Serge Daney alguna vez planteó la idea de que hablar de "cine estadounidense" era una redundancia. En realidad, el hecho de que podamos discutir sobre "cines nacionales", o que cada país trate de definir su identidad cinematográfica, tiene que ver con que existe un estándar frente al que definirse, es decir, el cine norteamericano. Por lo tanto, solamente Estados Unidos sería el país exento de esta necesidad de definirse. En el caso de la animación, esta diferencia podría ser todavía más patente; el estándar de la animación tradicional, a nivel técnico y estético, se definió por las innovaciones (o el hecho de patentar inventos antes que sus creadores) de parte de la compañía de Disney. En ese sentido, la animación no tradicional o de técnicas menos practicadas se entiende siempre como el reverso de esta imagen ideal, como la contradicción a la animación del centro. Esto también podría explicar el hecho de que el estilo y discurso de Disney sea objeto de múltiples parodias, tanto desde otros estudios de animación tradicional como desde el underground. 

En este especial revisaremos apariciones de Mickey Mouse en cortos realizados por fuera de la Disney. A pesar de tratarse de citas directas, difícilmente se podrían pensar como homenajes. Al igual que Ronald McDonald o el logo de Coca-Cola, el ratón Mickey ha sido utilizado reiteradamente como un equivalente simbólico del imperialismo estadounidense. Si pensamos en cortos como Mickey Mouse in Vietnam (Lee Savage, 1968), en general podemos ver que se muestra a Mickey como la cara más "amable" de las verdaderas intenciones de la intervención geopolítica. Estas lecturas distorsionadas, extrañas y politizadas de la figura del personaje principal de Disney nos sirven para pensar en el "centro" de la animación y las posibilidades y dificultades para contradecirlo.

Bimbo's Initiation (Dave Fleischer, 1931)

6 min.
Animación tradicional.

Se puede ver acá: https://www.youtube.com/watch?v=48Ka0xvim3c

Dos años después de que Disney presentara su versión animada del infierno en Hell's Bells (Ub Iwerks, 1929), los hermanos Fleischer crearon su propia visión del abismo. Al comienzo del corto, Bimbo camina tranquilo silbando hasta caer por una alcantarilla. Antes de cortar hacia el viaje infernal, los Fleischer introducen una réplica de Mickey Mouse que aparece para bloquear con un candado las posibilidades de Bimbo de regresar a la superficie. 

Este guiño poco sutil es algo que Disney dejaría de permitir con los años, pero durante la década ni siquiera se trataba de la única inclusión del ratón como villano en la obra de los Fleischer. Como se ha documentado, la rivalidad Disney-Fleischer iba más allá de la competencia técnica y creativa. La volatilidad de los contratos de animadores provocaba que las migraciones entre estudios fueran comunes, permitiendo que Disney se llevara a algunos de los mejores animadores de los Fleischer ante ofertas económicas más atractivas. 

Si bien a nivel de relato se trata del encuentro de Bimbo con un culto (muchos análisis indican que se trataría de referencias al imaginario masón vinculado a Walt Disney), las llamas y la sucesión de penurias nos hacen pensar también en una imagen infernal. Wanna be a member? le preguntan al protagonista cada vez que sobrevive alguna de las pruebas. Más allá de la masonería, también se ha pensado en el corto como una representación del destino de quienes entraban al culto de la Walt Disney Company, cuyos tratos laborales se harían famosos más adelante gracias a la gran huelga de animadores de 1941.

Omocha Bako Series Dai 3 Wa: Ehon 1936 (Komatsuzawa Hajime, 1934)

8 min.
Animación tradicional.

Se puede ver acá: https://www.youtube.com/watch?v=CpLhprOsMLc&t=6s

Si bien en estas entregas la idea es ofrecer la mayor cantidad de antecedentes históricos, el corto de Hajime parece ser de esos fenómenos del internet difíciles de rastrear. Tanto las búsquedas de su título (de por sí misterioso al tratarse de la "parte 3" de una serie de la que no se encuentran otras entregas) como las de su autor solo arrojan sitios donde se ha compartido el corto como curiosidad, justamente por su manera negativa de retratar al ratón, pero no entregan muchos antecedentes respecto a su producción o estudio. 

A pesar de esto, no es difícil entender la curiosidad que genera el corto japonés. Como otras animaciones de tiempos de guerra, el rechazo al enemigo estadounidense se afirma en ciertos valores nacionales. En este caso, se trata de una serie de animales de la tradición japonesa (o eso nos dicen las reseñas, la inclusión del gato Felix entre estas hace más ambigua la lectura) que viven pacíficamente en una isla, hasta que un malvado ratón Mickey llega a atacarlos. No solo se trata de un obvio símil con Estados Unidos a nivel político, sino también de una imitación física de los ataques estadounidenses sobre Japón; Mickey Mouse dispara cañones y balas desde el cielo, al estilo de los ataques aéreos recibidos por Japón durante la época. 

Por lo demás, el héroe de la historia es Momotaro, figura de la tradición literaria japonesa que después protagonizaría nuevamente en Momotaro, dios de las olas (Mitsuyo Seo, 1945), primer largometraje sonoro de la animación japonesa, también de fuerte corte nacionalista. Aún así, la falta de subtítulos en las escasas frases del corto y el caos de la narrativa no ayudan a dilucidar todas las dudas que esta animación genera. Por lo demás, el enfrentamiento entre Momotaro y Mickey es antológico; entre balas, cambios de tamaño y estilos de animación, puede ser el momento más extraño y fascinante de un corto de por sí extraño. 

Mouse Heaven (Kenneth Anger, 2004)

10 min.
Animación de muñecos.

Se puede ver acá: https://www.youtube.com/watch?v=3xRD-oWRRi4

La película más extraña del grupo viene de parte del no-animador Kenneth Anger, leyenda del cine underground estadounidense. Después de un largo retiro, Anger regresó a la escena con Don't Smoke That Cigarette (2000), curioso experimento found footage basado en publicidades de tabaco. Si bien todavía algunos de sus trabajos en este siglo mantienen guiños a Aleister Crowley, en general estos cortos tienen poco que ver con el imaginario satánico y homoerótico que lo convertiría en un cineasta de culto a mediados del siglo pasado. 

Mouse Heaven es un experimento casero y de bajo presupuesto que, más que parodiar a Mickey Mouse, se dedica a acumular y animar distintas situaciones con varias de sus versiones disponibles en el marketing, tanto oficiales como no. Anger no necesita fabricar Mickeys para dar una visión grotesca de este; las diferencias de proporción o material entre cada uno ya crea en sí una visión ampliada y poco agradable de las caras del ratón. El "Heaven" del título es, por supuesto, irónico, por lo que podríamos pensar en otra imagen infernal del ratón.