Entrevista con Matías Piñeiro: Un juego de continuidades y variaciones
Mientras en el marco del BAFICI nos llegan desde tierras trasandinas turbulentas e interesantes novedades de lo que nos depara el panorama cinéfilo para este año, aprovechamos de desempolvar esta entrevista que nos brindó Matías Piñeiro durante el pasado Festival de cine de Mar del Plata, cuando a propósito de su última película, Hermia & Helena, conversamos sobre su carrera y sus sistemas de creación y producción.
Vanja: La primera pregunta tiene que ver un poco con cómo llegas al cine, ya que desde un comienzo trabajas y tomas la adaptación de ciertas obras literarias -primero con Sarmiento y después con Shakespeare- hacia el cine. ¿Por qué decides entrar por ahí? ¿Qué te interesaba?
Matías Piñeiro: Creo que es una materia prima, ¿no? Como que no está solo, es lo que pone en funcionamiento a la máquina narrativa. Yo pienso que en el cine es como raro la situación de la página en blanco, como que no le pertenece, porque siempre ponés una cámara en relación al mundo. Entonces si no tenés idea de nada, podés poner la cámara, apretar rec y ya está, hay algo, ya hay un plano. La literatura o el teatro como son un material que está en el mundo y que me da personajes, líneas, tramas, me da material inmediato. Puedo no escribir un guión y sin embargo sé cómo va a funcionar mi película y con qué elementos va a trabajar. Te empieza a surgir la película al ponerse en relación con algo, algo en mi caso, no es una montaña, no es un paisaje -que podría serlo- no es una música, es un texto literario del cual saco todos estos elementos, entonces es un poco evitar la página en blanco.
Vanja: ¿Y por qué elegiste a Sarmiento? Que igual es una figura fundacional dentro de Argentina y después a Shakespeare, que también es una figura icónica dentro de la literatura mundial.
MP: Sí los dos, esos... yo me di cuenta tarde, como que "ah, claro, estoy agarrando dos canónicos", pero al mismo tiempo me parece que lo que estoy haciendo es agarrarlos de un lado menos canónico, porque con Sarmiento no agarre el Facundo, agarré la campaña o los viajes incluso, que me interesa más que sus otros textos. Y de Shakespeare estoy agarrando las comedias, que nadie agarra tanto las comedias. Me gusta justamente que algo que se cree tan canónico de repente tiene un nivel de detalle como tiene cualquier otro elemento, y me interesa esa cuestión de iluminar una parte no tan transitada de esos nombres.
Vanja: Dentro de la obra de Shakespeare siempre has tomado personajes femeninos. ¿Por qué?
MP: Porque tomé las comedias, y en las comedias los roles fuertes son de las mujeres. Las comedias son de las mujeres, con algunas excepciones, como también hay excepciones en las tragedias, donde Lady Macbeth es muy importante, pero igual tienen como un lugar que no me interesa tanto, que es el de las suicidas y las locas, y no el de la inteligencia que es el que tienen las mujeres en la comedia. Suelen ser inteligentes. Entonces hay algo de esa cosa medio cerebral que me gusta para mis propias películas. Y encontré esa relación entre los personajes femeninos y mis actrices también, eso fue lo otro: “mirá, esto para María Villar va a estar buenísimo”, Rosalinda.
Vanja: Sobre la recurrencia del equipo actoral dentro de tu filmografía, llama la atención que en Hermia & Helena incluyes también a actores estadounidenses.
MP: Sí, que no son tan actores, es gente que en principio son más bien todos directores de cine, salvo Lukas (Keith Poulson), que ha hecho una que otra peliculita. Él es el más actor; pero luego Mati (Diop) es actriz pero también es directora. Dan Sallit es director, no es actor. Dustin (Guy Defa), el que se cree que es director de cine, también. Me pareció que para lograr la vibración que tienen los actores porteños no podía ir por los profesionales americanos. No me interesaban. La manera, la profesionalidad de los actores americanos no me interesa, no me seduce. Necesitaba a ir a gente que estaba más desviada. Suman algo, una energía que también, me parece, tienen mis actores de Buenos Aires, que tampoco son actores convencionales. Ellos son actores, pero también son escritores, dramaturgos, hay músicos; y hay algo de eso que me parece muy rico, digo, que se les genera a ellos una gestualidad impura, no efectiva, en el sentido de la efectividad así, de la perfección y que generan un movimiento que para mí me resulta mucho más agradable y mucho más intenso.
Vanja: Respecto a tus actores, cuando ya comienzas un proyecto, ¿cómo los sumas a ellos? Porque esto de trabajar con las mismas personas le va dando algo a tus películas...
MP: Sí,sí,sí. Le da una continuidad y un juego de variaciones. ¿Qué hacer ahora? ¿Qué hacerla hacer a María ahora? Sometamos esa maquinaria a un nuevo contexto, a ver cómo reacciona. Y, bueno, elijamos bien, a ver, si quiero que no sea una cosa muy torpe tiene que ser alguien que sepa hablar ingles, o que esté habituado y, bueno, Agustina Muñoz estaba hacía tres años viviendo en Holanda, entonces había algo de eso que se mezcla en la película. Tiene que ver con mi biografía pero tiene que ver también con la de ella de alguna manera. Todo está escondido, medio disfrazado, y con los actores un código. Porque hay un código de actuación de las películas, no da lo mismo, se actúa de una manera particular, se entona de alguna manera, y eso una vez que ya lo adquiriste con uno no te da ganas de soltarlo, te da ganas de seguir explorando. Es por eso que filmamos una y otra vez, es como un nexo, un vínculo ya está armado, no sé, hay un trabajo ya hecho. Construyamos sobre eso que ya está realizamos, sobre eso, sobre ese territorio ya ganado. Sobre todo ahora en este mundo mío que es un lugar y otro, como que no tengo tiempo de hacer un proceso nuevo en Buenos Aires, porque no estoy tanto en Buenos Aires, entonces necesito eso, necesito que haya algo ya logrado, ganado.
Vanja: Ayer hablabas sobre que quizás el desplazamiento va a ser también un tema que se sume a tu filmografía.
MP: Sí, sí como que lo estoy pensando que... sobre todo porque ahora existe la posibilidad de quedarse en Nueva York, entonces como que hay una mayor consciencia. Y después se abrió esta posibilidad de filmar en Portugal y con un amigo español. De repente se abrió como una especie de puertos. Entonces parece que el tema del viajar va a empezar a ser un motivo, va a empezar una realidad. Yo supongo que también van a empezar a surgir películas en Nueva York, solo, y un nuevo sistema también.
Entonces el desplazamiento, el estar desplazado, se va a meter. Se está metiendo. Ya se mete en La princesa de Francia, también estaba alguien que no vivía en Argentina, que ese también era... yo. Ahora en esta película ya está, ósea es... lo vas viendo en las biografías, se va colando. ¿Así como los embarazos se van metiendo en las películas? Tuve esa sensación, de que hay un momento de cierta transición. Es medio de transición Hermia & Helena, no sé hacia donde, quizás es hacia Buenos Aires de vuelta, pero quizás es hacia otro lugar, no sé.