia y la crueldad se aprenden en el hogar como los preceptos por antonomasia del trato entre las personas, se refuerzan en clases, y aquí vemos que las consecuencias no sólo alcanzan a los dos amigos, sino también a sus padres, sus hermanos, los profesores y los demás estudiantes.
La gente que castiga a los varones que se demuestran cariño físico ha sido condicionada a percibirlo, estrictamente, desde una perspectiva sexual. Cualquiera sea la razón por la que estos personajes se acaricien y se abracen, no es de nuestra incumbencia. Es violento motejar y perseguir a alguien porque su conducta afectiva sobrepase nuestra comprensión. Es desgarrador ver a niños siendo odiados y después odiarse a sí mismos. El sufrimiento que causa el quiebre de una amistad puede durar toda una vida.
Close está filmada por el director de fotografía de Girl, Frank van den Eeden, quien preserva su estilo elegante, mas lo aplica a un lienzo distinto. Su cámara captura los colores vivos y diversos del campo, creando cuadros que evocan la dicha de las primeras escenas y, luego, la honda melancolía por lo que estos muchachos pierden. Y es notable cómo Dhont construye el significado de la amistad de sus jóvenes protagonistas durante todo el metraje, utilizando el lenguaje visual. Por ejemplo, el trabajo con las flores no encierra mayor drama, pero la reiteración de estas escenas en la segunda mitad del filme nos recuerda que alguien falta. Un motivo poético tan sutil como categórico.
Close nos da a cargar una densa mochila de ideas sobre la formación de la identidad. No ofrece una catarsis. De consiguiente, más que una historia convencional, lo que nos queda es una experiencia aleccionadora, severa, humana.
Título original: Close. Dirección: Lukas Dhont. Guion: Angelo Tijssens, Lukas Dhont. Fotografía: Frank van den Eeden. Montaje: Alain Dessauvage. Reparto: Eden Dambrine, Gustav De Waele, Émilie Dequenne, Léa Drucker. País: Bélgica, Países Bajos, Francia. Año: 2022. Duración: 104 minutos. Disponible en MUBI.