Amantes por un día: La infidelidad como imagen

Luego de su paso por FicValdivia, Amantes por un día arriba a la cartelera nacional como el último filme de una trilogía que tiene como antecedentes Celos (2013) y  A la sombra de las mujeres (2015). Cada una de las piezas de este corpus narran historias aparentemente sencillas, montadas en pocos días, y con una fotografía en la cual Philippe Garrel despliega toda su habilidad para retratar intensas discusiones y conversaciones íntimas de personajes que habitan mundos de diversos blancos y negros.

El arco dramático de Amantes por un día abre y cierra con distintos quiebres amorosos que implican no solo la ruptura de los vínculos afectivos de sus personajes, sino que también conllevan el abandono del hogar común por parte de alguno de los amantes. Es así como en los primeros minutos del filme podemos apreciar como Jeanne (Esther Garrel) luego de terminar su relación con Mateo (Paul Tocang), retorna a la casa de su padre Gilles (Éric Caravaca), un profesor de universitario que tiene una relación con una joven, Ariane (Louise Chevillote), del propio campus. A lo largo del largometraje los personajes irán estableciendo un juego de confidencialidades que implicarán omisiones, mentiras e intentos de suicidios ante la insoportable angustia del rechazo amoroso. Como si se tratase de un triángulo que poco a poco pierde su equilibrio, Gilles y Ariane empiezan a distanciarse a la vez que los que lazos entre las mujeres comienzan a estrecharse.

Ante las dificultades de la cotidianeidad, los personajes salen a recorrer y vagar por las calles de la ciudad en soledad o causalmente acompañados. Mediante esta actitud inquieta de los protagonistas se acentúa el cambio entre espacios interiores y exteriores, siempre marcado por la obsesiva presencia de puertas recuerdan a la atmósfera de algunos filmes de Robert Bresson.

Entendida como una película en torno a la sobrevivencia, Garrel narra un relato donde el amor y el desamor implica crear reglas, acatarlas, violarlas y volver consensuar códigos para sobrevivir en un mundo que a veces intenta negar la existencia de grises en la vida. Dentro de estos códigos sin duda que el más relevante de la trilogía es de la infidelidad. Es interesante como se construye esta clave en Amantes por un día: la infidelidad se encuentra permitida siempre y cuando se lleve a cabo fuera de las miradas de sus parejas, es decir, cuando la infidelidad se encuentre fuera de sus propios fuera de campo.

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Hacia el final del largometraje el código visual es transgredido por Ariane, quien es descubierta por Gilles teniendo sexo con uno de sus amantes. Es allí donde radica la potencia de la imagen de Garrel: Jeanne es sorprendida teniendo sexo en un plano idéntico al visto en el inicio del filme en que Gilles la sostiene en un orgasmo apoyados contra la pared. Imagen, movimiento y sonido resultan nuevamente sincronizados, dando la sensación que cualquiera puede ser sensitivamente reemplazado. ¿Hay algo en los personajes de estos filmes que los haga únicos dentro de sus relaciones? ¿No será todo una pequeña casualidad, como cuando alguno de ellos conoce luego al que será su amante?

Lo anterior remite a lo apuntado por Vanja Milena a propósito de A la sombra de las mujeres, en donde sostiene que habría una mayor exposición de la individualidad de los personajes por sobre las relaciones de pareja. Philippe Garrel en esta trilogía se desplaza usando como base inquietudes que implican la interacción entre dos personas: los significados y el contenido de la fidelidad, sus límites, importancia y -a ratos- irrelevancia. Pero si seguimos de cerca a cada protagonista individualmente considerado sus decisiones erráticas y sus historias de vida inaccesibles, podemos entender que, para apreciar la infidelidad como imagen, no se requiere más que un solo individuo que observe.

 

Nota comentarista: 8/10

Título original: L'amant d'un jour. Dirección: Philippe Garrel. Guión: Jean-Claude Carrière, Caroline Deruas-Garrel, Philippe Garrel, Arlette Langmann. Fotografía: Renato Berta. Música: Jean-Louis Aubert. Reparto: Éric Caravaca, Esther Garrel, Louise Chevillotte, Laetitia Spigarelli, Paul Tocang. País: Francia. Año: 2017. Duración: 76 min.