Balance 2018 (1): Cineclub Proyección, una agencia más allá de la escritura
En la carpeta de proyectos que nunca llegaron a puerto, pero que aún vale la pena intentar de El Agente Cine se han ido depositando y reciclando durante estos años varias ideas, proyectos, intenciones y ganas, tanto individuales como colectivas, que por uno y otro motivo no han llegado a concretarse: la configuración de canon de El Agente que aglutinara nuestras películas favoritas, hacer un ciclo permanente con esa lista (que casi casi se llegó a concretar en la desaparecida y extrañada Sala Radicales), talleres, mediaciones, podcast (del que tenemos grabados más de 3 programas que nunca llegaron a lanzarse, ni cerrar contrato con las más variadas radioemisoras nacionales, aunque ¡atención! dicen las malas lenguas que este 2019 sí se viene ), etc...
Probablemente en contraposición a una de las fortalezas de nuestro sitio, como es la idea de un colectivo abierto que siempre va incorporando nuestras plumas y miradas, a la hora de intentar elaborar proyectos de otra clase que impliquen liderazgos y otro tipo de organización y tareas ha resultado más complejo. Aunque en el último tiempo, a medida que El Agente ha ido tomando vuelo, se han vuelto comunes y recurrentes las invitaciones externas para presentar películas, dar charlas, moderar conversatorios y demases.
Por lo mismo nos alegramos tanto de nuestra participación en el Cineclub Proyección y lo sentimos como uno de los grandes hitos del 2018. Este comenzó a gestarse a finales del 2017, luego de un ciclo de charlas en torno a los 100 años de la Revolución Rusa y su relación con la técnica, el arte y las vanguardias organizado por el Centro Social y Librería Proyección, donde Pablo Abufom y Javiera Manzi invitaron a Iván Pinto a dar una charla sobre el cine y las transformaciones en las prácticas del montaje (que pueden disfrutar en este link: https://www.youtube.com/watch?v=0eHtUjbCUm8). Luego de esa instancia comenzó a correr una cadena de mails con el propósito de aunar diversas voluntades para armar un Cineclub que buscaba vincular las diversas ansias cinéfilas de sus destinatarios y sus organizaciones en el contexto de la vocación crítica y colaborativa de la Librería Proyección. A pesar de los diferentes énfasis de trabajo y frentes de acción de cada parte, la idea prendió rápido, generando además una gran sintonía. Junto con Iván Pinto no dudamos en sumarnos y poner nuestro granito de arena desde El Agente Cine.
Nació así, luego de un par de reuniones y varios mails, la alianza entre el Centro Social y Librería Proyección (Javiera Manzi y María José Yaksic), La coordinadora anti-racista La Champurria (Casey Butcher) y El Agente Cine (Iván Pinto, Vanja Munjin, para luego sumarse Héctor Oyarzún y Daniela Barriga). El cineclub tuvo su fundación en abril de 2018 con un ciclo de dos meses que llamamos “El cine de los 68”. A partir de la exhibición de cintas como El fondo del aire es rojo (1977), Declaración de guerra mundial (1971), El grito (1968), algunos agit-prop franceses, unos cortos latinoamericanos (cubanos, chilenos, brasileños) y materiales audiovisuales de las revueltas negras en EE.UU., buscamos pensar un momento de convulsión política y social de la que el cine también fue parte y contraparte, aunque a 50 años de 1968 fue pensarlo también más allá del centralismo francés, como un periodo más amplio y global donde diversas disputas convulsionaron y diseminaron a unos y otros lugares del mundo.
Ese ciclo sirvió no solo como puntapié, sino además como manifiesto y declaración de intereses del espíritu del proyecto. Por un lado, entender y pensar el cine en relación a procesos, luchas y discursos históricos o contingentes como un medio que produce, resguarda, reelabora o rememora elementos de las transformaciones sociales. En este sentido, nos interesa tanto la discusión situada en torno a temas, eventos, disputas, como también los propios mecanismos del medio, sean estos experimentales, subversivos, contraculturales o poéticos, los que cristalizan en la exploración formal como manera de pensar, registrar, remontar, visibilizar o de narrar el mundo desde una perspectiva crítica y activa.
