La mujer de la montaña: La lucha de Halla, mujer en guerra

La película no aborda en demasía el conflicto ético y social que le sirve de trasfondo, sino que se pone al servicio de un retrato femenino discutible y de una amena aventura de una mujer contra los poderes que no tienen en cuenta el medio ambiente.

Recorrida por una matizada interpretación de la actriz islandesa Halldóra Geirharðsdóttir, La mujer de la montaña es una aplicada y valiente película de trasfondo ecologista y tono de film de aventuras personales y sociales. Una suerte de mezcla de thriller, comedia y drama intimista sobre la cruzada de una mujer de mediana edad contra las compañías eléctricas en un pueblo de Islandia, que pone en jaque a los poderes fácticos y lo hace desde sus pequeños pero bien planificados sabotajes en el tendido de la electricidad. La película no aborda en demasía el conflicto ético y social que le sirve de trasfondo, sino que se pone al servicio de un retrato femenino discutible y de una amena aventura de una mujer contra los poderes que no tienen en cuenta el medio ambiente.

El realizador de De caballos y de hombres (2013) adopta un tono ligeramente surreal y pintoresco para una fábula sobre el individuo contra el establishment, con grandes aciertos audiovisuales y otros que rozan lo cursi, lo kitsch, lo folclórico y lo afectado, como esos toques de fondo que distancian al espectador de la entidad del drama que se gesta ante sus ojos. A esta lucha de una mujer ecologista e intrépida contra el medio capitalista y asentado se une la historia de la adopción de una niña ucraniana por parte de la protagonista, una criatura víctima de la guerra, lo que carga un poco las tintas en el carácter de filme de denuncia contra la brutalidad a la que quieren acostumbrarnos quienes toman decisiones que nos afectan a escala global.

Directora de un coro local, activista arriesgada, Halla  -la protagonista absoluta del filme- no logra, sin embargo, hacerse con la empatía total del espectador. Esto se debe, en parte, a cierta frialdad en la puesta en escena de un filme que, no obstante, va ganando en brío a medida que el círculo represivo se cierra sobre la mujer, obligándola a cambiar sus planes vitales. El personaje está, en tanto directora de coro, poseída por la música y sus manifestaciones más primitivas, las que son visualizadas en diferentes momentos del filme. La oportuna intervención de la hermana cuasi-gemela de la mujer de la montaña lleva su difícil odisea hacia un final agridulce bastante eficaz.

La mujer de la montaña resulta ser un relato de denuncia y auto-superación mezclado con la lucha contra diferentes formas de totalitarismo, donde destaca la presencia de algunos secundarios que aligeran el tono, a veces grave, de esta historia de una obsesión por la justicia y temor al cambio climático.

 

Título original: Kona fer í stríð / Woman at War. Dirección: Benedikt Erlingsson. Guion: Ólafur Egilsson, Benedikt Erlingsson. Fotografía: Bergsteinn Björgúlfsson. Música: David Thor Jonsson. Reparto: Halldóra Geirharðsdóttir, Jóhann Sigurðarson, Juan Camilo Roman Estrada, Jörundur Ragnarsson. País: Islandia. Año: 2018. Duración: 101 min.