327 cuadernos (2): Lecturas y escrituras desviadas


327 cuadernos (2015) es un documental sobre Ricardo Piglia y el proceso que acompaña la relectura y transcripción de sus diarios (en paralelo a la publicación de los tres tomos de estos, Los diarios de Emilio Renzi, cuyo primer volumen, Años de formación, aparece en septiembre de 2015, y el segundo, Los años felices, en septiembre de 2016 -asumo que el tercer repetirá el mes el próximo año-), pero sobre todo se trata de un trabajo de recepción y traducción/lectura de ese material al plano cinematográfico, que apuesta por profundizar un trabajo personal de Andrés di Tella sobre la escritura cinematográfica. Un ejercicio que se prefigura en una búsqueda de otras escrituras, literarias, como en Macedonio Fernández (1995), cuya narración y guión están a cargo de Ricardo Piglia; o cinematográficas, como en Hachazos (2011), donde articula un relato biográfico sobre Claudio Caldini, un “cineasta secreto”. En ambos casos, y como sucede en 327 cuadernos y en sus documentales más personales -La televisión y yo (2003) y Fotografías (2007)-, surge un cine de ensayo y experimental.

El documental intenta construir un relato en torno a la figura del escritor, de la escritura misma como gesto. En este intento, por un lado clama una mayor materialidad de archivo audiovisual en torno a Piglia, sin embargo, por otro, desde esa ausencia Di Tella logra levantar y plasmar una idea propia, desde el tránsito hacia otros registros, otras materialidades. Es decir, pareciera que ese vacío responde a la imprecisión desbordada del título del documental y del proyecto de “diarios” de Piglia, ya que ante la pregunta de cuántos cuadernos son los que tiene Piglia, este responde 327, sin haberlos contado.

327 cuadernos está dividido en tres partes. Primero, un inicio abierto, que explora en algunos lineamientos de esa “fiel manía” que conlleva el registro disciplinado de un diario, justo en el momento en que Piglia deja Princeton University, cuando con Di Tella acuerdan filmar. Luego un capítulo con un Piglia activo, saturando la pantalla de escritura, leyendo en voz alta sus cuadernos, rodeado de libros, manuscritos, hojas viejas maltratadas y rayados: “varias veces intenté copiarlos a máquina y lo dejé… es duro”. Repasa sus cuadernos, no entiende la letra. Reflexiona en torno al género del diario “y su verdad para hacer ficción… una ficción imperceptible”. Lee y revisa, no todo lo que lee le gusta. Finalmente, se traza un capítulo que articula un giro que ni Piglia ni Di Tella tenían contemplado: la enfermedad del escritor. En ese momento se enfatiza un relato que exacerba la ficción y la metáfora -un buen documental asume que no es mera acumulación de archivos y testimonios-. En ese sentido, la escena de la alcantarilla es esencial: “se dio cuenta de que debía comenzar por los restos, por lo que no estaba escrito”.

327cuadrnosEn ambas partes, 1 y 2, Di Tella propone formas audiovisuales que acompañan al relato biográfico, y lo encaminan hacia otros rincones. No deja todo en manos del archivo del escritor y menos en la palabra del mismo. De partida, la referencia al uruguayo Enrique Amorín, quien filma a sus amigos: Marta Brunet, García Lorca, Neruda. Di Tella, ante la ausencia de Piglia, también realiza ese ejercicio. Otro ejercicio es el montaje por oposición, que intercala imágenes de Piglia y su escritura, con imágenes, unas distantes en lo temático, como la de un hombre musculoso, las escenas de box, un barco zarpando, hombres domando caballos. También, a lo largo de la película, presenta archivos audiovisuales históricos que sitúan la figura de Piglia. Di Tella se apropia del gesto escritural como un gesto de experimentación planteado por Piglia, de unir restos, al decir que el diario “es un laboratorio de experimentos, no tanto de experiencias”.

En general, en 327 cuadernos Di Tella asume una escritura propia ante la monumentalidad del mismo Piglia. Una práctica compleja que el director ejecuta y sortea con éxito. Lo asume leyendo, asimilando y reinterpretando el gesto de Piglia, quien muestra sus diarios, que se desvían hacia el apunte, hacia el cuaderno, hacia la novela. Di Tella también se desvía, hacia la ficción, hacia la experimentación, hacia el ensayo. Un desvío que permite desmarcarse de los géneros, hacer puentes erigiendo una escritura propia.

Luis Valenzuela

Nota comentarista: 9/10

Título: 327 cuadernos. Dirección: Andrés Di Tella. Guión: Andrés Di Tella. Fotografía: Gastón Girod, Guillermo Ueno. Edición: Felipe Guerrero, Valeria Racioppi. País: Argentina, Chile. Año: 2015. Duración: 79 mins.