Liv & Ingmar: Relato íntimo de un genio

Personalmente la vida de Ingmar Bergman me parece un laberinto, un laberinto que parece no terminar y del que Liv & Ingmar ofrece una oportunidad como pocas para adentrarse en su vida íntima desde el punto de vista del relato de quien sería una de sus musas, la maravillosa e inolvidable Liv Ullmann. Este punto parece fundamental para crear una atmósfera especial en el documental, que no solo recorrerá el trabajo de Ullmann junto a Bergman, sino que el relato se fundirá en una historia de amor que develará las obsesiones y miedos de un genio atrapado en su propio mundo.

Liv & Ingmar me parece una develación de aspectos que estaban en el aire o escondidos y que salen a la luz de una forma íntima y sincera, mediante un relato donde Liv Ullmann relata sus inicios como actriz y cómo comienza una historia de amor y odio en pleno rodaje, mismo instante donde Bergman pone sus ojos sobre la principiante actriz durante la grabación de Persona (1965). Todo el relato va de la mano de las películas que rodaron juntos, prácticamente como si fuera un detrás de las cámaras 40 años después. A todo esto se suma un narrador que oficia de Bergman, el que establece un diálogo como parte del documental mediante las cartas enviadas por el director a la propia Ullmann durante su vida.

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Hay pocas cosas que se puedan criticar directamente al documental, que termina siendo una historia de amor de encuentros y desencuentros -como la de cualquier persona- y que se funde con la propia filmografía de Bergman. También podría ser un desafío para quien esté familiarizado con su trabajo, o bien puede ser el pie forzado para quien no conozca nada del director sueco y así se introduzca de una forma bastante peculiar en un mundo particularmente íntimo e inédito. Quizá en un comienzo al espectador le cueste entrar en un relato que se siente como algo distante, pero termina involucrándonos a un nivel pocas veces visto.

En el documental hay algo que el espectador tiene que descubrir. Esa faceta proviene de un elemento de la construcción del relato, a saber la palabra, y que no necesariamente está presente en las imágenes que sirven de complemento para contextualizar ese recóndito lugar donde Bergman no solo residió, murió, y donde también filmó sus películas: la isla de Fårö. Pero más allá de circunstancias geográficas, es la interioridad de un genio lleno de miedos y poseedor de una fragilidad latente, la que terminamos por comprender como la debilidad de cualquier hombre, la visión de Bergman como un hombre normal.

La construcción y tratamiento del documental, como reflejo de la propia vida de Bergman, se vuelve un laberinto: entre relato, imágenes de sus películas y cartas personales, todas estas formas parecen tratar de alcanzar algo o más bien a alguien, al propio Bergman y, a la vez, a su cine, a un estilo visual que es único. Esa búsqueda pareciera ser una impronta del propio cine del director, algo a lo que nadie podría siquiera acercarse, por lo que dentro de esa búsqueda fallida la palabra de Ullman se hace fundamental para no perderse dentro de un collage de imágenes y de una cámara que intenta copiar una forma que es imposible de emular.

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Después de todo es imposible no emocionarse y entrar en total complicidad con Liv Ullmann, ella hace al documental, y su palabra termina siendo lo más importante, en tanto parece totalmente entregada a contar hasta los mínimos detalles de sus relaciones y su vida. Es esto lo que prevalece, siendo esa sinceridad cómplice la que hace de Liv & Ingmar un documento lleno de sorpresas y entrañable para un espectador amante del cine, que agradece y se rinde frente a un trabajo que no solo reconstruye el tiempo de sus protagonistas, sino que además deja en evidencia el paso del tiempo en la historia del cine.

Raúl Rojas Montalbán

Nota comentarista: 7/10

Título original: Liv & Ingmar. Director: Dheeraj Akolkar. Guión: Dheeraj Akolkar. Fotografía: Hallvard Bræin. Música: Stefan Nilsson. Reparto: Liv Ullmann. País: Noruega. Año: 2012. Duración: 89 min.