Lo mejor del 2015 (2): Estrenos internacionales

Lo mejor del 2015: Películas más votadas pertenecientes a estrenos internacionales en cartelera local.

5.- Ave Fénix (Christian Petzold) 18 puntos.

El trabajo de Christian Petzold es sutil, austero y sin grandes aspavientos. Podemos apreciar cómo ciertos temas recurrentes se pueden ver de una óptica diferente. Todo lo anterior se estructura desde la protagonista que vuelve desde la muerte, representada por el campo de concentración. Pero es este un regreso sui géneris, con un rictus patológico (cómo no después de lo vivido), que se sustenta en un juego de identidades superpuestas, llevado a cabo por un espíritu fracturado y derruido que no es capaz de darse cuenta de su propia muerte y que intenta recuperar lo perdidoRaúl Rojas MontalbánDe nuestra crítica a Ave Fénix

 

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Star Wars: The force awakens (J.J. Abrams) 18 puntos

El relato en sí es prácticamente un remake de la primera Guerra de las Galaxias, donde vuelven a utilizarse elementos narrativos como el androide extraviado que contiene información clave para los rebeldes, la talentosa protagonista atrapada en un planeta desértico con un brillante futuro por delante, o la búsqueda del microscópico punto débil en las brutales instalaciones del enemigo. Aquí puede instalarse una primera disyuntiva, que de seguro avivará discusiones por mucho tiempo, donde una corriente que podríamos llamar apocalíptica verá esta decisión como un desperdicio de creatividad y un gesto de exagerado conservadurismo, mientras otra corriente más integrada lo tomará como el merecido gesto de reconocimiento que merece el inicio de la saga y sus personajes. Lo cierto es que el director J. J. Abrams fue lo suficientemente cuidadoso como para no herir sensibilidades y equilibrar, a ratos de manera bastante sutil, el reciclaje que hace de los elementos de antaño en el relato presenteJosé Parra. De nuestra crítica a Star Wars: The force awakens. Lea además la crítica de Marcela Valenzuela y el texto El significante vacío de Alvaro García.

 

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4.-Birdman, o la inesperada virtud de la ignorancia (Alejandro González Iñárritu) 19 puntos

La concentración espacial y temporal del relato se concibe entre una generación de agilidad y tensión, gracias al gran logro técnico de hacer pasar inadvertidos los cortes que interrumpen el plano secuencia, a la vez que pasar de un espacio a otro funciona como solución de continuidad temporal entre un día y otro, transcurriendo entre camerinos, escenario, ligados por pasillos, puede ser concebido como exteriorización del laberinto mental de Riggan. Los pormenores a los que se ve enfrentado los últimos días antes del estreno, tanto laborales, creativos como personales, lo circundan y acorralan mientras se niega a bajar la guardia, incapaz de reconocer su pequeñez moral, a lo que se suma  más encima el hecho de ser acosado mentalmente por la fantasmal voz de su alter ego superyoico Birdman. Batiéndose en diferentes frentes simultáneos, su necesidad de control y reconocimiento en conflicto deviene en diferentes ocasiones en la ruptura del verosímil real por la irrupción de lo fantástico. Sin evidenciarse como alucinaciones, en gran medida sosteniéndose en la red elaborada por el plano secuencia, Riggan comparte los poderes de Birdman, logrando fuerzas telequinésicas y pudiendo volar. Alvaro García de nuestra Crítica a Birdman.

 

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3.- Boyhood (Richard Linklater) 32 puntos

Con todo un universo de obras que tratan el tema del “pasaje”, de cómo el tiempo en su consumación afecta la vida de los sujetos, el director norteamericano Richard Linklater ha de ser uno de los realizadores que más han explorado en tales horizontes narrativos. Ya sea con un paradigma de las películas adolescentes, como Dazed and Confused (1993), o más nítidamente con su trilogía sobre la pareja que en el transcurso de dos décadas construye su relación en Before Sunrise (1995), Before Sunset (2004) y Before Midnight(2013), Linklater ha demostrado un interés constante por averiguar qué significa aquel extraño misterio que conocemos como “crecer”. En este sentido, Boyhood tal vez sea la cúspide de sus preocupaciones fílmicas, en donde con un asombroso esfuerzo de producción, el realizador y su equipo construyeron un relato de ficción durante 12 años de grabaciones con el mismo elenco, narrando la historia de cómo un niño se hace grandeJosé Parra. De nuestra crítica a Boyhood

 

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2.-Mad Max: Fury Road (Geroge Miller) 31 puntos

Mad Max: Fury Road es por mucho la cinta de acción más interesante, entretenida y bien lograda que he visto en años. La acción está tan compenetrada con la historia, como en joyas del género como Duro de matar, que toda teatralidad y efecto especial utilizados se sienten orgánicos, parte de una propuesta que busca generar estrés (del bueno) a través de la visualidad y la empatía con el sufrimiento de los personajes. Miller, desde el primer minuto, logra llevar a cabo una coreografía de actores, cámara y montaje que no dejan descansar hasta que la película empieza a llegar a su fin, en un ejercicio fino de cinematografía que rescata el valor del realismo del efecto especial no-digital. De hecho, lo efectos especiales digitales fueron usados principalmente para eliminar soportes y cables, darle más carácter al desierto, hacer los efectos climáticos y para lograr el brazo ortopédico de Furiosa. Las explosiones, los volcamientos y el maquillaje: todo análogo. Como en la vieja escuela. Pato R. Gajardo. De nuestra crítica a Mad Max

 

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1.- Vicio Propio (Paul Thomas Anderson) 46 puntos

Basada en la novela del mismo nombre escrita por Thomas Pynchon, nos encontramos con una novela de detectives que cada capítulo parece querer entregar una nueva arista a un caso paranoicamente conectado en cada aspecto de la vida de nuestro protagonista, Doc Sportello, en la cinta interpretado magistralmente por Joaquin Phoenix, que en esta ocasión no se transforma sino que simplemente es otra persona, es el mismo Sportello de la novela y de las personalidades de cintas anteriores, actuaciones previas, no queda absolutamente nada. Entonces en una trama que mezcla la crisis de inicios de los 70, el fin de la década de los 60, proyectos inmobiliarios, marihuana por montones, personas perdidas, ex enamoradas que aparecen y desaparecen como espejismos, policías corruptos, muertos que aparecen vivos, vivos que luego aparecen muertos, dentistas drogadictos, operaciones de evasiones de impuestos, edificios estrambóticos, lavados de cerebros, organizaciones de negros y blancos neonazis, botes de actores prohibidos, lujuria desmedida y desbocada, asesinatos a sueldo, clínicas de rehabilitación, encubrimientos, el FBI metiendo sus narices y la música que identifica a una era, tenemos ante nosotros más que algo que seguir, una especie de mosaico, un caleidoscopio sicodélico pero no necesariamente influido por la presencia constante de la droga, sino por lo vertiginoso de la trama y la manera en que P.T. Anderson no duda en seguir la misma estructura de la ya complicada novela: introduciendo aristas y personajes nuevos cada quince minutos. Jaime Grijalba de nuestra crítica a Vicio Propio. Lea además: La lógica del film de nostalgia por Alvaro García y Fábula (pop) moderna, por Iván Pinto

Otras películas: Polvo de estrellas  (15 puntos), Intensamente (14 puntos), Leviathan (13 puntos), Ida (11 puntos)