Misión Imposible Repercusión: Cuerpos en movimiento

Un poco de historia: la saga de películas de Misión Imposible, iniciadas a mediados de los años noventa con la dirección de Brian De Palma, contó desde un primer instante con la producción y la aprobación de su estrella Tom Cruise. Cruise y De Palma tuvieron diferencias creativas que desembocaron en una secuela que buscaba dar un giro menos clasicista, más en sintonía a las modas del momento. ¿El resultado? Una secuela mediocre, más cercana a la comedia y al videoclip que al espíritu original. ¿Era posible reavivar el fuego y realizar una tercera parte que estuviera a la altura de unas expectativas algo defraudadas? La jugada de Cruise fue maestra y definitiva: contratar a J. J. Abrams, el “nuevo Spielberg”, y hacerlo partícipe de la producción en las sucesivas entregas. El resultado ha sido arrollador. Sin contar el desliz con John Woo, cada entrega de la saga ha sido aún mejor que la otra, elevando los estándares de lo que conocemos como el film de acción. El cénit creativo, el  equilibrio perfecto entre el delirio imaginativo de la acción y la calculada urdimbre de la sección dramática con su trama de espionaje, llegó con Misión Imposible. Nación Secreta (2015), la mejor hasta ahora de la serie y una pequeña joya del cine americano reciente.

La continuación de la saga es Misión Imposible. Repercusión, una extensión natural de los lugares que la franquicia ha decidido explorar en sus últimas entregas. Vale decir: el enfrentamiento entre los servicios de inteligencia americanos y El Sindicato, una célula anarquista formada por agentes renegados que intentan sembrar el caos para socavar el orden mundial. En ese sentido, las dobles y triples identidades afloran como un juego funcional a la trama de traiciones y deslealtades imprevistas; pero también como un guiño lúcido y juguetón. No hay otra forma de explicar la presencia continua de las máscaras como una seña de identidad que une todos los episodios de la saga. Una metamorfosis facial que al inicio parecía una broma kitsch, un efecto travieso que con el tiempo se ha vuelto un gesto concreto de lo que es Misión Imposible como concepto: el despliegue incesante y continuo de una serie de cuerpos que atraviesan fronteras y países, en perenne vibración y en constante devenir. En ese sucesivo ajetreo de golpes y caídas, carreras contra el tiempo y bombas por desactivar, las identidades se van haciendo cada vez más invisibles o, al menos, importan cada vez menos.

mision imposible

Lo que está en juego, lo que hace revolucionario a su modo a Misión Imposible. Repercusión es que desplaza o anula la superficie de lo que enuncia: no nos importa si Ethan Hunt (Tom Cruise) salva a la humanidad o si el jefe de El Sindicato (Sean Harris) se sale o no con la suya. Ni siquiera enterarnos al fin de qué lado juega Lisa Faust (Rebecca Ferguson), una agente encubierta que se recrea en su difusa identidad. Lo alucinante, a no perderse, es la experiencia del espectador por ver cómo se desarrolla, casi de manera hipnótica, una trama que se repliega, deriva en varias direcciones y termina para volver a empezar en un movimiento perpetuo, sin fin.

Misión Imposible. Repercusión es un filme de acción plenamente asumido. Pero no cae en los desatinos de otras películas de su género. En este sentido se encuentra mucho más cerca de la maestría formal de la trilogía inicial de Jason Bourne (Paul Greengrass) que del estruendo de Fast and Furious. Aquí no está el uso excesivo de CGI ni de efectos especiales, las luchas de cuerpo a cuerpo se sienten y se escuchan, las escenas producen un vértigo incómodo y a la vez excitante, el montaje es acelerado pero da tiempo para reconocer los rostros y empatizar con ellos, hay un guión inteligente y depurado que lo eleva por sobre la media. Y, por sobre todo, tiene una cualidad física que la hace distinta: Tom Cruise corriendo como un dínamo energizado y en plena ebullición, transmitiendo la sensación primaria de que se le va la vida (la suya y la nuestra) en cada toma, cada escena. En caída libre sobre los cielos de París, saltando tejados en Londres, dibujando en el aire la ansiedad de quien huye de la muerte o va en búsqueda de su presa, la animalidad primordial de Cruise le da a Misión Imposible. Repercusión un carácter sensacional y la convierte en una película modélica y única.

 

Nota comentarista: 9/10

Título original: Mission: Impossible - Fallout. Dirección: Christopher McQuarrie. Guión: Christopher McQuarrie, Bruce Geller. Fotografía: Rob Hardy. Música: Lorne Balfe. Reparto: Tom Cruise, Rebecca Ferguson,  Henry Cavill, Simon Pegg, Ving Rhames, Vanessa Kirby, Michelle Monaghan, Alec Baldwin, Angela Bassett, Sian Brooke, Sean Harris, Wes Bentley, Frederick Schmidt, Liang Yang, Kristoffer Joner. País: Estados Unidos. Año: 2018. Duración: 147 min.