A la sombra de las mujeres: Los amantes irregulares

La espontaneidad de la puesta en escena y la ligereza aparente con que su narrativa se despliega -que recuerda a los primeros filmes de la nouvelle vague, de quien Garrel siempre fue el hijo predilecto, teniendo a Godard como mentor- permite que la historia, sus conflictos y sus giros fluyan sin enredos ni complicaciones, dejando espacio para que los gestos, y con ellos las emociones, pueblen la pantalla y rellenen todos los elementos que el guión y el montaje economizan.

Exhibida en la sección de maestros del cine de Santiago Festival Internacional de Cine (SANFIC) XIII y recientemente estrenada en cines comerciales, A la sombra de las mujeres es un ejercicio fílmico minimalista que economiza recursos tanto formales como en su preciso ritmo narrativo. De golpe, desde el plano con que comienza, el film nos introduce de un modo sensitivo en la capa afectiva de sus protagonistas y durante sus solo 70 minutos de metraje con pocos pero precisos elementos nos mantiene aferrados en la intimidad de sus personajes. Este último filme de Philippe Garrel, quien tiene un carácter de culto para cierta cinefilia, nos devuelve a un lugar desde el cual disfrutar el amor por el cine que exudan sus filmes, con su contrastado blanco y negro, el uso del celuloide que se respira a lo largo del metraje, y su reminiscencia a la nouvelle vague.

La película se centra en una pareja francesa, Pierre (Stanislas Merhar) un ensimismado y galante documentalista casado con Manon (Clotilde Courau) una mujer algo histérica que ha dejado su propia carrera para dedicarse a producir y editar los filmes de su esposo. Viven juntos y si bien pasan por un periodo de dificultades económicas, se perciben como una relación bastante estable. Mientras que en un comienzo la relación de ellos parece ser lo más firme de sus vidas, todo cambia rápidamente cuando ambos entran en un ciclo de engaños maritales. Lo que se ve más afectado no es la relación de pareja, sino la propia individualidad de cada uno que vemos exponerse y desplegarse en la intimidad con sus amantes.

La espontaneidad de la puesta en escena y la ligereza aparente con que su narrativa se despliega -que recuerda a los primeros filmes de la nouvelle vague, de quien Garrel siempre fue el hijo predilecto, teniendo a Godard como mentor- permite que la historia, sus conflictos y sus giros fluyan sin enredos ni complicaciones, dejando espacio para que los gestos, y con ellos las emociones, pueblen la pantalla y rellenen todos los elementos que el guión y el montaje economizan.

Sin ser una obra mayor dentro de la filmografía del francés, A la sombra de las mujeres retoma el repertorio estético y poético de su director y avanza en sus temáticas recurrentes: las relaciones de pareja, su tendencia autobiográfica (un cineasta como protagonista, con parejas que forman parte de su carrera y con un padre recientemente fallecido que luchó en la guerra), la masculinidad como el género sentimental, aunque incorporando está vez una concesión al polo femenino y que se presenta mucho más independiente y empoderado de lo que su protagonista masculino sospecha. La  formulación de esta película incluyó un equipo de guionistas donde participaron dos mujeres, a diferencia de los filmes anteriores del director, a veces criticado por tener una mirada misógina a través de sus protagonistas masculinos. Garrel se mantiene fiel a sí mismo y su cine aunque de una manera mucho más asequible, desde un tono más lúdico y austero.

En un film poblado de escaleras, espejos, sábanas y habitaciones pequeñas y precarias; de calles vacías por donde sus personajes se encuentran como si fueran sus únicos habitantes; de breves encuentros que lo cambian todo; de una pareja protagónica que pasan a ser unos sobrevivientes, mientras que sus amantes se vuelven en unos fantasmas que de un momento a otro desaparecen del metraje para nunca más volver a aparecer; lo que despliega la película es un modo sensitivo de hablar sobre la dimensión intima y subjetiva que se arriesga y queda expuesto en un juego de infidelidades.

Nota: 8/10

Título original: L’ombre des femmes. Dirección: Philippe Garrel. Guión: Guion: Jean-Claude Carrière, Caroline Deruas-Garrel, Arlette Langmann, Philippe Garrel. Fotografía: Renato Berta. Edición: François Gedigier. Música: Jean-Louis Aubert. Reparto: Clotilde Courau, Stanislas Merhar, Lena Paugam, Vimala Pons, Antoinette Moya, Jean Pommier. País: Francia. Año: 2015. Duración: 72 min.