Noches mágicas: El ocaso de los dioses

La trama nos traslada al verano de 1990, durante la Copa Mundial de Fútbol en Italia un trío de jóvenes va a caer en las garras de los grandes magnates del cine italiano de la era dorada. Sin atisbo de complacencia, Paolo Virzì arremete contra productores del estilo Dino de Laurentis al tiempo que contempla el pase del cine a las series de televisión, todo ello sin dejar títere con cabeza.

Paolo Virzì se va consolidando como uno de los grandes nombres del cine italiano contemporáneo, mezclando el drama y la comedia negra, la ironía y el sentimentalismo, a la vez que hurgando en las tripas de la sociedad en la que vive inmerso. Tras la buena acogida de La piazza giogia (Locas de alegría, 2016) el realizador se vuelca con Noches mágicas en otro retrato humanista, un trío de personajes jóvenes que van a caer en las garras de los grandes magnates del cine italiano de la era dorada, mostrado sin atisbo de complacencia. Virzì arremete contra productores del estilo Dino de Laurentis al tiempo que contempla el pase del cine a las series de televisión, todo ello sin dejar títere con cabeza. Nuestros tres protagonistas, de diferentes procedencias sociales, las que conoceremos en el último tramo del filme, se ven encandilados por un premio que se convertirá en una trampa para hacerlos esclavos de un sistema lleno de egocentrismo, opulencia y reyertas.

La trama nos traslada al verano de 1990, durante la Copa Mundial de Fútbol en Italia. Un coche cae al río Tíber y muere un famoso productor (encarnado por Giancarlo Giannini) y se inicia una investigación que da lugar a una serie de largos flash-backs en los que conoceremos a Antonio (Mauro Lamantia), a Luciano (Giovani Toscano) y a Eugenia (Irene Vetere), tres jóvenes aspirantes a guionistas muy diferentes entre sí, pero cuya pasión por el cine se verá relegada tras una serie de tragicómicas y desagradables experiencias con los magnates de la industria en pleno fervor del estrellato italiano. Tras una primera parte, de acelerados encuentros y desencuentros de estos tres muchachos algo despistados con lo peor de la industria y sus secuaces, conoceremos los verdaderos orígenes de unos protagonistas a los que el “glamour” ha bañado en “lodo”.

Virzí maneja con su habitual soltura los movimientos de actores y actrices en el interior del encuadre mezclando escenas de masas con otras extremadamente intimistas. El director de El capital humano (2013) muestra la peor cara de la llamada “época dorada” del cine de su país con una serie de personajes trepadores/as, ligones, corruptos, petulantes, macarras. Su carácter es aprovechado en las diversas situaciones que se producen a partir de un premio que incita a nuestro maltratado trío protagonista a ilusionarse por la industria del cine y por sus posibilidades de triunfo como escritores.

Virzí no muestra ninguna pasión por los grandes ídolos de la industria del cine italiana, presentados, en ocasiones, como seres inestables, narcísicos y tendentes a destacar sin importarles los medios a su alcance y dejando a nuestros tres jóvenes atribulados fuera de un mundo que les ha resultado finalmente decepcionante y no ha encauzado sus intereses profesionales. Un filme adulto, llevado con pulso firme y seguro, con altas dosis de ironía y humor negro, destinado a mostrar la otra cara de la moneda de los grandes estudios italianos y sus pobladores.

 

Título original: Notti magiche. Dirección: Paolo Virzì. Guion: Francesco Piccolo, Francesca Archibugi, Paolo Virzì. Fotografía: Vladan Radovic. Música: Carlo Virzì. Reparto: Mauro Lamantia, Giovanni Toscano, Irene Vetere, Giancarlo Giannini, Roberto Herlitzka, Paolo Bonacelli, Ornella Muti, Marina Rocco, Andrea Roncato, Giulio Scarpati, Emanuele Salce, Giulio Berruti, Ludovica Modugno, Ferruccio Soleri, Simona Marchini, Annalisa Arena, Jalil Lespert. País: Italia. Año: 2018. Duración: 110 min.