Por otro lado, nos interesaba consignar los contrapuntos territoriales, culturales, temporales, formales y discursivos que podríamos convocar para estas sesiones. Por tanto la programación busca menos dar cátedra o revisar el canon y los referentes obligados, dejándose, en cambio, llevar más por nuestras ganas de ver y mostrar ciertos títulos y, a la vez, proponer un conjunto de filmes variados que generen contrapuntos en las discusiones y alimenten nuestra cultura cinéfila. Esto involucra, entonces, ir desde las vertientes más experimentales, títulos difíciles de encontrar (para los cuales muchas veces tuvimos que traducir y subtitular nosotros mismos), como también buscar formatos e instancias de visionado no comunes: como las sesiones de cortometrajes, películas de largo aliento, presentaciones con comentaristas invitados, exhibiciones con directores en sala y vía skype.
Por último, nos interesaba crear un espacio permanente dentro del circuito santiaguino, no solo para mostrar y ver un cine de corte de vocación declaradamente política y experimental, sino también para convertir este en un espacio de diálogo, intercambio de saberes, experticias y puntos de vista.
El proyecto ha tenido gran recibimiento y constancia; cada lunes a las 19:00 hrs exhibimos de forma sagrada una o varias películas, que siempre llevan una presentación inicial de uno de nuestros agentes o champurrias y, a veces, también compartimos escenario con un comentarista invitado o, para cuando pasamos películas chilenas (y existen las voluntades), tenemos a los directores en sala. Luego del visionado se abre una conversación entre todos: público de la sesión, invitados, organizadores.
Luego del ciclo sobre el 68, y a raíz de las contingencia nacional, armamos un ciclo feminista durante junio y julio, luego hicimos otro sobre archivo durante agosto y septiembre, después uno sobre la dependencia latinoamericana durante octubre, y cerramos el año los dos últimos meses con la revisión de las luchas afroamericanas y negritudes latinoamericanas. Siempre ha llegado público, incluso cuando nos retrasamos con la difusión y anunciamos la primera película de cada ciclo durante el fin de semana previo a la función. Llegan por lo menos 5, 10, 15, 30 o 40 personas; en algunas sesiones, las más exitosas, la gente se sienta en el suelo o se aglutinan en la puerta.
A veces van amigos o conocidos nuestros, otros proyección, otros champurrias, otros agentes, amigos de los directores, de los comentaristas, cinéfilos recurrentes. Pero lo cierto y quizás más bello es que nuestra bancada más fiel son personas que nos eran ajenas hasta antes del cineclub. Algunos se tragan todas las películas de un ciclo y se transforman durante esos dos meses en pequeñas comunidades efímeras y otros -nuestros favoritos- se han mantenido, con mayor o menor intermitencia, a lo largo de todo el año; al igual que nosotros han creado la costumbre de aparecer cada lunes, a la misma hora y en el mismo lugar, solo con las ganas de ver y compartir entorno al cine.
Quienes compartimos la organización de los ciclos hemos tenido que hacer de todo, desde ser diseñadores, community managers, subtituladores, traductores, presentadores, proyeccionistas, data managers y deep web pirates, pasadores de gorra, vendedores de maní y cervezas. Es harto trabajo, pero el espíritu de colaboración del cineclub es asombrosamente contagioso y alegre.
Han pasado por las paredes de la Proyección directores y directoras tan favoritos como Chris Marker, Valeria Sarmiento, Masao Adachi, Chantal Akerman, Charles Burnett, Agnès Varda, Harun Farocki, Hito Steyerl, Marilú Mallet, Sara Gómez, Nicolás Guillén Landrián, León Hirszman, Carlos Diegues, Santiago Álvarez, Andrea Tonacci, Susana de Sousa Dias, Miguel Gomes, Cheryl Dunye, Leslie Thornton, Margot Benacerraf, Jorge Sanjinés, Angela Ricci Lucchi y Yervant Gianikian, Jim Finn, Luis Ospina, Mehrnaz Saeed-Vafa, Chick Strand, Trinh T. Minh-Ha, Lizzie Borden, entre varios otros y otras.
Hace poco inauguramos un fanpage propio (puede encontrarnos y seguirnos en facebook y twitter para estar al tanto de nuestras noticias). En enero 2019 estrenamos un ciclo de directores invitados: Ignacio Agüero eligió Padre Padrone (de los Hermanos Taviani) para compartir con nosotros y Charlotte Bayer-Broc, una amiga del Cineclub, viene desde Francia a estrenar las películas que ha hecho en Chile junto con toda su pandilla.
Estaremos cada lunes a las 19:00 en San Francisco #51. No cobramos entrada, pero agradecemos con cariño, buenas películas y grandes conversas la voluntariedad de sus aportes. Vendemos cervezas, vino y el mejor maní tostado de Santiago Centro. Sígannos los buenos.