Claudia tocada por la luna (1): Un documental necesario

Por Gabriela Pineda

La ópera prima de Francisco Aguilar produce una inmersión de poco más de una hora en el mundo de Claudia, una mujer transgénero, de ascendencia mapuche, criada en una familia evangélica y que estudió en un colegio católico. Se hace un repaso por su infancia y adolescencia en Los Muermos, su etapa universitaria en Valdivia y su actual vida adulta en Santiago. Una vida de altos y bajos, de activismo por las diversidades sexuales, de prejuicios y realización personal.

Los primeros minutos transcurren con una serie de imágenes donde toman lugar los hechos que relata la protagonista, posicionando a quien observa y reconstruyendo los sucesos que cuenta en esos espacios. En un inicio se evoca a la propia memoria de Claudia a través de imágenes de lugares donde habitó y con ello inicia el relato. Esto cambia a medida que avanza la película, ya no sólo se muestran sitios vacíos, la imagen se transforma, toma fuerza por sí misma en el momento en que se enfocan en su presente y se incorpora ella en el espacio físico de los hechos: en una marcha en la Alameda, en su casa en Santiago, en el hospital Carlos Van Buren. La fuerza del documental se sostiene en cómo la protagonista cuenta su historia. La forma en la que se presenta, hablando a la cámara asimila a una conversación, como si Claudia estuviese dialogando con quienes la observan en pantalla. Las imágenes acompañan, pero no describen como sí lo hacen sus palabras. 

El documental da cuenta de una variedad de aristas sociales, ya que el rechazo y menoscabo a la transexualidad no es el único tema que se pone en palestra. Mediante Claudia, se arremete contra el estado y a la falta de resguardo de derechos humanos, como es la identidad. Se hace hincapié en que la transfobia es ejercida por las instituciones, las cuales atropellan los derechos fundamentales de quienes vayan contra la norma o, como es el caso, quien quiere realizar un cambio de sexo registral. Este mismo organismo estatal deja sin trabajo a una mujer a causa del desconocimiento y la intolerancia. En menor medida se hace una crítica a la religión, católica y evangélica, ambas sin mayor distinción, en cuanto se habla del temor a lo diferente disfrazado de temor a Dios. Además, se hace un paréntesis a la ascendencia mapuche de la protagonista, la que ella reconoce como su cultura, la que le permitió de algún modo el ingreso a la universidad y la que ayuda a titular esta obra. 

CLAUDIA tocada por la luna (1)

Este documental ha sido bien recibido, sobre todo por las diversidades, aunque de igual modo existen sectores que por más de acuerdo que estén con el argumento, encuentran debilidades la película. Un comentario sobre la película publicado por Radio Bío-Bío dice así: “Las mayores falencias del documental es que no indaga en áreas que parecen importantes, como la familia de la protagonista, sobre el rol que tuvieron y tienen hoy en su vida, o en la pareja que tiene hace 10 años”. Sin embargo, la decisión de no incorporar la voz de familiares o de la pareja es justificada, debido a que no son ellos quienes deban comentar cómo fue la vida de la protagonista. Documentales como Quebranto (México, Roberto Fiesco, 2013) o Me llamo Violeta (España, David Fernández de Castro & Marc Parramon, 2019) incorporan a les protagonistas, pero, además, a sus familiares y se cumple la misma finalidad de hablar sobre transexualidad, sólo que mediante personas que lo ven de cerca, pero que no lo viven en carne propia.

En este sentido, la propuesta de Claudia tocada por la luna es arriesgada, una única voz, la de la protagonista, que narra su historia de vida. Ella y nadie más debe contarla, solamente así, hablando en primera persona, tanto de los episodios cruentos y tristes de su vida, como de otros momentos felices de descubrimiento y aceptación, se logra una complicidad con el personaje y su mundo. Este documental acerca la transexualidad, a quien lo vea, enjuicia y produce una reflexión sobre la sociedad chilena heteronormada.

 

Nota comentarista: 6,5/10

Título original: Claudia tocada por la luna. Dirección: Francisco Aguilar. Casa productora: Travesía producciones. Producción ejecutiva: Francisco Aguilar. Guion: Francisco Aguilar. Investigación periodística: Claudia Ancapan. Fotografía: Francisco Aguilar. Montaje: Francisco Aguilar. Sonido: Jorge Castillo. País: Chile. Año: 2018. Duración: 64 min. Distribución: Red de salas de cine de Chile