El día después (1): Narrativas de soju

Es imprescindible destacar que estas narrativas se ven mediadas por la clásica aparición del soju hong sangsoniano al momento de caer la noche. El alcohol se erige como un refugio cálido para eludir el agobio de los problemas humanos, a la vez que también constituye un motor para la toma de decisiones sobre ellos.

Como preludio a la presencia de los últimos filmes de Hong Sang-soo en el pasado Ficvaldivia, un medio nacional publicó una nota en la cual invitaba a ver las películas del director coreano bajo el rótulo de ser el "cineasta de los amores rotos". La etiqueta resulta inadecuada si observamos en detalle las estructuras que operan en los filmes de Sang-soo, las cuales más bien resultan de interés por el tratamiento de las narrativas, la inserción del azar y el uso de la contingencia como hitos que van moldeando la vida de sus personajes ficticios. Es por esto que se propone analizar desde dichos elementos el estreno en salas de El día después, quedando la "ruptura de corazones" como una mera contingencia subordinada a otros intereses fílmicos.

El día después relata una serie de encuentros y desencuentros humanos. El protagonista masculino, Kim Bong-Wan, es el director de una pequeña editorial que suele emplear a jóvenes escritoras, ya sea para que lo asistan en el trabajo de oficina, como para que lo acompañen en sus frecuentes salidas a restaurantes y bares.

Durante los primeros minutos del filme contemplamos cómo la esposa de Bong-Wan lo interroga en la mesa del hogar sobre algunos cambios de conducta sospechosos. El protagonista comienza a evadir las respuestas, por lo que la falta de información -e imposibilidad de acceder a la realidad- comienza a agotar la paciencia de su cónyuge. La escena cierra con el abandono del hombre del espacio interior para caminar y fumar en soledad, revelándose a los pocos minutos su reencuentro con la sospechada amante.

Las posibilidades de acceder a la realidad y comprender el mundo mediante palabras serán discutidas al día siguiente con su nueva empleada Areum (Kim Min-Hee), creando una atmósfera de escepticismo e inaccesibilidad que se verá intensificada con la luminosa fotografía en blanco y negro que recorre la hora y media que dura filme. La ignorancia formada, moldeada y mantenida por Bong-Wan provocará que su esposa confunda a Areum con su amante, desatando una escena de golpes, confusiones e insultos que finalmente le darán un tono de simultánea confidencia y desconfianza a la relación desde el primer momento.

Los eventos que acaecen en el largometraje se narran de forma lineal, con sutiles variaciones temporales y repeticiones de diálogos que van confundiendo a los espectadores sobre los tiempos del filme. Esto ocurre principalmente hacia el final de la película, donde un curioso olvido del pasado por parte del protagonista insertará las dudas sobre si estamos a punto de presenciar narrativas paralelas como en Right Now, Wrong Then (2015).

No cabe duda que el director coreano con el paso de los años ha ido construyendo un corpus fílmico que va insistiendo en mecanismos, realizando leves variaciones y repeticiones que invitan a sus espectadores a jugar y anticipar los senderos que finalmente tomarán los personajes. Esto se ve intensificado por la contingencia que atraviesa los caminos que van tomando sus protagonistas, intercalando viajes de ida y vuelta, como al inicio y final de El día después. ¿Acaso es posible diferenciar un viaje de ida de uno de vuelta? ¿Podemos distinguir la llegada casual de una persona a nuestra vida de una necesaria partida?

Es imprescindible destacar que estas narrativas se ven mediadas por la clásica aparición del soju hong sangsoniano al momento de caer la noche. El alcohol se erige como un refugio cálido para eludir el agobio de los problemas humanos, a la vez que también constituye un motor para la toma de decisiones sobre ellos. Toda persona que alguna vez se haya embriagado levemente con este brebaje sabe que el soju provoca una sensación especial, una especie de entrada a un mundo un poco más sensible, con tintes oníricos, casuales, y en la que puede apreciarse la belleza de los detalles.

Es precisamente dicha atmósfera onírica a la que Hong Sang-soo nos introduce pese a las discusiones, tensiones y melancolías ya descritas. Esto se refleja especialmente en el viaje de vuelta en taxi de Areum luego de ser despedida en su primer día de trabajo. Su rostro iluminado, su forma casual de narrar y sorprenderse ante la aparición de la lluvia nos lleva a cuestionarnos si estamos efectivamente ante un sueño, la realidad, o una narración que luego les intercambiará, y que no nos permitirá distinguir si lo que estamos viviendo es el presente, o el día después.  

Nota del comentarista: 9/10

Título original: Geu-hu. Dirección: Hong Sang-soo. Guión: Hong Sang-soo. Fotografía: Kim Hyung-koo. Edición: Hahm Sung-won. Reparto: Kim Min-hee,  Kwon Hae-hyo, Kim Sae-byuk, Cho Yun-hee, Ki Joabang. País: Corea del Sur. Año: 2017. Duración: 92 min.