Respirar Helado (Carolina García Bloj, 2014)
Respirar Helado, primer film de la directora Carolina García Bloj, se articula a partir de los relatos de cinco figuras femeninas en las tierras australes de Tortel. A través de sus historias vamos accediendo a lo que la directora quiere exhibirnos con énfasis, un paisaje particular que estimula y nos conduce a diversos registros visuales y sonoros.
Los relatos de las mujeres que se escuchan como voz en off, y en escasos momentos frente a cámara, dan cuenta de la precariedad de su vida cotidiana lo que contrasta con el paisaje fecundo cargado de pliegues, cargado de vitalidad. Y es que Respirar Helado es una película sobre las texturas de una geografía particular.
Desde un enfoque observacional la directora registra la inmensidad de la naturaleza que condiciona la vida de los habitantes del pueblo. Predominan los primeros planos de las texturas naturales: la corteza, la vegetación, el agua y sus reflejos; y planos generales que nos recuerdan que se trata de un mundo habitado, un bote navega por el río, unos perros y unos niños corren por el puente. El testimonio de las habitantes es más bien un registro de relatos, cuerpos y gestos de lo cotidiano poco excepcional, que se superpone con el sonido y las imágenes naturales. La voz en off que se escucha simultáneamente al sonido del agua que corre, la imagen de una corteza de un árbol que se antepone con la de las arrugas de una anciana. Ahora bien, en este film la elección de superponer las imágenes del mundo natural y del mundo de los hombres más que funcionar como mimesis, como contrapuestos o como paralelismo vibratorio, funciona como paralelismos semejantes. Decimos paralelismo porque la relación entre relatos e imágenes naturales corren por diversos caminos de significación. Decimos semejantes porque se exhiben como siendo parte de una misma cadena de significado. Esta elección, creo, implica descuidar las poéticas propias de la tensión entre ambos mundos, pero sin embargo gana en brindarnos imágenes limpias y envolventes. Nos topamos así con un espacio intenso en sensibilidad.
La relación entre los habitantes -mujeres- y la naturaleza, son relaciones marcadas por el vínculo del trabajo (Marcela, quien trabaja cortando árboles), por la contemplación (en el caso de las mujeres más ancianas que debido al frío se mantienen encerradas en sus casas) -y donde predomina la figura de la ventana-, la muerte (a partir del relato de la mujer más anciana, Leonila), o por el cruce de umbrales, figurada por el puente y las pasarelas que sólo los niños parecen recorrer con facilidad. Sin embargo estas mediaciones, trabajo-muerte, ventana y puente, finalmente se sumergen en el rendimiento del testimonio, la intención de brindar un relato de mujeres de Tortel, lo que le quita un mayor rendimiento a estas figuras de una enorme riqueza audiovisual. Y es que últimamente la apuesta está en otro lado. No en ofrecernos una poética de las mediaciones o inmanencias entre el mundo natural y el mundo de los hombres, pero tampoco en un registro de unos sujetos olvidados, invisibles; sino en la observación de una materialidad de lo natural que se torna movimiento, ritmo, vida.
Nota comentarista: 5/10. Título: Respirar helado. Dirección: Carolina García Bloj. Guión: Carolina García Bloj. Fotografía: Richard Salgado. Montaje: Carolina García Bloj. Sonido: Carolina García Bloj, Julio Abarca. País: Chile. Año: 2014. Duración: 68 min.