Amante fiel: El camino más fácil

Sin caer en la espectacularidad, y con un tratamiento más bien formal de la imagen, Amante fiel puede llamar la atención por su visión descarnada de lo que consideramos una historia tradicional de amor. Ese planteamiento permite enfrentarse a un guion con diálogos hilarantes, pero que no hacen más que recordarnos que toda representación ficcionada del amor es un acto fallido. Louis Garrel conoce esa realidad y la explora en su cine, en este caso, con gran profundidad, sin caer en lo pesado o ininteligible

Hay pocos temas más utilizados en el arte de contar historias que el amor y la fidelidad. Estos dos tópicos, que de alguna forma suelen ir de la mano, nos entregan rangos amplios para jugar, emocionarnos o caer en desagracia. Existe un ideal acerca de lo que se espera de estas historias, un deseo de llevarnos a la ensoñación o a la magia. El cine hollywoodense ha operado con gran precisión en la entrega de ese tipo de historias, impulsando aquel ideal que llamamos “amor romántico”. En otras latitudes este estereotipo ha ido resquebrajándose, generando historias intensas pero alternativas a ese ideal. Amante fiel es una de esas historias que, sin escaparse particularmente de esa senda, aborda de una manera un poco más concreta las relaciones amorosas y sus consecuencias.

Abel (Louis Garrel, quien también dirige este filme) se enfrenta al momento más disparatado de su vida el día en que Marianne (Laetita Casta), su pareja, le anuncia tres cosas. Está embarazada, el padre no es él y ella se casará antes de que termine el mes. Abel, lejos de rebelarse, asume esta situación con gran estoicismo, llevando una vida tranquila y sin perturbaciones. Ocho años más tarde, el marido de Marianne muere y Abel, lejos de las recriminaciones, se reencuentra con Marianne con la misma naturalidad de quien ha dejado de verse el día anterior. La pareja recompone su relación contando con dos nuevos elementos: el hijo de Marianne, un niño convencido de que su madre ha envenenado a su padre, y Eve, la cuñada de Marianne, quien ha estado enamorada de Abel desde que era una niña y que, llegado el momento, declara la guerra -literalmente- para obtener el amor de Abel.

Estos elementos parecen los ingredientes perfectos para una gran comedia de equivocaciones, pero encasillar a Amante fiel solo en ese género puede ser algo injusto. Hay un interés del director por dotar a sus personajes de cuestionamientos que parecen dar cuerpo a estos. Para Abel, el gran tema es la fidelidad, pero Marianne está cruzada por el desapego. Mientras estos dos personajes mantienen su tensión, el personaje de Eve sintetiza los dos conceptos y transita entre la lealtad a su sueño de niña -el amor por Abel- y su interés por deshacerse de ello, como si fuera un lastre. Su lugar en la historia que nos cuentan está dado por el uso de múltiples close up a los rostros de los personajes, junto con un deambular que parece no salir de sus márgenes; de la casa de Marianne al colegio de su hijo, la oficina donde ella trabaja, el restaurant donde suelen almorzar, la oficina de televisión en la que trabaja Abel. Los personajes se desplazan en esos territorios, en escenarios que no afectan sus existencias, mientras sus voces en off, usadas en profusión, nos dan cuenta de las acciones que van ocurriendo y como repercuten estos en los procesos personales. Con esto, Amante fiel es una historia contada a tres manos, donde, sin embargo, no tenemos divergencias en la mirada de cada uno sobre lo que está ocurriendo, sino que, por el contrario, todas las visiones complementan el relato que vamos conociendo.

Sin caer en la espectacularidad, y con un tratamiento más bien formal de la imagen, Amante fiel puede llamar la atención por su visión descarnada de lo que consideramos una historia tradicional de amor. Ese planteamiento permite enfrentarse a un guion con diálogos hilarantes, pero que no hacen más que recordarnos que toda representación ficcionada del amor es un acto fallido. Louis Garrel conoce esa realidad y la explora en su cine, en este caso, con gran profundidad, sin caer en lo pesado o ininteligible.

 

Título Original:L'homme fidèle. Director: Louis Garrel. Guión: Louis Garrel, Jean-Claude Carrière. Fotografía: Irina Lubtchansky. Música: Philippe Sarde. Elenco: Laetitia Casta, Lily Rose Deep, Louis Garrel. País: Francia. Año: 2018. Duración: 75 minutos. Distribución: Arcadia Films