Una de las promesas del género de la ciencia ficción es volver verosímiles conjeturas sobre eventos y posibilidades que sólo existen en las divagaciones de nuestras fantasías, una de las diferencias que tiene con el género fantástico reside en que la ciencia ficción se apoya sobre ciertos logros tecnológicos y descansa sobre premisas validadas científicamente, aspectos que vuelven las conjeturas y ficciones más plausibles e incluso en muchos casos predictivas.

Aniquilación (2018), el último filme de Alex Garland, el británico director de la sorprendente Ex Machina (2015), retoma el clásico tema del contacto con entidades extraterrestres y formas diversas de vida en su interacción con los humanos, adaptando libremente en el guion la novela homónima escrita por Jeff VanderMeer y publicada el 2014.

Aniquilación comparte un tono especulativo y conserva algo de la ficción existencial del tipo Solaris o Stalker, aunque Garland localiza su ficción en la Tierra y construye el relato sobre fenómenos biológicos, tan presentes en esta pandemia como las mutaciones celulares, algunas producidas por la invasión o contagio con un agente extraño sobre nuestro material genético, como también aquellas inducidas por el mismo organismo, como, por ejemplo, la hasta ahora misteriosa capacidad de autogenerar tumores que atacan nuestro cuerpo y órganos produciendo la degradación de la materia viva, la muerte o el envejecimiento.

Lena (Natalie Portman) es una bióloga estudiosa de la estructura y comportamiento de las células cancerosas, enseña en la Facultad de Medicina, aunque tiene un pasado en el ejército. El retorno inesperado de Kane (Oscar Isaac), su pareja, y un reencuentro un tanto dudoso y frío, le sugiere que algo ha cambiado en él sin saber exactamente qué. Su esposo es un militar que lleva cerca de un año desaparecido en cumplimiento de tareas estratégicas, su extraño comportamiento y su débil estado de salud los conducen inesperadamente a un lugar clandestino, una especie de base militar llamada “Área X”, donde será reclutada para una misión de investigación secreta, destinada en principio a resolver la misteriosa y precaria condición de salud de su pareja.

Se une entonces a un grupo de mujeres encabezadas por una psicóloga (Jennifer Jason Leigh) encargadas de adentrase en una zona geográfica específica que desde hace un tiempo registra una extraña actividad, generando una especie de campo lumínico multicolor y traslúcido junto con ondas electromagnéticas de impredecible comportamiento y efectos desconocidos en las personas y en el medio ambiente. Por ahora, llaman a este fenómeno “el resplandor”. Su progresiva expansión territorial lo ha vuelto una amenaza potencial para la especie humana. El origen de esa particular forma de actividad sería el impacto entre un cuerpo o materia proveniente del espacio exterior con un faro ubicado en el borde de una playa.

La narración del viaje del grupo de mujeres se desarrollará en paralelo con permanentes flashbacks donde Lena es interrogada por un grupo de científicos debido al inesperado desenlace de la misión. Sin embargo, las sesiones de entrevistas no aclararán del todo los detalles de la expedición.

Lo que vuelve aún mas extraño el viaje es que cada integrante del equipo lleva en sí misma el germen de la autodestrucción, debido a diversas circunstancias biográficas y de salud que se revelarán en el trascurso de la expedición. Quizás por ello cada encuentro e interacción con esa desconocida forma de energía profundizará la tragedia personal produciendo nuevas y extrañas formas de mutación de la materia. Así, el relato combina la aventura con la indagación subjetiva y existencial donde la ciencia ficción se entrecruza con el thriller psicológico.

Aniquilación es un filme que logra crear atmósferas de suspenso, situaciones inquietantes y momentos de terror, se sirve de un viaje hacia lo desconocido para plantear preguntas en torno a la existencia y al destino de vidas quebradas por alguna situación destructiva. Las mutaciones celulares que se registran en la naturaleza y seres vivos invitarán a reflexionar a los personajes sobre  experiencias capaces de dañarnos de diversas maneras, como una enfermedad, una pérdida o, incluso, el matrimonio. Es un filme rico en metáforas y ambigüedades que, pese a no contar con un equilibrado desarrollo de personajes y no alcanzar momentos de una reflexión mas profunda, logra cautivar visualmente y abre las posibilidades resultantes del contacto con lo radicalmente otro o con eso que sin saber actúa contra nosotros mismos.

Lena y su equipo deberán lidiar con algo más que un nuevo modo de energía y con una inteligencia alienígena diversa a la humana. Se verán involucradas en situaciones donde, a través del contacto con “el resplandor”, no podrán evitar enfrentar sus fantasmas y sus propias culpas.

Aniquilación se revela como una gran metáfora de esa especie de fuerza que condensa todo aquello capaz de destruirnos, haciendo un símil con la postulación freudiana de la pulsión de muerte y, al igual que esta tendencia inscrita en la condición humana, Aniquilación operará no sólo en el ámbito celular sino también subjetivo con todo lo problemático que supone tal equivalencia.

Título original: Annihilation. Dirección: Alex Garland. Guion: Alex Garland (basado en la novela de Jeff VanderMeer). Fotografía: Rob Hardy. Montaje: Barney Pilling. Música: Geoff Barrow, Ben Salisbury. Reparto: Natalie Portman, Jennifer Jason Leigh, Gina Rodriguez, Tessa Thompson, Tuva Novotny, Oscar Isaac, David Gyasi, Sonoya Mizuno. País: Estados Unidos, Reino Unido. Año: 2018. Duración: 115 min. Disponible en el catálogo de Netflix.