Rabo de Peixe (Nuno Leonel, Joaquim Pinto, 2015)

La pareja de directores Joaquim Pinto y Nuno Leonel conocidos por su anterior E Agora? Lembra-me (2013), retoman y reeditan un material documental que filmaron por encargo entre 1999 y 2000 para la televisión portuguesa sobre Rabo de Peixe, una caleta de pescadores de las islas Azores, en un entrega que sería algo así como su director’s cut del primero.

El documental se centra en Pedro, amigo de Joaquim y Nuno, quien tiene su propio bote y se dedica a la pesca artesanal en Rabo de Peixe, y su familia extendida entre hermanos, primos, amigos, trabajadores a los que los documentalistas se aproximan de forma cercana durante todo el tiempo que vivieron en la isla, retratando su día a día y los cambios personales por los que atravesaron durante ese tiempo.

Imágenes en video de baja calidad, correspondiente a la época en que lo filmaron, van entrelazadas con las voces en off de Nuno y Joaquim, quienes aportan desde sus propias observaciones y reflexiones un aire de diario íntimo; en vez que hacer un documental de lugares extraños, de toque más informativo o simple denuncia.

Es quizás desde allí donde nace uno de los logros más destacables de este documental, esa sensación de atemporalidad de lo que trata, del registro mismo, ya antiguo, sin ese peso que da la contingencia o la denuncia urgente. Logra crear un retrato de este estilo de vida destinado probablemente a desaparecer lentamente, pero al cual los documentalistas Se aproximan desde la amistad y la confianza mutua por la relación cotidiana y de largo aliento que entablan con los lugareños, otorgando al film una narración sensible, entrañable y, podríamos decir también, bastante poética (como las escenas submarinas grabadas por Nuno Leonel) desde la que se construye el relato del lugar, de sus personajes y las experiencias allí vividas.

Donde un documental que parte desde la idea de salir al mar a trabajar como práctica de libertad inherente al trabajo pesquero termina hablándonos de una de las formas más bellas de ejercicio de la libertad como es la amistad, o como lo dice Pinto en el film “La amistad no es algo que puedas deseas, construir, o buscar; sino que simplemente ocurre”.

Phoenix (Christian Petzold, 2014)

Christian Petzold, un clásico dentro de la programación de SANFIC, vuelve a tratar el tema del momento post holocausto y la reconstrucción alemana desde una historia personal. Otra vez con Nina Hoss a la cabeza, con quien ya trabajará en su anterior Barbara (2012), esta vez encarnando en el papel de Nelly, única sobreviviente de su familia en Auschwitz, de donde ha salido con la cara totalmente desfigurada debido a un disparo de bala en el rostro. Un cuerpo quebrado, que parece no alcanzar mantenerse de pie mientras camina a rastras por un Berlín en ruinas y la lujosa mansión que ha heredado.

Luego de una operación de reconstrucción facial de la cual no queda exactamente igual a antes, Nelly se obsesiona en la búsqueda de su marido, Johnny, a quien logra encontrar rápidamente, mas el parece no reconocerla. A partir de aquí el filme da un giro Hitchcockiano en el minuto en que Johnny, convencido de que su esposa ha muerto y que esta mujer tiene un aire a ella, le proponga enseñarle a verse, caminar y hablar como su mujer para convencer a su familia y amigos que está de regreso y poder así cobrar juntos su herencia.

Nelly enceguecida por su amor por Johnny, aún no recuperada enteramente de su operación y menos aún acostumbrada a su nuevo aspecto, acepta la propuesta que la llevará a enfrentarse a un marido que tampoco ella parece reconocer, a la imagen que él guarda de ella y, por medio de esta relación, a un pasado que parece ya no pertenecerle y a un presente que ansía la vuelta de una Nelly que ya no existe.

Extraño juego vertiginoso que a través de una construcción narrativa magistral se desencadena en una escena final devastadora donde Nelly logra finalmente volver a ser ella misma, encontrando -literalmente- su propia voz, y poder cantar de nuevo canciones alemanas. Bellísimo film con un guión co-escrito con el difunto Harun Farocki y basado en la novela Le retour des cendres de Hubert Monteilhet.

The Assassin (Hou Hsiao-Hsien, 2015)

Una de las películas más esperadas por la cinefilia local para este SANFIC, ganadora del premio a mejor director en Cannes de este año, The Assassin es la última película de Hou Hsiao-Hsien, (Flowers of Shanghai, Café Lumière, Millennium Mambo, entre otras) en la que trabajó durante siete años.

Nos presenta a Nie Yinniang (Shu Qi) una joven que fuera abandonada por su familia a los diez años y entregada a Jiaxin, una monja que la toma como su protegida y la adiestra en las artes marciales. En un bello prólogo en blanco y negro en formato 3:4 vemos prontamente la sutileza y letalidad de Nie a la hora de asesinar, pero también su punto débil al ser incapaz de asesinar a su blanco mientras este sostiene en sus brazos a su hijo dormido. Debido a esta muestra de debilidad, Jiaxin la envía de regreso a su pueblo natal con la misión de asesinar a su primo Tian Ji’an.

Un trama compleja de familias, relaciones y linajes, secretos y traiciones, que se explica concentradamente durante el segundo tercio de la película, pero que da espacio después para dejarse llevar por la belleza visual con que Hsiao-Hsien retrata una época y nos permite dejarnos llevar por la historia a través de una construcción cuidada y precisa de cada toma en donde, por la posición de la cámara o el uso de velos, presenciamos cada escena desde el lugar de voyeur, del espía, tan silentes e inadvertidos como la protagonista.

Si bien puede resultar inconmensurable en un primer visionado, su elegancia fílmica y elocuencia narrativa la sitúan como una de las películas más bellas y magnéticas del último tiempo, que le devuelve al cine contemporáneo chino, desde un género tan reventado comercialmente como el wuxia, un horizonte para proseguir.